Sí, Stephen Hawking dijo: “Incluso la gente que afirma que no podemos hacer nada para cambiar nuestro destino mira antes de cruzar la calle”

Circula en redes sociales y en distintas publicaciones en internet una frase adjudicada al físico teórico inglés, Stephen Hawking (1942 – 2018), que indica: “Incluso la gente que afirma que no podemos hacer nada para cambiar nuestro destino mira antes de cruzar la calle”. Efectivamente, el textual le pertenece al científico.

La cita está publicada en su libro Agujeros Negros y Pequeños Universos y Otros Ensayos. En el capítulo 12, titulado “¿Está todo determinado?”, figura el siguiente párrafo que la contiene: “Puede ser que todo lo que hacemos esté determinado por alguna gran teoría unificada. Si esa teoría ha determinado que moriremos en la horca, entonces no nos ahogaremos. Pero tendrías que estar muy seguro de que estabas destinado a la horca para hacerte a la mar en un pequeño bote durante una tormenta. He notado que incluso las personas que afirman que todo está predestinado y que no podemos hacer nada para cambiarlo miran antes de cruzar la calle. Tal vez es solo que aquellos que no miran no sobreviven para contarlo”.

La frase también fue incluida en distintas recopilaciones de frases célebres del científico inglés como la de la revista Forbes o National Geographic, entre otras publicaciones.

La vida del físico Stephen Hawking

Hawking fue el autor de la teoría de la explosión de los agujeros negros que se inspiró tanto en la teoría de la relatividad como en la mecánica cuántica. Su trabajo también estuvo marcado por las investigaciones en las singularidades del espacio-tiempo.

Trabajó principalmente en el campo de la relatividad general y particularmente en la física de los agujeros negros. En 1971 sugirió la formación, después del Big Bang, de numerosos objetos que contenían hasta mil millones de toneladas de masa pero que ocupaban solo el espacio de un protón. 

A principios de la década de 1960, Hawking contrajo esclerosis lateral amiotrófica, una enfermedad neuromuscular degenerativa incurable. Continuó trabajando a pesar de los efectos progresivamente incapacitantes de la enfermedad y murió recién el 14 de marzo de 2018, a los 76 años.