Baja temporal de las retenciones: ¿cuál es la situación del campo y qué impacto tiene la medida que oficializó el gobierno?

- El Gobierno nacional anunció una reducción de los derechos de exportación de forma temporal en el caso de las principales commodities y de forma permanente a las economías regionales.
- En los últimos años, los precios de la producción agropecuaria se redujeron de forma significativa, mientras que en paralelo se produjo un incremento de los costos de producción, según especialistas. Además, por las retenciones y la brecha cambiaria, los productores reciben un porcentaje menor que el precio internacional.
- El sector también está afectado por la falta de lluvias. Según estimaciones de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la campaña se reduciría a las 49,6 millones de toneladas en soja y 49 millones en maíz.
El Gobierno nacional decretó una reducción en los derechos de exportación de forma temporal en el caso de las principales commodities y de forma permanente a las economías regionales.
La medida fue publicada hoy en el Boletín Oficial, y regirá hasta fines de junio. La soja bajará del 33% actual al 26%, mientras que sus derivados pasarán del 31% al 24,5%. En tanto, el trigo, el maíz, el sorgo y la cebada pasarán del 12% al 9,5%, y el girasol, del 7% al 5,5%.
Para acceder al beneficio, no obstante, los productores deberán presentar una Declaración Jurada de Venta (DJV) ante la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) y en 15 días tendrán que liquidar el 95% de los dólares producidos por la venta. De excederse ese plazo, deberán abonar las retenciones vigentes hasta ayer.
El beneficio fue anunciado el 24 de enero por el ministro de Economía, Luis Caputo (La Libertad Avanza) y el vocero presidencial Manuel Adorni. En sus fundamentos, Caputo aseguró que la medida se debe “a una situación particular del campo producto de la combinación de la sequía y de la baja del precio de las commodities”.
Pero ¿cuál es la situación del sector agropecuario? Te lo contamos en esta nota.
Baja de precios de las commodities
En los últimos 2 años el precio de las commodities (bienes primarios producidos a gran escala y de forma estandarizada) -principalmente la soja- se redujo de forma significativa.
De acuerdo a una estimación del sitio especializado Agrofy en base al mercado de futuros del Chicago Board of Trade (CBOT), en su última cotización el precio de la soja era de U$S 391 por tonelada, un poco menos de la mitad si se compara con períodos como el de junio de 2022 (U$S 649) y similar al precio de períodos como el de 2016 al 2018, que fue cercano a los U$S 350 en promedio. Una situación parecida ocurre con el trigo y el maíz, aunque este último se encuentra en mínimos históricos desde ese mismo período.
Ante la consulta de Chequeado, el productor agropecuario, ex vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y ex secretario de agregado de valor del Ministerio de Agroindustria durante el gobierno de Mauricio Macri (Juntos por el Cambio), Néstor Roulet, explicó que una de las causas de la situación actual del sector agropecuario son “los bajos precios internacionales, ya que hoy el productor está recibiendo por la soja U$S 240 por tonelada, cuando hace un año y medio estaba recibía U$S 400”.
El especialista agregó que “la diferencia con otros países productores como Brasil, Uruguay, Paraguay o Estados Unidos es que no tienen retenciones, por lo que los productores de esos países reciben U$S 380 dólares contra los U$S 240 de los productores de Argentina”.
Efectivamente, a principios de enero de 2025 un productor de soja recibía por cada tonelada unos US$ 238, el 59,4% del precio internacional que se ubicó en US$ 415. La diferencia radica en las retenciones y en el cepo cambiario, dado que el productor liquida su cosecha según el dólar blend (un 80% al valor del dólar oficial y un 20% al CCL), pero luego con los pesos que recibe no puede acceder al mercado oficial sino que debe comprar dólares en el mercado paralelo.
En tanto, los productores de trigo y maíz recibieron el 78,9% del valor en dólares de su producción.
Con el nuevo esquema temporal anunciado por el Gobierno, un productor de soja obtendría el 66,2% del precio internacional (con un valor de US$ 416, recibe luego de retenciones y la compra de dólares financieros US$ 266). En tanto, los productores de trigo y maíz se quedarán con el 81,5%.
Ante esta situación, el economista y ex jefe de asesores de Alberto Fernández (Unión por la Patria), Antonio Aracre, explicó a Chequeado que “el productor agropecuario es el último eslabón y el más débil porque, a diferencia del rentista que no se vio afectado por la baja de alquileres, además del precio internacional también está sujeto a todas las cargas fiscales e impositivas”.
