Tasas chinas con menos brillo: mitos, secretos y sorpresas sobre el crecimiento del PBI
“De cerca, nadie es normal”, dice el cantautor brasileño Caetano Veloso. El economista, profesor e investigador de la UBA Ariel Coremberg viene mirando de cerca, con lupa, los datos de las cuentas nacionales de la Argentina en los últimos 20 años, y no pudo evitar una sensación de extrañeza sobre las conclusiones que fueron surgiendo a partir de las series analizadas. Las cifras relevadas desafiaron una y otra vez algunos de los lugares comunes sobre el crecimiento en los años recientes. “El discurso oficial repite una serie de mitos que no se condicen con la realidad de las cifras”, cuenta el académico. De cerca, las “tasas chinas” (del crecimiento del PBI) tienen menos brillo que lo que narra el discurso del Gobierno. Según sus cálculos, la economía argentina es un 12,2% más pequeña que en la versión del INDEC.
Coremberg es un académico que se siente incómodo con la idea de salir en los medios. Hace un par de meses, conversó con La Nación sobre las mediciones de productividad que realizó para el capítulo argentino del proyecto Arklems, que participa de la mayor iniciativa mundial de medición de esta variable [N. de R.: el World Klems], que lideran Dale Jorgenson, desde Harvard; Marcel Timmer (de la Universidad de Groningen, de los Países Bajos), y Bart Van Ark (también de Groningen y de The Conference Board). El economista revisó en profundidad series de stock y servicios de capital, recursos naturales, capital humano, tecnologías de la información, factor trabajo y productividad laboral (entre otras variables), y llegó a un diagnóstico preocupante: “En materia de productividad, en los últimos 10 años, la Argentina tuvo una década perdida”. En este período, la ganancia de productividad promedio no llegó a 0,5% anual, muy por debajo del 1% verificado en la década del 90. El trabajo fue citado en el último número del American Economic Review, que se publicó en estos días.
Al difundir por primera vez el acumulado de 20 años de trabajo sobre los números de crecimiento, Coremberg llegó a un diagnóstico igualmente sombrío para el crecimiento de la economía argentina en su conjunto en los últimos años. “Reprodujimos el cálculo del PBI desde 1993 con un enorme detalle (a cinco dígitos por rama de actividad), con la metodología histórica de las cuentas nacionales, y las series empiezan a discrepar recién a partir de 2007, cuando se produce la intervención del INDEC. La diferencia acumulada está en el orden de 12,2%“, explica. Pero esta divergencia entre los datos oficiales y los que encontró su equipo de investigadores no fue la única sorpresa con la que se topó.
Muchos economistas suelen sostener que la principal fuente de la discrepancia de la serie de crecimiento del INDEC con la realidad desde 2007 es la adulteración del Índice de Precios al Consumidor (IPC), que se usa como deflactor. Como la inflación que defiende el Gobierno es menos de la mitad de la que estiman los economistas privados, las cifras sobre el producto terminan siendo más elevadas, porque el denominador es más pequeño. Pero Coremberg descubrió que el “efecto deflactor” es más limitado de lo que se pensaba: impacta sólo en un 28% de la discrepancia. El resto (72%) tiene que ver con intervención directa sobre la metodología de medición del crecimiento en los distintos sectores de la economía. “La diferencia entre nuestras mediciones y las oficiales tiene que ver con la adulteración de la metodología de cálculo que se había utilizado en los 25 años anteriores en prácticamente todos los sectores del PBI. El objetivo fue mostrar un crecimiento de la economía mayor al que efectivamente ocurrió“, afirma Coremberg.
Las series del Gobierno muestran que la recuperación de 2003-2012 fue más fuerte que la de 1990-1998, y que la Argentina lideró el crecimiento del producto para los países de América latina. Es una afirmación muy generalizada en discursos de funcionarios. Diez días atrás, el viceministro de Economía, Axel Kicillof, dijo, durante las jornadas organizadas por el Banco Central, que en la década que pasó la economía local tuvo el mayor dinamismo de su historia. Para los investigadores de la UBA, los números limpios del “efecto Moreno” en el INDEC describen otra realidad. “La aceleración del crecimiento durante el período kirchnerista fue similar a la de 1990-1998, técnicamente no fue sostenible y duró menos de lo que indican la teoría y los números oficiales“, dice Coremberg. “Las series del INDEC no reconocen la caída del PBI en 2009 y 2012, y su desaceleración desde 2007“, completa.
