Skip to content

El blanqueo de capitales del gobierno de Javier Milei: ¿qué diferencias tiene con el de Mauricio Macri y el de Cristina Fernández de Kirchner?

Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas:
  • El blanqueo de 2013 estaba destinado a adquirir inmuebles, con el objetivo de dar más movimiento a la actividad inmobiliaria, mientras que el de 2016 apuntaba a blanquear cuentas que se encontraban en el exterior. El actual está enfocado en dinamizar el dinero que está inactivo para invertirlo en activos o actividades comerciales.
  • En 2013, para blanquear se exigía la compra de un certificado, que se podía vender en el mercado secundario como si fuera un título, mientras que en 2016 y 2024 se debe previamente crear una cuenta especial (en el caso del blanqueo de dinero).
  • En 2013 no había alícuotas de penalización, mientras que en 2016 se establecieron 2 grandes escalas de 10% y 15% (con algunas excepciones que quedaban eximidas). En el actual hay 3 escalas que arrancan desde el 5%, pero con un mínimo no imponible de U$S 100 mil.

El gobierno de Javier Milei (La Libertad Avanza) incluyó en el paquete fiscal aprobado por el Congreso un “blanqueo de capitales”, una herramienta que ya fue utilizada por otros gobiernos en el pasado.

Pero ¿qué diferencia tiene este blanqueo con el de Mauricio Macri (Cambiemos) y el de Cristina Fernández de Kirchner (Frente para la Victoria)?

En esta nota, te contamos las diferencias sobre los fondos a los que se apuntaba, los sujetos alcanzados, los pasos a seguir, los impuestos y la recaudación.

¿A qué fondos no declarados apuntaba cada blanqueo?

El blanqueo de 2013, implementado en la segunda presidencia de Fernández de Kirchner, sólo hacía referencia a moneda extranjera que se encontrara en el país o en el exterior por fuera del sistema financiero local.

Según César Litvin, contador tributarista y CEO del Estudio Lisicki, Litvin & Asociados, este blanqueo estaba destinado a repatriar dólares para reactivar el mercado inmobiliario, la construcción y el sector energético.

De acuerdo con el texto de la ley, los fondos que ingresaran al blanqueo podían destinarse a actividades como compraventa de terrenos, galpones, locales, oficinas, cocheras, lotes, parcelas y viviendas ya construidas y/o la construcción de nuevas unidades habitacionales y/o refacción de inmuebles.

El blanqueo de 2016, en el gobierno de Macri, apuntaba a bienes no declarados, ya sea en el país o en el exterior. Podía ser dinero en efectivo, inmuebles, acciones, bonos, y otros activos. Sobre este punto, Litvin explicó a Chequeado que la iniciativa “estaba destinada principalmente a blanquear cuentas que se encontraban en el exterior”.

El actual blanqueo, incluido por el gobierno de Milei en el paquete fiscal, según explicó a este medio Fernando López Chiesa, socio de Impuestos en Litvin y Asociados, apunta a “todos los bienes en el país o en el exterior, tales como dinero en efectivo, cuentas bancarias, inmuebles, automóviles, criptomonedas y créditos”. 

Para el especialista, “la idea con el blanqueo es dinamizar el dinero no declarado y que está inactivo, para poder invertirlo, comprar un bono, comprar o alquilar un inmueble, o tener dinero en blanco para aportar a una actividad comercial, un negocio o un capital de trabajo”, entre otras cosas.

¿Quiénes podían acceder a regularizar los activos en cada blanqueo?

En el blanqueo de 2013 se excluía a quienes ejercían una función pública, sus cónyuges y parientes de cualquiera de los poderes del Estado nacional, provinciales, municipales o de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El blanqueo de 2016, en cambio, estaba dirigido a cualquier persona, a excepción de los funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional desde 2010 en adelante. No excluía, sin embargo, a sus familiares, ni a jueces, legisladores, gobernadores e intendentes.

Sin embargo, según Litvin, en una segunda etapa se publicó un decreto que dispuso que los parientes de los funcionarios sólo podían blanquear activos que hubieran sido generados antes de que su familiar asumiera funciones en el gobierno.

El blanqueo de 2024, de acuerdo con el texto de la norma, va dirigido a personas humanas, sucesiones indivisas y empresas, sean o no personas fiscales, así como a personas que no tienen residencia fiscal en la Argentina. 

Cabe aclarar que el artículo 39 del paquete fiscal establece que quedan excluidos quienes hayan desempeñado funciones públicas en los últimos 10 años desde la fecha de entrada en vigencia del blanqueo, y los familiares de todos estos funcionarios, así como personas condenadas o procesadas, entre otros.

