¿Es demasiado alta la presión fiscal en la Argentina?
Una de las críticas más frecuentes al sistema fiscal argentino es que provoca una alta presión fiscal. Uno de los más recientes referentes políticos en denunciarlo fue Eduardo Duhalde en un documento presentado por sus asesores económicos, donde objeta la política actual del gobierno, y entre otras cosas denuncia que “la sociedad sufre una presión impositiva récord”. ¿Qué significa realmente la presión impositiva y cómo se compara con otros países?
La presión impositiva se define como la parte del PBI que entra a las arcas fiscales a través de los impuestos. Esta proporción es, efectivamente, bastante alta en la Argentina si se compara con otros países de la región, donde sólo Brasil la supera.
Pero los números no lo dicen todo. Hay que tener en cuenta que el Estado argentino no explota recursos naturales a gran escala, como si sucede en otros países, donde la entrada de dinero por fuentes no tributarias es mayor. Es el caso de Chile, con el cobre, y de Venezuela y México con el petróleo. Como explica un informe de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) “en la Argentina los recursos tributarios representan alrededor del 90% del total de los ingresos fiscales”. En Chile, por ejemplo, el 66%. Si bien en otros países hay una presión tributaria menor, el Estado es propietario de sus mayores fuentes de riqueza, lo que en cierta forma desbalancea la estadística.
Sin embargo, si se compara a la Argentina con los países desarrollados, la presión impositiva no parece tan alta. En promedio, los países de la Organización de Comercio (OCDE) que en su mayoría integran los países desarrollados tienen un presión fiscal de 35,8 (datos de 2008, los últimos disponibles). El más alto es Dinamarca, con 48,3%, y el más bajo México con 21,1. En EE.UU. La proporción de impuestos en relación con el PBI es de 26,9 por ciento.
Pero aunque la presión impositiva argentina puede ser similar en términos absolutos a la de algunos países desarrollados, la manera como se recaudan los impuestos no lo es. El tipo de impuestos que se pagan es muy distinto. En la Argentina, gran parte de la recaudación fiscal proviene de los impuestos indirectos (46% según la CEPAL, entre ellos el IVA). Este impuesto es regresivo, ya que se les cobra a todos por igual, con lo que perjudica a los más desfavorecidos. En los países de la OCDE, en cambio, la mayor porción de los impuestos viene de los impuestos directos (más de un 40%), que se les cobran a personas y empresas de manera progresiva; es decir, paga más quien tiene más. Los impuestos indirectos representan apenas el 31 por ciento.
Según el informe de la CEPAL, los sistemas basados en el cobro de impuestos regresivos potencian las desigualdades. Concretamente, para el organismo, “los problemas propios de sociedades con elevado grado de desigualdad distributiva son potenciados por la existencia de mayores niveles de regresividad en sus sistemas tributaries”.
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