De Mendiguren: “El 90% de lo que le vendemos a China es porotos de soja, mientras que el 90% de lo que le compramos es mano de obra”
“Nosotros tenemos con China un saldo negativo de la balanza comercial, sobre todo en bienes comerciales de más de US$15 mil millones pero lo más importante es en términos de empleo. El 90% de lo que le vendemos es porotos de soja, y eso no tiene empleo, mientras que el 90% de lo que le compramos es mano de obra”, aseguró en una entrevista en radio Splendid el diputado nacional por el Frente Renovador José Ignacio De Mendiguren después de su visita al país oriental junto al líder de ese espacio Sergio Massa.
Consultado por Chequeado, el diputado nacional contestó que, “medidas en cantidades, las exportaciones de la Argentina a China de porotos de soja y sus derivados (harina, aceite de soja en bruto y aceite refinado) en 2015 alcanzaron el 88% de las toneladas totales exportadas a dicho destino. Al interior de este segmento, además, el 95% de las toneladas exportadas se corresponden con porotos de soja”, agregó, en base a datos del INDEC.
Aún así, De Mendiguren reconoció que para 2016 la participación de “las toneladas exportadas de soja y sus derivados en relación a las toneladas exportadas totales se reduce al 78%”. Agregó que eso se debe a que “las ventas de esos productos hacia China cayeron en volumen (-24%) en una mayor proporción que las toneladas totales exportadas (-14%)”. Entre otras razones, el año último China suspendió la compra de aceite de soja en bruto desde la Argentina.
En sintonía, los datos de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) registran que el 70% de las exportaciones argentinas al país asiático en 2016 fueron productos primarios, es decir, materias primas como granos. Se alcanza un 90% si se suman las manufacturas de origen agropecuario (mayormente aceites y subproductos), que si bien no son productos primarios se comportan como tales, ya que son bienes con poco valor agregado y con precios determinados internacionalmente. Pero en este porcentaje intervienen productos no vinculados con la soja como los “aceites crudos de petróleo” (8,1%), la “carne bovina, deshuesada, congelada” (5%) o camarones y langostinos (3,5%).
Por el lado de las importaciones, según la CAC, la totalidad de lo que se compró fue resultado de un proceso industrial. El principal producto proveniente de China fue “partes de teléfonos, incluidos los teléfonos celulares y los de otras redes inalámbricas” y otros aparatos tecnológicos. De acuerdo con la clasificación del INDEC, la totalidad de las importaciones del país asiático entran en las categorías de bienes de capital, bienes intermedios, piezas y accesorios para bienes de capital, bienes de consumo y vehículos.
En base a información del INDEC, De Mendiguren también aportó las cifras de importaciones, donde se ve que las manufacturas de origen industrial representaron el 94% de lo que la Argentina compró al país asiático en 2016.
Según señalan los especialistas, esta situación no es exclusiva de la Argentina. “Los países de la región exportan hacia China principalmente productos agrícolas o mineros, de baja elaboración”, explicó a Chequeado Germán Herrera Bartis, docente e investigador de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y economista de la Asociación de Economía para el Desarrollo de la Argentina (AEDA).
“Países como Australia o Nueva Zelanda también exportan productos intensivos en recursos naturales, pero han logrado una mayor diversificación, con productos diferenciados. No exportan sólo productos homogéneos -que tienen un precio fijado por el mercado, por ejemplo en la Bolsa de Cereales- sino productos donde cuentan factores como la marca”, explicó en este chequeo Lucio Castro, ex director de Desarrollo Económico de Cippec y hoy secretario de Transformación Productiva del Ministerio de Producción de la Nación.
En línea con lo señalado por De Mendiguren, la Argentina tiene déficit comercial con China. En 2016, el país importó más del doble de lo que exportó: compró bienes por US$ 10,4 mil millones, mientras que vendió productos por US$ 4,6 mil millones. Es decir, que el saldo negativo del año último fue de más de US$ 6 mil millones. El saldo más importante se dio en las manufacturas industriales, donde la diferencia fue de US$ 10 mil millones, menos que los US$ 15 mil millones que declaró De Mendiguren.
Según el Informe de Intercambio Comercial del INDEC, en 2016 el déficit comercial de la Argentina con China fue el más grande en relación con cualquier bloque o país. “La baja en las exportaciones se debió a todos los rubros, con excepción de ‘Combustibles y energía’, que tuvo un aumento significativo. Respecto a las importaciones, aumentaron solamente las compras de ‘Bienes de consumo’”, explicó el informe.
Si se consideran los datos desde 2002, en base a cifras de la Cámara de Exportadoras (CERA), la Argentina mantuvo una balanza comercial con saldo positivo entre ese año y 2007, y desde entonces el déficit aumentó progresivamente.
Frente al aumento del déficit comercial, Herrera Bartis señaló que “en los últimos años, la Argentina empezó a importar desde China una mayor cantidad de manufacturas que antes se adquirían en otros mercados, como en los Estados Unidos o la Unión Europea”. Sin embargo, esto tampoco es una excepción en el plano mundial. Los Estados Unidos, por ejemplo, tienen su mayor déficit precisamente con el país asiático. “Tres de cada cuatro países del mundo tienen déficit comercial con China”, concluyó el especialista.
Este chequeo contó con la colaboración de Ariel Riera (@AM_Riera).
Fecha de publicación original: 30/03/2017
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