¿Cuáles eran los pasos a seguir para poder realizar el blanqueo?

El blanqueo de 2013 exigía la compra a través de dinero repatriado de un Certificado de Depósito para Inversión Inmobiliaria (CEDIN) o de un Bono Argentino de Ahorro para el Desarrollo Económico (BAADE). Al respecto, López Chiesa destacó que, en ese momento, “la persona que blanqueaba sus activos recibía un certificado que podía vender en el mercado secundario como si fuera un título”.

En el blanqueo de 2016 se debían declarar o depositar los fondos en cuentas especiales en un banco, que luego de 6 meses podían retirarse. En caso de que los fondos fueran en moneda extranjera en el exterior, no era obligatorio repatriar esos recursos; es decir, podían quedar en cuentas en el extranjero pero debían estar declaradas ante el fisco local.

En el actual blanqueo, para aquellos que tienen dólares en efectivo sin declarar, López Chiesa destacó que primero se deberá contar con CUIT y clave fiscal, y abrir una cuenta especial en un banco comercial llamada “Cuenta Especial de Regularización de Activos” (CERA). Una vez concretados estos pasos, se deberán llevar los pesos o dólares que se vayan a blanquear y depositarlos antes del 30 de septiembre de 2024.

Para López Chiesa, “en este blanqueo, el procedimiento es similar, pero se endurecen mucho más los requisitos de la documentación, sobre todo lo que tiene que ver con la titularidad”.

¿Qué impuestos de penalidad incluía cada blanqueo?

En 2013, durante la segunda presidencia de Fernández de Kirchner, el dinero blanqueado no estaba sujeto a impuesto especial alguno, de acuerdo con el texto de la ley.

En el de 2016 (Macri), se creaba un impuesto especial que dependía del monto declarado. Iba del 0% (menos de $ 305 mil) al 15% (más de $ 800 mil). Los especialistas coinciden en que se dividió en 2 grandes etapas: en la primera, la mayoría de los activos a declarar tenían una alícuota del 10%, y en la segunda, del 15%. 

Además, tampoco pagaban impuestos los fondos que se invertían en ciertos instrumentos financieros y no se movian durante 5 años.

Según Darío Rossignolo, economista de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), a diferencia del blanqueo actual, en el que el pago del impuesto debe realizarse en dólares al tipo de cambio oficial comprador del Banco Nación, en el de Macri los pagos eran en pesos.

Una de las claves del blanqueo actual tiene que ver con las escalas progresivas de alícuotas y la creación de un mínimo no imponible. En este sentido, cuanto antes se ingrese al régimen, menor será la alícuota a abonar. 

Las alícuotas se dividen en 3 etapas según la temporalidad en la que se declaren los activos: En una primera etapa, se abona una alícuota del 5% sobre el excedente de US$ 100 mil hasta el 30 de septiembre de 2024; la segunda etapa es hasta el 31 de diciembre de 2024, la alícuota es del 10%; y la última etapa es hasta el 31 de marzo de 2025 y la alícuota asciende al 15%.

Respecto al mínimo no imponible, el texto de la ley establece que los contribuyentes que regularicen bienes por un monto de hasta US$ 100 mil, incluyendo dinero en efectivo, no deberán pagar el impuesto especial de regularización.

¿Qué resultados se obtuvieron en los anteriores blanqueos?

En el blanqueo de 2013, luego de 6 prórrogas, se alcanzó un total de US$ 633 millones netos, según una estimación de Chequeado. El número podría ser mayor ya que hubo una séptima prórroga.

El blanqueo de 2016, de acuerdo con información de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), tuvo como resultado una cifra de activos declarados de US$ 116.800 millones. Esta cifra coincide con la estimación de los especialistas consultados por Chequeado.

Al respecto, Litvin destacó que una de las claves de este blanqueo fue el intercambio de información con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), ya que 107 países intercambiaron información automática con la Argentina, lo que permitió declarar muchas cuentas que los argentinos tenían ocultas.

Para el actual blanqueo, especialistas como Fernando López Chiesa consideran que el gobierno espera recaudar “entre 30 y 40 mil millones de dólares”.

Temas

Comentarios

Valoramos mucho la opinión de nuestra comunidad de lectores y siempre estamos a favor del debate y del intercambio. Por eso es importante para nosotros generar un espacio de respeto y cuidado, por lo que por favor tené en cuenta que no publicaremos comentarios con insultos, agresiones o mensajes de odio, desinformaciones que pudieran resultar peligrosas para otros, información personal, o promoción o venta de productos.

Muchas gracias

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *