Cómo impactó la sequía en la cosecha de 2023 y en la economía argentina

- Los principales cultivos sufrieron pérdidas del 50%: en el caso de la soja, se trató de la peor campaña desde 1999.
- En abril, la actividad del agro cayó 36,8% interanual y la economía en general tuvo una baja del 4,2%. Se estima que las pérdidas del campo significarán un recorte de más de 3 puntos porcentuales del PBI en todo 2023.
- Las exportaciones de productos primarios cayeron 41,4% y se liquidaron US$ 8 mil millones menos que en 2022. En el primer semestre, la recaudación por derechos de exportación sufrió una baja del 52,1% en términos reales.
El año 2022 se ubicó entre los 14 años más secos desde 1961 en Argentina, y en los primeros meses de 2023 esta situación se prolongó, generando graves consecuencias no sólo para los cultivos sino para toda la economía en general.
En esta nota contamos cuáles son las consecuencias de la sequía en la producción agropecuaria de nuestro país y cómo esto impacta en los datos de la economía argentina.
Un 50% de pérdidas en los principales cultivos
La sequía tuvo importantes efectos en la producción agrícola de nuestro país. Como se explica en esta nota, como consecuencia del fenómeno de La Niña durante 3 años consecutivos, el periodo 2020-2022 fue el que más impacto tuvo en los cultivos, especialmente en la zona núcleo y región central, según el Servicio Meteorológico Nacional
En el caso de la soja, estimaciones de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) sostienen que la producción para la campaña 2022/23 fue de 21,5 millones de toneladas, un 51% inferior a la campaña previa (43,8 millones, según datos oficiales) y la peor performance desde 1999.
Para el trigo, la BCR estima una cosecha de 11,5 millones de toneladas para la campaña 2022/23, lo que representa un 48% menos que la campaña previa. Estos niveles tan bajos de producción no se registraban desde el año 2015.
Finalmente, se estima para el maíz una producción de 32 millones de toneladas (un 46% menos que la campaña anterior), algo que no ocurría desde 2012/13.
De cara a la próxima campaña, en tanto, los reportes meteorológicos muestran que la normalización de las precipitaciones dejó un balance positivo para el otoño, aunque en algunas regiones esto “no alcanzó para revertir la condición de sequía y escasez hídrica”.
Con este panorama, la Bolsa de Comercio de Buenos Aires pronosticó una caída del área sembrada para el caso del trigo y una merma en los rindes del maíz.
La ganadería también sufre los efectos de la sequía. Un informe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) destaca que se incrementó la faena de cabezas de ganado, principalmente hembras (el 56% del total).
David Miazzo, economista jefe de FADA, señaló a Chequeado esto se debe a que “los productores no pueden tener la hacienda en el campo, debido a la sequía y también a un proceso de descapitalización porque el precio se retrasó respecto de la inflación”
Las consecuencias económicas de la sequía
En abril, el nivel de actividad económica (dato que anticipa el Producto Bruto Interno, que se publica trimestralmente) cayó 1,9% con respecto al mes previo y 4,2% con respecto a igual mes del año anterior, el peor retroceso desde octubre de 2020 (-7,3%), cuando la economía sufría las consecuencias de las restricciones a la circulación impuestas por la pandemia del coronavirus.
Un informe de la consultora Ecolatina -fundada por el ex ministro de Economía Roberto Lavagna- destacó que esta caída de la actividad estuvo totalmente relacionada con la performance del agro.
En este sentido, los datos oficiales muestran que la actividad agropecuaria cayó en abril un 36,8% interanual. Se trata de la peor performance en ese mes (junto con mayo, los 2 en los que más fuerte se desarrolla la actividad) desde que se publica el índice, en 2004.
En el primer cuatrimestre, en tanto, la actividad del agro anotó una baja del 21,5% con respecto a igual período de 2022, y un 26,2% que en relación a 2019. Para encontrar un nivel inferior hay que retrotraerse al año 2009, durante otra de las grandes sequías que sufrió el país.
