Violencia hacia periodistas en redes sociales: qué ocurrió durante las elecciones de 2023 en la Argentina

Publicar contenidos en redes sociales se ha vuelto un riesgo para muchos periodistas, que se exponen a recibir insultos y mensajes violentos cada vez que postean informaciones u opiniones. Así lo muestra un relevamiento realizado por Chequeado durante el proceso electoral de 2023 en la Argentina, donde se analizaron 80 mil posteos dirigidos a una lista de periodistas dedicados a temas políticos en la red social X (ex Twitter). 

Las mujeres tienden a recibir una mayor cantidad de agresiones online

Tanto periodistas hombres como mujeres recibieron insultos. En números totales, los hombres fueron objeto de un mayor número de agresiones, pero dado que las mujeres, en promedio, postean menos contenidos y tienen un menor número de seguidores, ellas reciben más ataques en relación a su actividad en redes sociales. En promedio, el doble que sus colegas varones. 

La lista de comunicadores que se analizó incluye a 33 periodistas dedicados a temas políticos con más seguidores, y periodistas que tratan específicamente temáticas de género. En total se recopilaron las respuestas a cuentas de 19 mujeres y 14 varones. Estos datos, analizados automáticamente por un algoritmo por el medio especializado Data Crítica, corresponden a los días previos y posteriores a los debates presidenciales y las elecciones de 2023. 

Quien recibió la mayor cantidad de ataques durante el contexto electoral en términos absolutos fue Diego Brancatelli, seguido por Cristina Pérez, Jonatan Viale y Eduardo Feinmann. Si se considera la cantidad de seguidores de cada uno en relación al número de ataques, Brancatelli continúa siendo el más atacado, pero en este caso es seguido por Guadalupe Vázquez, María O’ Donnell y Cristina Pérez. Es decir que estas periodistas, que tienen una menor exposición en la red social, dado que tienen menos seguidores, reciben proporcionalmente una mayor cantidad de ataques que la mayoría de sus pares masculinos en relación a su base de seguidores. 

Acerca del tipo de ataques, el 42% de las agresiones dirigidas a las periodistas tuvieron como eje comentarios en contra de las mujeres y su sexualidad. En el caso de los ataques de los periodistas varones, un 21% de las agresiones también eran ataques misóginos, con insultos dirigidos a las madres o parejas de los periodistas atacados. 

Entre los periodistas varones predominaron los ataques que se enfocaron en cuestiones de apariencia (representaron el 36%), relacionados a la corporalidad y a la edad (por ejemplo, apelando a calificativos como “viejo”). En el caso de las mujeres, el porcentaje de ataques centrados en la corporalidad fue menor (18%), y con insultos similares. 

Las consecuencias que pueden generar los ataques en redes sociales

Estos ataques pueden tener consecuencias tanto a nivel personal, en el bienestar de las personas agredidas, como a nivel social, ya que pueden inhibir a muchos de expresarse en la discusión pública en redes sociales, aumentando los niveles de autocensura. 

Varias periodistas entrevistadas por Chequeado señalaron que disminuyeron su actividad en redes sociales a partir de los ataques y en algunos casos incluso abandonaron las redes para protegerse, con el perjuicio que eso puede traer para sus trabajos. 

Se trata de un efecto silenciador que ya ha sido identificado a nivel global. “Hay un claro efecto aleccionador, silenciador y amedrentador para silenciar las voces de las mujeres”, explicó la directora de Género y Diversidad de Amnistía Internacional, Lucila Galkin, y agregó: “Cuando leemos estas agresiones en contexto, se puede ver que no son agresiones aisladas sino que muchas veces una agresión dispara un entramado de agresiones que pareciera estar bastante organizado”. 

“Generalmente existe una estructura jerárquica en la que las cuentas que tienen muchos seguidores y poder político son las que comienzan a atacar y después los siguen las cuentas que están alineadas jerárquicamente detrás”, explicó a Chequeado el investigador de la Universidad de Maryland (Estados Unidos) Ernesto Calvo. “Se siente como si fuera un ataque masivo que viene de muchos lugares pero en general es el mismo cardumen, con una cuenta primaria que empieza a atacar, a la que se le suman otras cuentas jerárquicas que también atacan, y después viene detrás todo el caudal de la operación, lo cual puede incluir militancia y/u operaciones de comunicación”, agregó. 

Otro efecto que señalan las periodistas es el impacto que estos ataques tienen sobre su capacidad de trabajar con fuentes y colegas. Describen las agresiones digitales como una “mancha venenosa” que hace que muchas personas prefieran no quedar públicamente asociadas a ellas, por miedo a que eso pueda exponerlas a nuevas agresiones.  

La violencia que surge y circula en redes sociales no se queda ahí. En algunos casos incluye llamadas telefónicas, la publicación de información sobre dónde están físicamente -por ejemplo, su ubicación cuando están realizando un móvil para radio o televisión- y amenazas no sólo hacia las periodistas, sino también a sus familias. 

No existen soluciones fáciles para mitigar las agresiones en redes sociales. Muchas veces son las propias víctimas las que tienen que buscar maneras de protegerse, y la solución termina siendo retirarse de las discusiones públicas en las redes. Existen mecanismos para denunciar que se pueden realizar encontrar en las mismas plataformas sociales y también se puede recurrir a la Justicia, donde ya hay algunos antecedentes, aunque el volumen de mensajes puede hacer difícil ir caso a caso. 

Para más información podés leer acá el informe completo realizado con el apoyo de la Embajada del Reino de los Países Bajos, así como esta nota con recomendaciones puntuales para periodistas que sufren violencia digital.