Son falsas las declaraciones de la doctora Madrid sobre la vacuna contra la COVID-19
- Ni las vacunas con las tecnologías de ARN mensajero ni ninguna otra vacuna puede modificar genéticamente el ADN humano.
- La enfermedad respiratoria convertida en pandemia no es igual a una gripe, no es cierto que sólo mueran quienes sufran patologías previas ni que su mortalidad sea del 0,6%, sino que está entre el 3% y el 4%, según la OMS.
- El consumo de dióxido de cloro no es una cura exitosa contra la enfermedad sino que su ingesta es peligrosa para la salud y no hay evidencia de que tenga algún beneficio.
Circula en Facebook un video de una persona que se presenta como “Lucila Madrid” y se define como “profesional de salud”, en el que expresa una serie de afirmaciones sobre las vacunas contra la COVID-19. Sus declaraciones son falsas.
En primer lugar, Lucila Madrid no figura en la Red Federal de Registros de Profesionales de la Salud de la Argentina. Sin embargo, como asegura el sitio de fact-checking AFP Factual, la misma persona hizo otro video explicando que su verdadero nombre es Karina Sarno, y que se vio obligada a utilizar un pseudónimo, ya que su cuenta de Facebook había sido “robada”. En el mismo video detalla que es médica y da su matrícula, que sí se encuentra en el registro profesional.
El ARN mensajero
Los postulados de Sarno (“Lucila Madrid”) se centran en la vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford y AstraZeneca, y que será producida en la Argentina, sobre la cual asegura: “Esta vacuna es del sistema de ARN mensajero, nos van a modificar el ARN, nos van a matar”. Esto es falso.
Como Chequeado ya explicó en esta nota, distintos proyectos de vacunas para la COVID-19 incluyen una nueva tecnología, que no fue usada en el desarrollo de vacunas para otras enfermedades, y son las vacunas de ARN mensajero (ARNm), en las que se usa parte del material genético del virus.
“En él iría la receta molecular para que nuestras propias células fabriquen la proteína viral -en este caso, la que forma los picos de la corona del virus- que el sistema inmune pueda reconocer”, explica el sitio especializado Salud con Lupa.
Además, tampoco es cierto que las vacunas generan problemas en el ADN humano. Mark Lynas, profesor visitante del grupo de la Alianza para la Ciencia de la Universidad de Cornell, Estados Unidos, explicó a la agencia Reuters que ninguna vacuna puede modificar genéticamente el ADN humano.
“Eso no es más que un mito, que a menudo se propaga intencionadamente por los activistas contra la vacunación para generar confusión y desconfianza”, dijo Lynas.
El académico explicó que “la modificación genética implicaría la inserción deliberada de ADN ajeno en el núcleo de una célula humana, y las vacunas sencillamente no hacen eso” sino que, en el caso puntual de las vacunas de ADN, este “no se integra en el núcleo de la célula”, por lo que no se trata de una modificación genética.
La mortalidad de la COVID-19
Sarno afirma que “la COVID-19 no mata”, que “es una mentira” y que “solamente ha muerto gente con patología previa”. Esto también es falso.
Como asegura el sitio de fact-checking peruano Verificador, personas fuera del grupo de riesgo y cuyo estado de salud parecía estable han fallecido a causa de esta enfermedad. Además, medios como BBC, CNN y El País publicaron noticias sobre la muerte de personas jóvenes aparentemente sanas.
Según las declaraciones de la especialista en genética Alessandra Renieri para la revista de divulgación científica Science, una de las posibles razones por las que estos pacientes fallecen se debe a sus genes. “En mi opinión, las diferencias genéticas [del huésped] son un factor clave para la susceptibilidad a la neumonía aguda grave”, aclaró.
La profesional de la salud agrega, también falsamente, que es “un virus que no llega a más de un resfrío, que tiene una mortalidad de 0,6% comunicado por la OMS”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que “los datos reunidos hasta la fecha sugieren que el 80% de las infecciones son leves o asintomáticas, el 15% son infecciones graves, que requieren oxígeno, y el 5% son infecciones críticas, que requieren ventilación”; y que “estas fracciones de infección grave y crítica parecen más elevadas que las observadas en el caso de la infección gripal”.
Y respecto a la mortalidad, sostiene que “la tasa de mortalidad bruta (el número de muertes notificadas dividido por el número de casos notificados) oscila entre el 3% y el 4%, si bien la tasa de mortalidad por infección (el número de muertes notificadas dividido por el número de infecciones) será menor”.
“En el caso de la gripe estacional, la tasa de mortalidad suele ser muy inferior al 0,1%. Sin embargo, la tasa de mortalidad depende en gran medida del acceso a la atención de la salud y a la calidad de esta”, dice la OMS.
Bill Gates y las vacunas
Sarno argumenta en contra de la vacuna afirmando que “Bill Gates dijo públicamente que con las vacunas se puede reducir entre el 10% y el 15% de la población”, lo cual es una mala interpretación de una declaración del filántropo en una charla TED de 2010.
En aquella oportunidad, el empresario fundador de Microsoft declaró: “El mundo tiene actualmente 6.800 millones de personas y está en camino de llegar a 9.000 millones. Ahora, si hacemos un gran trabajo en nuevas vacunas, cuidados de salud y servicios de salud reproductivos, podríamos disminuir esa cifra, quizás 10% o 15%”.
Cuando se refería a “disminuir esa cifra, quizás 10% o 15%” no se refería a una reducción de la población total sino a una reducción del crecimiento demográfico proyectado para ese entonces.
Dióxido de cloro
Por último, en el video viral Sarno indica: “Hay terapias como el dióxido de cloro, como medicación natural, que las he aplicado con los pacientes y siempre fueron exitosas”.
En una verificación anterior, Chequeado explicó que no está demostrado que las preparaciones con dióxido de cloro combatan el coronavirus: según la OMS, porque “hasta ahora ningún medicamento ha demostrado prevenir o curar esta enfermedad”. Por otro lado, la ingesta del preparado es riesgosa para la salud.
Luis Baraldo, doctor en Ciencias Químicas y vicedecano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), explicó: “El dióxido de cloro es un oxidante enérgico y poco selectivo. Sirve para atacar al virus en una superficie inerte como una mesada o una pileta, pero en nuestro cuerpo es reactivo frente a las moléculas que constituyen el organismo”, aseveró a Chequeado.
En ese sentido, Baraldo afirmó que “no es para nada recomendable ingerirlo porque el dióxido de cloro no va a distinguir entre el virus y nuestros tejidos” sino que “va a reaccionar sin distinguir con muchas moléculas, algunas del virus, otras de nuestras vías respiratorias”.
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Este chequeo es parte de la iniciativa Third Party Fact-checker de Facebook en la Argentina. En los casos de fotos y videos trabajamos con imágenes trucadas o sacadas de contexto y siempre analizamos en conjunto las imágenes junto con el texto con el que fueron presentadas.
Fecha de publicación original: 13/09/2020
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