Ecolatina destacó en su informe que el resto de los rubros (como el comercio, la industria y la construcción) aún mostraron signos de crecimiento, pero vaticinó que “en lo que resta del segundo trimestre los efectos de la sequía se irán trasladando al resto de la economía, cobrando mayor fuerza los impactos negativos indirectos, lo cual llevará a que una mayor proporción de sectores posiblemente exhiba caídas en este periodo”.
Ante esta situación, el Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo en abril las perspectivas de crecimiento del PBI de la Argentina a sólo el 0,2% para 2023, mientras que el Banco Mundial, en su informe más reciente, vaticinó una caída del 2% este año.
Miazzo dijo a este medio que las consecuencias de la sequía tendrán “un impacto directo equivalente a 3 puntos porcentuales del PBI, más los efectos multiplicadores sobre el resto de las actividades”, que elevarían las pérdidas a una cifra cercana a los US$ 25 mil millones.
El especialista graficó la situación de esta forma: “De cada 2 camiones que trabajaron el año pasado en transportar la cosecha, este año va a trabajar sólo 1. Esto implica que de cada 2 litros de gasoil que se cargaron, se va a cargar uno. Lo mismo ocurre con todos los insumos del agro, como fertilizantes y semillas, entre otros”.
Fuerte caída en las exportaciones y la liquidación de divisas
Las consecuencias de la sequía también se manifiestan en las exportaciones. Según datos oficiales, en mayo de 2023 las ventas al exterior cayeron un 25%, acumulando una caída del 22% en los primeros 5 meses del año. Como resultado de esto, el país tuvo un déficit comercial (es decir, la diferencia entre las exportaciones e importaciones) de US$ 2.641 millones, el más alto desde 2018.
Al hacer zoom sobre la actividad agropecuaria, los ingresos por exportación de productos primarios (la materia prima sin procesar, como el poroto de soja) cayeron 41,4% en los primeros 5 meses de 2023 con respecto a igual período del año anterior, mientras que las manufacturas de origen agropecuario (productos agrícolas industrializados, como el aceite de soja) sufrieron un recorte de 23,7%.
En cantidades, en el mismo período nuestro país exportó un 42% menos de productos primarios y un 16,7% de manufacturas de origen agropecuario.
Un informe del Consejo Agroindustrial Argentino (integrado por empresas del sector agropecuario y bolsas de cereales de todo el país) destacó que las principales caídas en las ventas al exterior se dieron en el trigo (-82,3% en los primeros 5 meses de 2023), maíz (-35,2%), soja (-27,3%) y cebada (-22,9%).
El impacto en las cuentas públicas
Esta situación redundó en un menor ingreso de dólares en el país. El último informe de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) destacó que en el primer semestre de 2023 las exportadores de cereales y la industria oleaginosa liquidaron (es decir, cambiaron a pesos los dólares y otras monedas que obtuvieron por comerciar con el exterior) un 42,4% menos de divisas que en igual período de 2022.
Se trata de más de US$ 8 mil millones que, en comparación con 2022, el Banco Central dejó de recibir, en un contexto de escasez de reservas internacionales.
En este sentido, Mariana Barreña, economista de la Universidad de Buenos Aires (UBA), señaló a Chequeado que esta situación “afecta a las posibilidades del Banco Central de acumular reservas internacionales, y contribuye al deterioro de las cuentas públicas por la caída en la recaudación de derechos de exportación”. Además, señaló que “el problema en el sector externo deriva en la necesidad de reducir importaciones y esto también deprime el nivel de actividad”.
En tanto, en junio la recaudación por derechos de exportación (compuesto principalmente por las retenciones al agro) cayó un 13% real (es decir, contemplando la inflación) y acumula una baja del 52,1% en el primer semestre del año, según datos de la Administración Federal de Ingresos Públicos.
Al respecto, Miazzo sostuvo que “en términos de recaudación hay un primer impacto directo en los derechos de exportación, que estaría entre los US$ 5 mil y US$ 7 mil millones. Y después impactos indirectos en impuestos a las Ganancias, impuesto al Cheque, e Ingresos Brutos provinciales, entre otros”.
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