Lo de ser el “campeón” de América latina, en términos de crecimiento, también queda entrecomillado con el desmenuzamiento estadístico de Coremberg & Cía. La Argentina se recuperó bien frente a su crisis previa, pero no fue el país que más creció en la región. Entre los puntos máximos (que es, técnicamente, cómo se miden los ciclos en forma correcta), la Argentina fue el país, junto con México, con menor crecimiento de América latina. Cuando se mira el ranking regional de crecimiento entre 1998 y 2012, la Argentina está en el quinto puesto con la metodología oficial (detrás de Perú, Ecuador, Chile y Bolivia) y desciende al antepenúltimo (sólo por delante de México) si se aplica la metodología Arklems.
De nuevo, si se utiliza la misma metodología que se usó durante 25 años a partir de 2007, al momento de la intervención del Gobierno en el INDEC, se advierte que el crecimiento acumulado en el período 2007-2012 fue de 15,9% (un 3% de tasa anual de suba del PBI), “lo que marca una desaceleración muy notable con relación al 47% de crecimiento de 2002-2007 [con un nivel anual de incremento del 8,5%]”, dice Coremberg. En la versión del INDEC, la suba en esta segunda fase fue del 30% (5,3% anual).
* Economista (UBA).
Chequeado.com reproduce textos aparecidos en otros medios cuando estos contribuyen a la verificación del discurso público.
Actualización 26/08: En la lista de participantes del proyecto World KLEMS figura, entre otros, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). Sin embargo, esto no implica que el organismo aporte o utilice las series con la metodología KLEMS. Tal como se hizo en países de Europa, USA y otros, usualmente los organismos oficiales de estadísticas no elaboran todas las series que se necesitan para el proyecto o con la metodología KLEMS requerida. Por esto, las instituciones académicas o institutos de investigación participantes son las que terminan haciendo la base de series y metodología KLEMS.
Comentarios
Opino exactamente igual!
Como puede ser que la realidad este tan distorsionada!
Si, no hace falta ser economista para ver que mejoramos. Si hace falta serlo para saber cuanto. El estudio que realiza demuestra que crecimos, pero a un ritmo menor, por lo que deberíamos estar mejor como bien pudiste observar.
En cuanto al estudio no podemos saber con certeza si es más objetivo que el oficial o no, lo que si sabemos con certeza es que el INDEC adultera los indices. Más alla de eso, el artículo explica que la diferencia en los indices se da a partir del 2007.
NO.
El informe dice que se creció MENOS de lo que dice el gobierno.
Y, convengamos, que el estudio no esta bancado por "jarvar". Fijate quienes integran esta agrupacion. No solo esta la UBA, sino que tambien esta el propio INDEC...
[quote name="mariapa78"]sin pretender tener la verdad al respecto[/quote]
Más abajo decís:
[quote name="mariapa78"]no hace falta ser economista p/ ver que la mayoría de la gente ha mejorado (muchas veces notablemente)[/quote]
Entonces... ¿Para qué decir que tu visión puede ser incorrecta si más abajo vas a afirmar que la visión subjetiva es evidente?
En primer lugar cuestiona resultados provenientes de una de las universidades más prestigiosas del mundo, probablemente solo por ser norteamericana. Sería interesante una crítica del estudio en sí; atacar al mensajero siempre es fácil, e incorrecto.
Segundo, respecto a la 'mayoría de la gente que ha mejorado su situación' la pregunta correcta es ¿con respecto a cuándo? ¿Contrastamos con 2001-3 o vamos más atrás? Por otra parte, si yo pido un crédito de gran importe, posiblemente mi situación mejore durante un tiempo, pero el momento de sacar conclusiones será a la hora de cancelar la deuda.
¿Qué sentido tiene comparar a este con otro período?
«... si yo pido un crédito de gran importe, posiblemente mi situación mejore durante un tiempo, pero el momento de sacar conclusiones será a la hora de cancelar la deuda». Buena analogía de lo que pasó en el 2001, ahora, ¿cómo lo extrapolás a la situación actual?
Que la decada del 90 haya sido la decada de la productividad es un hecho que se explica en buena medida por el quebranto de pequeños capitales (de menos productivididad en comparacion con el mercado mundial) fruto de la apertura importadora y de la racionalizacion de las empresas publicas con el desempleo subsiguiente. No se trata solo de que crezca la productividad, sino de sus consecuencias sociales tambien.
A pesar que este post no sea de mi agrado, no alcanza a empañar la excelente tarea que hacen desde el sitio.
Espero que mi opinión les sirva.
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