Se detectó el primer caso de hepatitis infantil de origen desconocido en la Argentina: a qué desinformaciones estar atentos
El Ministerio de Salud de la Nación informó el 4 de mayo último que se detectó en el Hospital de Niños de zona norte de la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, un cuadro de hepatitis aguda grave de origen desconocido en un paciente de 8 años.
La cartera sanitaria ya había emitido un alerta epidemiológica el 26 de abril último “para sensibilizar al equipo de salud y fortalecer la detección de hepatitis aguda grave en menores de 16 años con pruebas negativas para hepatitis virales (A, B, C, E y D)”.
Los primeros 10 casos de esta hepatitis aguda fueron notificados por el Reino Unido a la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 5 de abril, en niños menores de 10 años sin enfermedades previas, y desde entonces también se han detectado casos en España, Israel, Dinamarca, Italia, Estados Unidos y Bélgica, entre otros países.
Hasta el 21 de abril, la OMS reportó 169 casos en 12 países. Una de las principales hipótesis es que el adenovirus -un grupo de virus comunes que se propagan de persona a persona y que causan síntomas respiratorios, vómitos y diarrea en los niños- podría estar detrás de los casos de hepatitis aguda en chicos, pero continúan las investigaciones.
Ante la incertidumbre sobre el origen de la enfermedad, comenzaron a circular por las redes sociales diferentes desinformaciones. Como contamos en esta nota, las más comunes hasta el momento se basan en distintos videos e imágenes que sostienen que las vacunas contra la COVID-19 son las culpables del aumento de casos de hepatitis infantil.
Sin embargo, esto es falso. La OMS negó que exista un vínculo: “Las hipótesis relacionadas con los efectos secundarios de las vacunas COVID-19 no están actualmente respaldadas, ya que la gran mayoría de los niños afectados no recibieron la vacuna COVID-19”. En Reino Unido, casi todos los casos de hepatitis aguda se dieron en niños menores de 5 años y en aquel país la vacuna COVID-19 no está aprobada para ese grupo etario.
Otros contenidos desinformantes vinculan específicamente a la vacuna de Johnson & Johnson con el aumento de casos de hepatitis, ya que fue desarrollada en base a una plataforma conocida como vector viral no replicativo. Esto significa que utiliza un virus (el adenovirus tipo 26) para transportar genes de otro virus contra el cual se quiere inmunizar.
Sin embargo, se trata de un adenovirus modificado genéticamente para que una vez en el interior del núcleo de la célula no se pueda replicar y, por lo tanto, causar enfermedad. Además, el adenovirus aislado en los niños afectados fue el tipo 41F.
También se culpó a la vacuna de Pfizer del aumento de casos de hepatitis aguda en niños. La desinformación se basa en un estudio realizado por la Universidad de Lund (Suecia). Sin embargo, las conclusiones de dicho estudio fueron interpretadas de forma errónea y no se tuvieron en cuenta las limitaciones de la investigación que fue realizada en células de cáncer de hígado en el laboratorio.
Por último, también circularon desinformaciones que vinculaban al virus Orthohepevirus C con los casos de hepatitis aguda infantil. Sin embargo, esto es falso ya que la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido aisló los virus vinculados con los casos de hepatitis infantiles y ninguno de ellos corresponde hasta el momento a dicho virus.
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