¿Por qué cuando aumenta el dólar suben los precios?
En los últimos días el dólar volvió a aumentar y, así, la devaluación que ya alcanza el 35% desde comienzos de mayo, generó que el dólar se ubique en torno a los 28 pesos. Si bien la discusión de por qué aumenta el dólar es amplia, en esta nota nos proponemos dilucidar cuál es su efecto en la inflación y por qué, luego de una suba del dólar, los precios se ven afectados.
Según los últimos datos del INDEC, luego de la devaluación de casi el 20% en mayo último la inflación en los primeros cinco meses del año alcanzó el 11,9% en todo el país. Igualmente, un análisis de la consultora Ecolatina, que dirige Santiago Paz, explica que, como el “traslado es un proceso y no un salto discreto”, el impacto del dólar también se sentirá en los próximos meses. Para esta consultora “la suba de precios superaría el 15% en el primer semestre de 2018” y así “la inflación se ubicaría este año en la zona de 28-30%, superando ampliamente al resultado de 2017 (24,8%)”.
Que la inflación despegue luego de un aumento del dólar no es nuevo. Al analizar los datos de las últimas dos devaluaciones que hubo en el país se registra un fuerte impacto en los precios, como se explicó en esta nota. En enero de 2014, durante la gestión de Axel Kicillof como ministro de Economía, hubo una devaluación del 23% y la inflación anual de ese año llegó al 38% según el IPC de la Ciudad de Buenos Aires. En diciembre de 2015, bajo la gestión de Alfonso Prat Gay como ministro, se produjo una devaluación del 35% al finalizar con el cepo cambiario, y la suba de precios en 2016 alcanzó el 41% según la misma fuente.
Pero, ¿cuánto afecta un aumento del dólar en la suba de la inflación? Ana Paula Di Giovambattista, economista del Conicet y del Centro de Innovación de los Trabajadores (CITRA), aseguró a Chequeado que, sobre el traspaso del dólar a precios -también conocido como pass through-, “no existe un número unívoco y consensuado, sino que tiene que tiene ver con cada economía y con la particularidad de cada caso”.
Según Ariel Barraud, analista del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) -dirigido por Nadin Argañaraz, ex subsecretario de Desarrollo en el Ministerio de Hacienda entre 2016 y 2017-, “el traspaso de dólar a precios es típico de los países como la Argentina, donde diversos bienes son importados en dólares o mismo parte de su producción tiene costos en dólares”.
Cuando sube el dólar, el precio en pesos de los bienes importados también sube. Si un importador trajo al país una remera que le costó un dólar y el dólar estaba a $10, el precio local era de 10 pesos. Pero si el dólar aumenta y ahora vale $20, esa remera aumentará junto a la divisa norteamericana y pasará a valer 20 pesos. Lo mismo pasa con los componentes importados de bienes que se producen en el país.
La devaluación impacta en la inflación también mediante las exportaciones. Al aumentar el dólar, los exportadores aumentan su rentabilidad. Por ejemplo, si un productor vendió una manzana a un dólar al exterior con el dólar a $10, su venta significaba 10 pesos. Pero si aumentó el dólar y ahora vale $20, al vender en el mercado internacional por el mismo valor (un dólar) ahora el productor recibirá 20 pesos. Según Di Giovambattista, esto genera que los exportadores, luego de un aumento del dólar, busquen aumentar su rentabilidad también en el mercado interno por lo que suben los precios en el mercado argentino.
Un trabajo de Pablo Carreras Mayer, economista del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (CEDES), destaca que además hay efectos de “segunda ronda”. Según el autor, como los precios de los bienes consumidos por los trabajadores aumentan, esto impulsa un proceso de recomposición de los salarios (las paritarias). Por esto mismo, en esta “segunda ronda” también se ven afectados los productos que no tienen relación con el mercado internacional, que en esta segunda etapa aumentan a pesar de no tener componentes importados ni ser exportables.
Los especialistas coinciden en que el traslado a precios luego de un aumento del dólar es mayor en la Argentina que en otros países. Carreras Mayer sostuvo a este medio que esto se da por diversas causas, entre las que destacó la historia de volatilidad e inflacionaria de la Argentina, mayor que en otros países de la región o emergentes; que en situaciones de alta inflación -como la actual- los consumidores tienen menos información sobre los precios del mercado, por lo que las empresas son más permeables a subir sus precios; así como la experiencia de los actores económicos que ya saben que ante una devaluación habrá una suba inflacionaria, por lo que realizan una estrategia de resguardo y aumentan sus precios preventivamente.
“En la Argentina, como en otros países con procesos de inflación alta, la gente empieza a ver que la moneda no es un depósito de valor. Nadie guardaría una lata con pesos durante muchos años. Esto, con el correr de los años, implica que la moneda nacional tampoco sea utilizada como unidad de medida”, añadió a Chequeado Barraud sobre la dolarización de la economía argentina.
Un claro ejemplo sobre la unidad de medida es que en la Argentina el mercado inmobiliario está valuado en dólares, o sea, no se utiliza el peso como unidad de medida. Según un trabajo de los doctores en Ciencias Sociales Alejandro Gaggero y Pablo Nemiña, “este fenómeno se instaló en el país a finales de los ‘70 y se consolidó en la década siguiente”, debido a la volatilidad económica (crisis cambiarias e inflación), así como la desregulación entre 1976 y 1979, durante la dictadura militar, del mercado inmobiliario.
Fecha de publicación original: 20/06/2018
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