Verano 2025: los 10 mitos a los que tenés que estar atento en estas vacaciones

Con la llegada del verano y las vacaciones, comienzan a resurgir ciertos mitos supuestamente útiles para enfrentar las altas temperaturas.

Desde advertencias como que “no hay que meterse a la pileta después de comer” o que “el aire acondicionado te enferma”, hasta recomendaciones erróneas sobre la exposición al Sol y supuestas recetas caseras para ahuyentar a los mosquitos.

En esta nota, una recopilación de las 10 creencias populares más frecuentes.

1. Meterse al agua después de comer corta la digestión

El mito de que “hay que esperar para meterse al agua después de comer” es uno de los más extendidos. Por eso, en 2011, una comisión especial de la Cruz Roja norteamericana investigó si realmente había evidencia científica sobre el tema. La conclusión: ¡ninguna! 

Un documento de la Federación Internacional de Salvamento Acuático, que repasa los resultados de distintos estudios realizados desde 1968 hasta 2013, encontró por su parte que no hay evidencia de que comer antes de nadar aumente el riesgo de ahogamiento.

Sin embargo, luego de comidas muy abundantes es aconsejable esperar un rato, ya que puede ocasionar molestias en el tracto gastrointestinal (ver acá y acá).

2. Dormir con el aire acondicionado encendido te enferma

El uso del aire acondicionado se vuelve un aliado fundamental en verano, especialmente al momento de dormir. Para tener un sueño de calidad, es importante que la habitación esté lo suficientemente refrigerada.

No obstante, enfriar demasiado el ambiente durante la noche puede resultar contraproducente, ya que el aire frío y seco es capaz de irritar las vías respiratorias y causar dolor de garganta y resfriados. Además, la falta de limpieza de los filtros aumenta la posibilidad de infecciones al acumular gérmenes.

Desde la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria y el Hospital de Clínicas recomiendan usar el aire acondicionado entre los 24 y 26 ºC, humidificar el ambiente, mantenerse hidratado y limpiar los equipos al menos una vez al año.

3. Tomar bebidas como una cerveza fría calma la sed

Una cerveza bien fría baja la temperatura corporal y disminuye momentáneamente la sensación de sed. Pero enseguida volvemos a sentirnos sedientos. ¿Por qué?

Porque el contenido de agua de la cerveza nos hidrata, pero su contenido de alcohol nos deshidrata inmediatamente después, tal como explicamos en esta nota. En caso de hacer deporte o tener sed, primero es fundamental rehidratarse con agua o una bebida isotónica, y recién después podés tomarte un trago. 

4. A la mañana temprano y después de las 16 horas es seguro estar al sol

El cuidado de la piel debe extenderse a lo largo de todo el día. Si bien en nuestro país las radiaciones solares son más intensas y causan un mayor daño en la piel entre las 10 y las 16 horas, eso no significa que fuera de ese horario no existan riesgos. Este es algo menor, pero existe y también se recomienda utilizar protectores solares.

Tal como explican desde el Hospital Alemán, los rayos ultravioletas (UV) principales son los UVA y los UVB. Los rayos UVB son más altos entre las 10 y 16 horas. En cambio, los UVA (que no se sienten tanto porque no dan tanto calor ni enrojecen tanto la piel) están presentes por igual desde que amanece hasta que oscurece.

5. Si estoy a la sombra o está nublado no hace falta usar protector solar

Lo más importante es protegerse del Sol que incide en forma directa. Sin embargo, los rayos solares se reflejan de distintas maneras e intensidades en el agua, la arena, la nieve o el cemento. Por lo tanto, aún permaneciendo a la sombra, es muy posible que la piel reciba radiación UV y debemos protegerla. 

En general, si vamos a permanecer al aire libre incluso bajo la sombra, se recomienda utilizar ropas y accesorios adecuados para protegerse del Sol: gorro o sombrero de ala ancha, ropa de trama apretada (con mangas), anteojos de sol con filtros UV. También se aconseja que las partes descubiertas del cuerpo se protejan con protector solar.

Si está nublado, también es fundamental ponerse protector solar: según la densidad de las nubes, pasa entre el 50 y el 85% de la radiación ultravioleta.

