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Calendario mundial electoral 2024: así usamos IA y la anticipación para frenar la desinformación en las recientes elecciones argentinas

El año 2024 va a ser un súper año electoral en el mundo, con elecciones en decenas de países, que representan alrededor de la mitad de la población del planeta. 

Esto implica que estas sociedades, dado que los contextos electorales junto a otros eventos de conmoción social son escenarios fértiles para la circulación de contenidos o noticias falsas, estarán expuestas al impacto de la desinformación electoral.

¿Por qué nos preocupa ese impacto? 

La desinformación electoral busca (y a veces logra) desalentar la participación de la ciudadanía, cambiar la agenda de la conversación pública y, sobre todo, minar la credibilidad en el proceso electoral, los candidatos, las autoridades y, como objetivo final, la democracia en su conjunto. 

Desde Chequeado venimos trabajando en estos temas y compartiendo aprendizajes con autoridades electorales, periodistas, docentes y distintos actores en la Argentina y el mundo que permitan contribuir a frenar la circulación de desinformación electoral, a través de alianzas, talleres, recursos y herramientas. Pero, sobre todo, compartiendo evidencia sobre cómo la desinformación repite formatos, canales y narrativas en distintos países, lo cual permite anticiparnos. 

Es que la desinformación no es nueva. Si alguien se sorprendió con la cantidad de contenidos de este tipo que circularon en 2016 en las elecciones de los Estados Unidos o en el referéndum del Brexit en el Reino Unido, durante la campaña electoral de 2023 en la Argentina ya eran parte del paisaje. Y también sabemos que no existe una solución mágica para eliminarlos. 

Las propuestas que surgen para prohibir la desinformación son tan dañinas para la libertad de expresión que pueden ser peor que el problema que buscan solucionar. Por eso, necesitamos prepararnos y desarrollar estrategias cada vez más eficientes para contrarrestarlas. 

Este trabajo precisa de muchos actores:

  • Empezando por los ciudadanos que necesitan tener las herramientas adecuadas para poder identificar posibles desinformaciones.
  • Son claves también los periodistas -para chequear antes de difundir una desinformación y para desmentirla cuando es necesario-, los docentes -que ayudan a desarrollar las habilidades para identificarlas-, los influencers en redes sociales -que tienen una llegada enorme con sus contenidos-, y las autoridades electorales y generales -que deben informar de manera oportuna y transparente para mitigar los efectos-, entre muchísimos otros. 
  • Y la tecnología también juega un rol central. Sabemos que puede ayudar a quienes desinforman a hacer sus contenidos más creíbles, pero también que puede ser clave en las soluciones. De hecho, en las elecciones presidenciales de Argentina, en 2023, tanto durante la campaña como en las jornadas electorales, la tecnología y la inteligencia artificial fueron, para nosotros, aliadas indispensables. 

Cómo usamos lo que desarrollamos

Desde 2016, en Chequeado desarrollamos -con la contribución de herramientas de inteligencia artificial– productos que hacen más eficiente nuestro trabajo diario de verificar, y lo llevan a una nueva escala.

Chequeabot leyendo medios

Uno de ellos es el Chequeabot, que nos ayuda a encontrar frases chequeables entre el mar de declaraciones diarias, a identificar datos que ya chequeamos y a hacer transcripciones automáticas, entre otras cosas. Todas estas herramientas las usamos en nuestro trabajo cotidiano, pero se vuelven aún más gravitantes en el momento de los chequeos colectivos en vivo de los discursos de aperturas del Congreso o de los debates presidenciales. 

Los políticos, como todos nosotros, repiten muchas veces los mismos argumentos y en algunos casos lo hacen con las mismas frases y datos. Por eso, antes de los debates, ver qué argumentos vienen repitiendo nos sirvió para preparar los datos y la información que podemos llegar a necesitar en el momento de la verificación. Gracias a la aplicación del Chequeabot para este relevamiento que logramos de las declaraciones chequeables, pudimos tener durante la campaña información sobre las frases más repetidas por los candidatos y preparar todo para chequear en caso de que la dijeran en los debates, algo que efectivamente ocurrió con varias de ellas.

