De Vido: “[La Argentina sólo tuvo autoabastecimiento energético] en la década del ’90 y un poco con los militares”
“En la década del ’90 y un poco con los militares”, contestó el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, cuando se le consultó, en una entrevista con Tiempo Argentino, durante qué períodos la Argentina logró el autoabastecimiento energético. “Por eso siempre peleamos por el autoabastecimiento, porque sabemos que tenemos las posibilidades”, agregó.
Respecto del inicio del gobierno de Néstor Kirchner, De Vido dijo que ese “superávit era trucho” porque en el país “teníamos un 54% de pobreza y cerca del 30% de indigencia al asumir”. En otras oportunidades, sin embargo, también se refirió de la misma forma al período de los ‘90.
Es verdad que, sin contar lo que el Ministro consideró “superávit trucho”, el país sólo logró con autoabastecimiento durante períodos cortos, aunque en mayor medida que lo señalado por De Vido. La Argentina alcanzó este logro durante el gobierno de Raúl Alfonsín y lo mantuvo hasta 2010, año en que volvió a depender de las importaciones.
La Secretaría de Energía tiene datos desde 1960 en adelante. A partir de esta información, se observa que en varios períodos la Argentina registró una producción local de energía primaria superior a lo que finalmente destinó a su mercado interno. Según describe la propia Secretaría, “se entiende por energía primaria a las distintas fuentes de energía en el estado que se extrae o captura de la Naturaleza. Sea en forma directa, como en el caso de la energía hidráulica, eólica, solar, o después de un proceso de extracción o recolección, como el petróleo, el carbón mineral, la leña, etc”.
Entre 1962 y 1964 la Argentina logró, con poco margen, el autoabastecimiento, pese a que continuó importando petróleo y carbón (ver datos). “Entre 1958 y 1962 la producción creció al 30% anual, las reservas se incrementaron un 50% y en diciembre de 1962 se llegó al deseado objetivo del autoabastecimiento”, sostiene un trabajo de Nicolás Gadano, ex economista senior de YPF, quien atribuye este crecimiento a “un agresivo programa de incorporación de capitales privados en el sector petrolero” llevado a cabo por el entonces presidente, Arturo Frondizi.
Posteriormente, el país volvió a producir menos que lo que consumía, tendencia que se acentuó entre 1973 y 1980. Para 1983, último año de la dictadura militar, este indicador mostró nuevamente un balance positivo. Esto se mantuvo durante todo el gobierno radical, pese a que la producción de petróleo cayó de forma sostenida hasta 1987 y creció muy poco en los últimos dos años.
“En el final del gobierno de Alfonsín fue cuando se alcanzó un autoabastecimiento sostenido. Los anteriores fueron excepcionales y por períodos cortos”, detalló Jorge Gaimaro, ingeniero y especialista del Instituto Argentino de Energía General Mosconi.
Sólo a partir de la década del ‘90 la Argentina pudo consolidar el autoabastecimiento. En los 10 años de gobierno de Carlos Menem, la oferta al mercado interno creció un 35%, al tiempo que la producción creció un 62 por ciento. Esto provocó un aumento exponencial de las exportaciones de energía, que en una década se multiplicaron 27 veces.
“Desde el gobierno de Menem hasta 2008 no hay grandes variaciones, porque eso está determinado por la capacidad de refinación que tenés. Como no se hacían obras para aumentar las refinerías, todo el excedente se volcaba al exterior. Por eso la balanza comercial era muy superavitaria. La lógica de las empresas privadas era que era más rentable exportar el producto crudo que ampliar la capacidad instalada, refinar y exportar el combustible”, criticó Mariano Barrera, especialista en hidrocarburos del Centro Cifra de la CTA.
Según el trabajo de Gadano, antes de la desregulación petrolera llevada a cabo por Menem, “se procesaba todo el crudo disponible, exportando los derivados no demandados por el mercado interno. En 1993/94, luego de la venta de 3 refinerías y de la privatización de la empresa, YPF redujo sus niveles de procesamiento a niveles acordes con la demanda doméstica de gasoil, exportando en consecuencia naftas y petróleo crudo”.
La diferencia entre producción y energía utilizada por el mercado interno (oferta interna) se empezó a reducir a partir de 2001, año en que alcanzó el pico de 18 millones de TEP (tonelada equivalente de petróleo, medida utilizada para sumar distintos tipos de energía). Sin embargo, pese al “autoabastecimiento trucho” de 2003 al que se refiere De Vido, ese año la demanda ya había recuperado niveles similares a los de 1999, año en que comenzó un período de caída que se prolongó hasta 2002.
El superávit se mantuvo hasta que en 2010 volvió a tener un resultado negativo, por primera vez desde 1982. “En la última década hubo una capacidad de refinación similar a la de los ‘90, pero con un consumo interno muy superior”, agregó Barrera. Esta nueva tendencia creció desde 2010 y en 2012 (último balance energético publicado por la Secretaría de Energía) se alcanzó la mayor diferencia entre lo que el país produce y su oferta al mercado interno desde 1960, impulsado por una marcada baja de la producción y un sostenido aumento de la demanda.
Fecha de publicación original: 15/05/2014
Comentarios
Esta es la historia de la soberanía energética (usando datos otorgados):
http://i.imgur.com/xkIoUN8.png
Para alguien como yo, nacido en 1988, NUNCA en mi vida había vivido en un país con déficit energético...
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