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El 70% de los incendios en la Provincia ocurren por causas desconocidas

Los incendios forestales, rurales y aquellos que combinan lo rural con elementos de infraestructura son un problema grave en el país. Sin embargo, la Provincia de Buenos Aires es, por mucho, la más afectada, según surge del análisis de una serie estadística con la cantidad de focos y sus causas publicadas en el Portal de Datos Abiertos del Ministerio de Ambiente de la Nación. Desde el primer año con registro, 1993, hasta 2016, se registraron un total de casi 73 mil focos de incendio en la provincia, 13 veces más que el promedio nacional, y en casi el 70% de los casos se desconocen las causas.

Las provincias que más incendios registraron en este período, además de Buenos Aires, fueron Río Negro, Santa Fe y Salta, pero la cantidad de focos fue sensiblemente menor: 30.451; 19.915 y 16.759, respectivamente. El promedio del total de incendios registrados en todo el territorio nacional en esos 23 años fue de casi 6 mil; es decir, una cifra 13 veces menor al total de focos de la Provincia de Buenos Aires en el mismo período.

En cuanto a la superficie afectada, tan sólo entre 2014 y 2015 por incendios forestales se quemaron 2.400 hectáreas en la Provincia, lo que equivale a casi la mitad de la superficie que sufrió los efectos del fuego a nivel nacional en ese mismo año, de acuerdo con estadísticas del Portal de Datos Abiertos del Ministerio de Agroindustria.

Sin embargo, a pesar de la magnitud de estas cifras, y la necesidad que de ellas surge de prevenir que los incendios se repitan, los mismos registros revelan que en 49 mil de los incendios ocurridos en territorio bonaerense las causas se desconocen, es decir, en casi un 70% de los casos.

A nivel provincial, desde 2015, el ente encargado del manejo de fuego es la Dirección Provincial de Gestión de Riesgo y Emergencias, dependiente del Ministerio de Coordinación y Gestión. Ante la consulta de Chequeado, desde la Dirección brindaron un documento que señala a la caída de rayos como la primer causa de incendios en la Provincia, seguida, en segundo lugar, por la acción del hombre. Entre los factores de riesgo, apuntaron a la existencia de pastos altos por la falta de mantenimiento de los campos, las temperaturas elevadas y los vientos fuertes.

En el mismo organismo destacaron que las dos zonas de mayor complejidad respecto al riesgo de incendio son el sudoeste y el norte bonaerense, y en un segundo nivel la Costa Atlántica. Esto se debe a la relación entre el clima de la zona y la existencia de materiales combustibles, como pastizales, bosques y monte.

Alejandro Pezzola, especialista de la Estación Experimental Agropecuaria Hilario Ascasubi del INTA, lleva adelante talleres de prevención del fuego en distintos puntos del interior del país, y, en base a su experiencia, brindó una perspectiva distinta: “Generalmente, el 70% de los incendios son producidos por el hombre. El 30% restante puede deberse a causas naturales, como rayos o períodos de sequías”.

“La gestión del fuego es muy compleja”, aseguró Pezzola, quien destacó la importancia de trabajar en la concientización para la prevención. “Lo primero es trabajar a nivel de la acción del hombre para que, por ejemplo, la gente no queme residuos en cierta época del año, que se asegure de apagar el fuego correctamente, de tapar todo con tierra. Luego vienen las acciones del medio rural, principalmente la instalación de cortafuegos en los alambrados y mantenerlos”, sostuvo.

Los incendios tienen consecuencias muy negativas para los suelos -y por ende, para la producción agropecuaria-, que varían en su gravedad dependiendo de la temperatura que alcancen y su duración. “A mayor intensidad, se pierde materia orgánica, que es un componente clave en todo sistema productivo”, explicó Ana María Lupi, ingeniera forestal del Instituto de Suelos del INTA. “Además, hay una parte de ella que se transforma y pasa a tener estructura mucho más compleja. La materia orgánica es fuente de nutrientes, pero cuando se transforma en algo mucho más resistente a través del fuego, se reduce su capacidad de actuar como una fuente de nutrientes”, añadió.

Lupi detalló que las pérdidas más significativas se dan cuando el fuego supera los 500 ó 600 °C. Sin embargo, aclaró que “independientemente de la intensidad de la quema, el suelo queda descubierto y un suelo descubierto sin aporte de materia orgánica siempre implica consecuencias negativas”.

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