 

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Además, durante los 3 debates presidenciales que tuvimos, pudimos seguir rápidamente lo que se decía con la transcripción en vivo, que por primera vez pudimos abrir al público (antes la compartíamos sólo una vez que fuese revisada por personas de nuestro equipo; ahora las mejoras en la tecnología nos permitieron hacerlo en tiempo real aunque contuviese algunos errores). La transcripción en vivo incluyó también chequeos relacionados a las frases que mencionó cada candidato.

El impacto de la tecnología en nuestro trabajo, haciendo más eficiente nuestros tiempos, fue y es central para el éxito en el freno a la circulación de desinformaciones (electorales, en este caso): desmentir un contenido desinformante en el momento de mayor crecimiento, cuando la viralidad empieza a acelerarse y cuando la conversación público puso el ojo sobre ella, nos da una ventaja frente a hacerlo en momentos menos virales. 

Datos y evidencia para anticipar: la importancia del prebunking

Junto al desarrollo tecnológico y el uso de la inteligencia artificial, durante las elecciones argentinas de 2023 trabajamos en el análisis de tendencias, para poder implementar estrategias de prebunking, es decir, anticiparnos a la desinformación. 

En este caso, hicimos este trabajo desde Reverso, la alianza que por tercer período electoral nacional consecutivo impulsamos junto a AFP y que contó con más de 120 medios aliados en todo el país.

Por supuesto, no podíamos saber qué desinformación específica iba a circular, pero sí podíamos hacer un trabajo preventivo en base a las desinformaciones que habían circulado en otros países o en años anteriores. Además, pudimos explicar las técnicas que suelen utilizar los desinformantes y las complejidades del sistema electoral del país, tema que fue utilizado para desinformar, intentando llenar vacíos informativos. 

En esta línea, lo que hicimos fue hablar con distintos colegas de otros países para ver qué desinformaciones habían circulado durante las elecciones en sus territorios (se trata de un trabajo que ya habíamos comenzado; de hecho acá puede verse una recopilación de 10 tipos de desinformaciones electorales comunes en la región que hicimos junto a Unesco), pero además buscamos los contenidos falsos que habían circulado en elecciones previas en la Argentina. Con esto, empezamos a preparar materiales que pudiesen ayudar a las personas a identificar posibles desinformaciones que se cruzaran. 

A lo largo de la campaña, también realizamos análisis permanentes de cuáles eran los tipos de desinformaciones que más circulaban, cuáles eran los más virales y cuáles los potencialmente más dañinos (por ejemplo, porque deslegitimaban el proceso electoral) para poder advertir a los ciudadanos sobre ellos. Esto lo hacíamos a través de contenidos periodísticos, como notas, infografías y videos, pero también a través de las conversaciones en nuestra línea de WhatsApp, donde a medida que se acercaba cada instancia electoral se multiplicaban las consultas. 

Tener un equipo de periodistas y especialistas en otras áreas desmintiendo desinformación, es una de las estrategias más efectivas que hemos encontrado para contrarrestar este fenómeno, que se multiplica en tiempos electorales. Pero sumarle tecnología que acorte los tiempos y nos pueda hacer más eficientes, además de darle herramientas a la ciudadanía para que pueda identificar rápidamente las potenciales desinformaciones, nos permite saber que el trabajo de verificación de las desinformaciones puede escalar mucho más. 

Aún cuando en la Argentina todavía resuenan los ecos de un año electoral que marcó la agenda de la desinformación y, en consecuencia, la de nuestro equipo en Chequeado, el mapa del supercalendario electoral 2024 en Latinoamérica y otras regiones del mundo ya nos señala uno de los caminos que recorreremos compartiendo evidencia, aprendizajes y tecnología en los distintos contextos electorales.

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