6. Todos los protectores solares son iguales

Los protectores solares se clasifican según su Factor de Protección Solar (FPS), que determina el nivel de defensa que ofrecen contra los rayos UV. Los protectores solares deben ser de amplio espectro, proteger contra los rayos UVA y UVB, y ello debe estar aclarado en su envase.

El protector solar debe ser de FPS 30 (como mínimo) o superior, de acuerdo a la Sociedad Argentina de Dermatología. Por su parte, el Ministerio de Salud de la Nación sugiere tener en cuenta los siguientes datos para elegir el protector adecuado:

7. Mezclar vino con sandía es mortal  

Una explicación para los inicios del mito es que al meter un trozo de sandía en un vaso de vino, la fruta se endurece. La creencia entonces sería que al ingerir ambos productos juntos, la sandía se endurecería en el estómago.

“El estómago es un medio diferente a un vaso. Tiene ácido, tiene pepsina, tiene todas las sustancias necesarias para que nosotros podamos digerir adecuadamente los alimentos. Por eso es que el ser humano puede comer cosas tan variadas”, analizó Henry Cohen, ex presidente de la Organización Mundial de Gastroenterología.

Lo cierto es que, lejos de estas ideas, existen tragos que juntan los elementos supuestamente prohibidos y nocivos: hay quienes realizan sangría con la sandía, o incluso producen un vino derivado de esta fruta.

8. La orina alivia el dolor de las picaduras de aguavivas

Las medusas o aguavivas son habituales en las playas de prácticamente todo el mundo. La mayoría provocan picaduras dolorosas, pero no mortales en los seres humanos.

Según la American Chemical Society, de hecho orinar sobre una picadura de medusa es una terrible idea. El motivo es que, al picarte, una medusa te deja sobre la piel unos orgánulos subcelulares llamados nematocistos, capaces de seguir liberando veneno incluso cuando ya se han desprendido del animal. Cualquier cambio o presión que reciban puede aumentar su actividad, y la orina es uno de esos cambios, al no presentar ni la misma salinidad ni la misma temperatura que el agua del mar. 

En caso de picadura, los especialistas (acá, acá y acá) recomiendan seguir ciertos pasos: evitar rascar o refregar la herida; lavar la zona con solución salina o agua de mar; colocar frío local, paños con vinagre o bicarbonato de sodio; y chequear si persisten restos de medusa en la piel. Por último, ir al médico si se forman ampollas en la zona afectada, el dolor persiste por más de 2 horas, o el enrojecimiento o sarpullido dura más de 2 semanas. 

9. Los dientes de ajo espantan a los mosquitos

En 2005, un equipo de la Universidad de Connecticut decidió poner a prueba el mito sobre el ajo y los mosquitos. Para el estudio, se convocó a un grupo de personas 2 veces: primero, les pidieron que comieran un diente de ajo; después, que comieran cualquier cosa, excepto ajo. En cada visita, las personas fueron expuestas a mosquitos criados en el laboratorio y el equipo midió el número de mosquitos que no se alimentaron de los sujetos, el número de picaduras de mosquitos, el peso de los mosquitos después de alimentarse y la cantidad de sangre ingerida.

Al comparar los datos de las 2 visitas, los investigadores vieron que no había diferencias significativas. “No se ha encontrado diferencia respecto de la atracción o repelencia entre las personas que consumen ajo y las que no”, ratificó en diálogo con Chequeado Juan José García, especialista del Laboratorio de Patología de Insectos Vectores del Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (Cepave), que depende del Conicet y de la Universidad de La Plata.

10. Mezclas naturales para repeler mosquitos: agua, vinagre, limón, menta, canela y vainilla

“La mezcla de agua, vinagre y limón no tiene ningún efecto como repelente sobre los mosquitos”, aseguró a Chequeado Laura Harburguer, investigadora del Conicet en la Unidad de Investigación y Desarrollo Estratégico para la Defensa (Unidef). “Sobre la menta y la canela hay algunos estudios que demuestran que hay una repelencia muy pobre, por eso no hay productos en el mercado a base de estos elementos”.

Respecto de la esencia de vainilla diluida como repelente, Harburguer explicó que se trata de otro mito: “Lo que sucede con la vainilla es que muchas veces se usa en repelentes comerciales para prolongar el efecto repelente, no en la Argentina sino en otros países, entonces de eso se debe haber sacado que funciona como repelente, pero no es así”.