La situación climática y las perspectivas para el agro
Roulet explicó a este medio que “una de las principales preocupaciones de esta campaña es la sequía y su incidencia sobre los rindes”, algo que también advirtió en su último informe la Bolsa de Comercio de Rosario.
Para este organismo, en la zona núcleo se podría cosechar un 44% menos de maíz que el año pasado. Y si bien no hizo estimaciones, el mismo informe consideró que el 25% de la soja de primera está en condición regular a mala en esa misma región.
Por su parte, la Dirección de Información y Estudios Económicos (DIyEE) del mismo organismo estimó que el porcentaje de humedad promedio en el primer metro del suelo en la zona núcleo a la primera semana de enero se encuentra en niveles mínimos, similares a los de la campaña de 2023. Dicha campaña fue considerada como una de las más secas de la historia desde 1961.
Cecilia Conde, jefa de estimaciones agrícolas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, estimó en base al último panorama agrícola semanal de la entidad, que “si bien se han registrado precipitaciones en los últimos días, la falta continua de humedad y las altas temperaturas, principalmente sobre el Núcleo Sur y Centro-Este de Entre Ríos, ha impactado sobre rendimiento potencial de soja de primera”.
En las estimaciones del informe, la campaña de la soja de este año se redujo en 1 millón de toneladas, alcanzando las 49,6 millones. En el caso del maíz, la estimación de la reducción también sería de un millón de toneladas, lo que implicaría una proyección de 49 millones.
Para Aracre, “en las próximas semanas debería haber una lluvia sostenida y no esporádica para que la producción no entre en una situación de crisis”.
Altos costos de producción
Para Roulet, “la baja de precios internacionales y alta carga impositiva se ve agravada por la suba de los costos en dólares”. En rigor, de acuerdo a un relevamiento que mensualmente elabora la empresa Grupo Cencerro sobre la relación entre insumo y producto, las cantidades de commodities de soja necesarias para adquirir insumos como glifosato, gasoil o urea, en enero de 2025, se encuentran en un valor por encima de la media histórica desde 2003.
Mientras que en promedio desde 2003 se necesitaban 14,80 kilogramos de soja para poder adquirir un litro de glifosato, en la actualidad se necesitan 15,72 kilos. Esto quiere decir, que este insumo está un 6% por encima de su valor histórico. De todas formas, se tratan de menos cantidades si se analiza con la media de los 2 últimos años (17,17 kilogramos).
Para Ezequiel Cruz, director general de la empresa, “quedó muy caro producir por la caída del precio de los granos. En los últimos 2 años se redujo en un 50% el valor de los commodities si contemplamos los precios de Chicago”. En el mismo sentido, Aracre consideró que “con una rentabilidad más fina, el productor revisa con detenimiento qué insumo compra, o bien se vuelca hacia los más baratos o genéricos, e invierte menos en tecnología, lo que también afecta al sector de insumos”.
El impacto de la rebaja temporal de las retenciones
Como se mencionó más arriba, el ministro Caputo anunció una baja temporal de las retenciones a las principales commodities a raíz del impacto del clima y la baja de los precios internacionales.
De acuerdo a una estimación de Roulet, antes de los cambios un productor de soja que alquila campos tenía una pérdida de US$ 78,9 por hectárea, deduciendo los costos de producción y con un rinde promedio de 3,5 toneladas por hectárea (afectado por el clima).
Es decir, que la venta de su producción luego de restarle los impuestos no le alcanzaba para cubrir los costos. Por el contrario, el Estado entre retenciones y otros impuestos obtenía US$ 473,3.
En el nuevo escenario el productor de soja tendría un saldo positivo de U$S 26,17 por hectárea. El Estado, por su parte, se quedaría con US$ 414,5 por hectárea según la misma estimación.
En el mismo sentido, para Aracre la medida “le devuelve al productor unos US$ 80-90 por hectárea de rentabilidad, que es prácticamente en el esquema alquilado lo que estaba en rojo”.
Para el especialista la medida “es interesante desde el punto de vista del incentivo a la liquidación, ya que le va a traer al gobierno, desde ahora a junio, U$S 10.000 y U$S 15.000 millones de dólares”.
Sin embargo, también advirtió “que la clave va a estar en la implementación, ya que para que funcione, el productor tiene que ver esa baja en la pizarra y que no quede en manos de las 4 o 5 grandes exportadoras”. Por esta razón consideró que “lo que cuenta es la letra de la resolución y que quienes lo tengan que implementar entiendan de este proceso”.
Fecha de publicación original: 27/01/2025
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