Disney (des) congelado

Uno de los mitos más difundidos, con unas cuatro décadas de vigencia, dice que Walt Disney, el más famoso productor de animaciones para niños y creador de un verdadero imperio alrededor del mundo, fue congelado en el momento de su muerte, a la espera de que se descubra una cura para su enfermedad, día en que será reanimado.

El equívoco es mayúsculo. Walt Disney murió en la mañana del 15 de diciembre de 1967, a los 65 años, en su residencia, debido a un enorme tumor que meses atrás le había costado la ablación de uno de sus pulmones (Disney era muy fumador). Dos días más tarde, su cuerpo fue cremado, y sus cenizas depositadas en el Forest Lawn Memorial Park, un cementerio privado de Glendale, California.

Es muy difícil determinar en qué momento o por qué surgió la leyenda. Quizás, el hecho de que Disney trabajara duro sus últimos meses en el proyecto de EPCOT, la ciudad del futuro, haya tenido que ver. Tampoco es posible pasar por alto el dato de que unos meses antes de la muerte de Disney se había anunciado la primera experiencia en criopreservación de cadáveres (una técnica para preservar intactos los tejidos a muy bajas temperaturas). Lo cierto es que la Walt Disney Company no sólo nunca se molestó en aclarar la verdad, sino que se valió del rumor para generar en el público la idea de que, de una u otra forma, Walt Dinsey sigue vivo.