Cómo impactó la sequía en la cosecha de 2023 y en la economía argentina
- Los principales cultivos sufrieron pérdidas del 50%: en el caso de la soja, se trató de la peor campaña desde 1999.
- En agosto, la actividad del agro cayó 27,1% interanual y la economía en general tuvo una baja del 1,6%. Se estima que las pérdidas del campo significarán un recorte de más de 3 puntos porcentuales del PBI en todo 2023.
- Las exportaciones de productos primarios cayeron 35,7% y se liquidaron US$ 17 mil millones menos que en 2022. Hasta octubre último, la recaudación por derechos de exportación sufrió una baja del 44% en términos reales.
Última actualización 12/11/2023
El año 2022 se ubicó entre los 14 años más secos desde 1961 en Argentina, y en los primeros meses de 2023 esta situación se prolongó, generando graves consecuencias no sólo para los cultivos sino para toda la economía en general.
En esta nota contamos cuáles son las consecuencias de la sequía en la producción agropecuaria de nuestro país y cómo esto impacta en los datos de la economía argentina.
Un 50% de pérdidas en los principales cultivos
La sequía tuvo importantes efectos en la producción agrícola de nuestro país. Como se explica en esta nota, como consecuencia del fenómeno de La Niña durante 3 años consecutivos, el periodo 2020-2022 fue el que más impacto tuvo en los cultivos, especialmente en la zona núcleo y región central, según el Servicio Meteorológico Nacional
En el caso de la soja, estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) sostienen que la producción para la campaña 2022/23 fue de 20 millones de toneladas, un 54,3% inferior a la campaña previa (43,8 millones, según datos oficiales) y la peor performance desde 1999.
Para el trigo, la BCR estima una cosecha de 11,5 millones de toneladas para la campaña 2022/23, lo que representa un 48% menos que la campaña previa. Estos niveles tan bajos de producción no se registraban desde el año 2015.
Finalmente, se estima para el maíz una producción de 36 millones de toneladas (un 39% menos que la campaña anterior), algo que no ocurría desde 2012/13.
De cara a la próxima campaña, en tanto, los reportes meteorológicos muestran que la normalización de las precipitaciones dejó un balance positivo para el otoño, aunque en algunas regiones esto “no alcanzó para revertir la condición de sequía y escasez hídrica”.
Con este panorama, la Bolsa de Comercio de Buenos Aires pronosticó una caída del área sembrada para el caso del trigo y una merma en los rindes del maíz.
La ganadería también sufre los efectos de la sequía. Un informe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) destaca que hasta agosto (último dato disponible) la faena de cabezas de ganado había caído 16%.
Las consecuencias económicas de la sequía
En agosto, el nivel de actividad económica (dato que anticipa el Producto Bruto Interno, que se publica trimestralmente) cayó 1,6% en el acumulado anual con respecto a igual período de 2022. Los datos oficiales muestran que la actividad agropecuaria cayó en agosto un 27,1% interanual.
En el mismo sentido, la BCR estimó que el Valor Agregado Bruto (VAB) de las cadenas agroalimentarias (el aporte del sector agropecuario al PBI) cayó 14% interanual en el primer semestre de 2023 (último dato disponible). “Si consideramos el aporte de las cadenas al PBI del primer semestre de cada año, se obtiene que la participación en el VAB total es la más baja desde al menos el 2007”, indicó la entidad.
Ante esta situación, el Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo en abril las perspectivas de crecimiento del PBI de la Argentina a sólo el 0,2% para 2023, mientras que el Banco Mundial, en su informe más reciente, vaticinó una caída del 2% este año.
David Miazzo, economista jefe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo Argentino (FADA) dijo a este medio que las consecuencias de la sequía tendrán “un impacto directo equivalente a 3 puntos porcentuales del PBI, más los efectos multiplicadores sobre el resto de las actividades”, que elevarían las pérdidas a una cifra cercana a los US$ 25 mil millones.
El especialista graficó la situación de esta forma: “De cada 2 camiones que trabajaron el año pasado en transportar la cosecha, este año va a trabajar sólo 1. Esto implica que de cada 2 litros de gasoil que se cargaron, se va a cargar uno. Lo mismo ocurre con todos los insumos del agro, como fertilizantes y semillas, entre otros”.
Fuerte caída en las exportaciones y la liquidación de divisas
Las consecuencias de la sequía también se manifiestan en las exportaciones. Según datos oficiales, en septiembre de 2023 las ventas al exterior cayeron un 22,4%, acumulando una caída del 24% en los primeros 9 meses del año. Como resultado de esto, el país tuvo un déficit comercial (es decir, la diferencia entre las exportaciones e importaciones) de US$ 6.821 millones, el más alto de toda la serie oficial, que se inicia en 1990.
Al hacer zoom sobre la actividad agropecuaria, los ingresos por exportación de productos primarios (la materia prima sin procesar, como el poroto de soja) cayeron 35,7% en los primeros 9 meses de 2023 con respecto a igual período del año anterior, mientras que las manufacturas de origen agropecuario (productos agrícolas industrializados, como el aceite de soja) sufrieron un recorte de 16,7%.
El impacto en las cuentas públicas
Esta situación redundó en un menor ingreso de dólares en el país. El último informe de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) destacó que hasta septiembre de 2023 las exportadores de cereales y la industria oleaginosa liquidaron (es decir, cambiaron a pesos los dólares y otras monedas que obtuvieron por comerciar con el exterior) un 50,5% menos de divisas que en igual período de 2022.
Se trata de más de US$ 17 mil millones que, en comparación con 2022, el Banco Central dejó de recibir, en un contexto de escasez de reservas internacionales.
En este sentido, Mariana Barreña, economista de la Universidad de Buenos Aires (UBA), señaló a Chequeado que esta situación “afecta a las posibilidades del Banco Central de acumular reservas internacionales, y contribuye al deterioro de las cuentas públicas por la caída en la recaudación de derechos de exportación”. Además, señaló que “el problema en el sector externo deriva en la necesidad de reducir importaciones y esto también deprime el nivel de actividad”.
En tanto, hasta octubre la recaudación por derechos de exportación (compuesto principalmente por las retenciones al agro) cayó 44% interanual, según datos de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
Al respecto, Miazzo sostuvo que “en términos de recaudación hay un primer impacto directo en los derechos de exportación, que estaría entre los US$ 5 mil y US$ 7 mil millones. Y después impactos indirectos en impuestos a las Ganancias, impuesto al Cheque, e Ingresos Brutos provinciales, entre otros”.
Actualización 12/11/2023: se actualizó la nota con los últimos datos disponibles.
Fecha de publicación original: 07/07/2023
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