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La OMS declaró el final de la emergencia sanitaria internacional por COVID-19: qué significa

Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas:
  • Tras 3 años y 3 meses, la Organización Mundial de la Salud puso fin a la emergencia sanitaria por COVID-19, el máximo nivel de alerta que prevé el Reglamento Sanitario Internacional.
  • Sin embargo, eso no significa que la COVID-19 haya dejado de ser una amenaza para la salud mundial, advierten los especialistas.
  • La enfermedad causó la muerte de casi 7 millones de personas alrededor del mundo, aunque la OMS calcula que el número de víctimas es varias veces mayor que la oficial: al menos 20 millones.

 

Última actualización: 09/05/2023

El 30 de enero de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró al brote mundial de COVID-19 como una emergencia sanitaria de importancia internacional (PHEIC, por sus siglas en inglés).

Tras 3 años y 3 meses, el director general de la organización, Tedros Adhanom Ghebreyesus, puso hoy final a la emergencia por esta enfermedad, que causó oficialmente casi 7 millones de muertes alrededor del mundo, aunque la OMS calcula que el número de víctimas es varias veces mayor: al menos 20 millones.

“Con gran esperanza declaro que la COVID-19 ha terminado como emergencia sanitaria mundial. Sin embargo, eso no significa que la COVID-19 haya dejado de ser una amenaza para la salud mundial. La semana pasada, se cobró una vida cada tres minutos y eso son solo las muertes que conocemos”, sostuvo Ghebreyesus.

Pero, ¿qué significa que la OMS haya declarado el final de la emergencia sanitaria internacional por COVID-19? Te lo contamos en esta nota.

Qué es la emergencia sanitaria

La emergencia sanitaria que ahora finaliza es el máximo nivel de alerta que prevé el Reglamento Sanitario Internacional. Es una herramienta con la que cuenta la OMS para agilizar decisiones cuando una enfermedad tiene un impacto grave en la salud pública, es inusual e inesperada, con riesgo de propagación transfronteriza, y tiene capacidad de generar restricción de movimientos de bienes o personas. 

La medida confiere poderes en el ámbito internacional a la OMS mediante recomendaciones que serán de obligado cumplimiento para los países miembros, es un medio para movilizar recursos de forma más rápida, autorizar medicamentos (o vacunas) con menos trámites o dictar resoluciones que tengan más eco en los Estados miembros.

¿Por qué poner fin a la emergencia ahora? Didier Houssin, presidente del comité de emergencia que asesora a la OMS sobre el COVID-19, expresó: “Es cierto que el virus continúa circulando. Es verdad que hay muchas incertidumbres sobre la evolución del virus. Es verdad que todavía hay fallas en la vigilancia, especialmente en los países más vulnerables. Pero la situación ha mejorado considerablemente, con menos mortalidad y más inmunidad, ya sea inducida por las vacunas o por las infecciones naturales”. 

Y agregó: “Es hora de cambiar de herramienta. La emergencia consiste en generar movilización y reacción, pero no se debe abusar de ella, porque no se adapta a eventos que se convierten en crónicos, como el COVID-19”.

Qué significa el fin de la alerta

Desde la OMS explicaron que la noticia significa que ha llegado el momento de que los países pasen del modo de emergencia a la gestión del COVID-19 junto con otras enfermedades infecciosas.

“Este virus está aquí para quedarse. Sigue matando y sigue cambiando. Sigue existiendo el riesgo de que aparezcan nuevas variantes que provoquen nuevos repuntes de casos y muertes. Lo peor que podría hacer ahora cualquier país es utilizar estas noticias como motivo para bajar la guardia, desmantelar los sistemas que ha construido o enviar el mensaje a su población de que el COVID-19 no es nada de lo que preocuparse”, alertó Tedros Adhanom Ghebreyesus

En este sentido, la OMS publicó esta semana la cuarta edición del Plan Estratégico Mundial de Preparación y Respuesta para COVID-19, que describe acciones críticas para los países en cinco áreas centrales: vigilancia colaborativa, protección comunitaria, atención segura y escalable, acceso a contramedidas y coordinación de emergencias.

“El fin de la PHEIC no implica que la COVID-19 esté definitivamente superada, sino que estamos en otra situación en la que los mecanismos de abordaje son otros, similares a los que se realizan con otras enfermedades respiratorias transmisibles como la gripe o la bronquiolitis”, sostuvo Salvador Peiro, epidemiólogo e investigador de la Fundación para el fomento de la investigación sanitaria y biomédica de la Comunidad Valenciana, España.

Y agregó: “Aunque el SARS-CoV-2 no está mostrando, al menos hasta el momento, un comportamiento estacional, es muy probable que vayamos teniendo varios repuntes al año (“olitas” más que “olas”) a medida que nos distanciamos en el tiempo de las variantes que causaron las infecciones previas y de las dosis de refuerzo”.

Por su parte, Mike Ryan, director ejecutivo del programa de emergencias sanitarias de la OMS, dijo que la emergencia puede haber terminado, pero la amenaza para la salud pública sigue ahí. “Esperamos plenamente que este virus continúe transmitiéndose, pero esta es la historia de las pandemias. Se necesitaron décadas para que desaparecieran los últimos estertores del virus pandémico de 1918. En la mayoría de los casos, las pandemias realmente terminan cuando comienza la próxima”, sostuvo en conferencia de prensa.

Como contamos en esta nota, las pandemias tienen un final epidemiológico cuando el aumento de casos deja de ser tal y la enfermedad ya no tiene impacto en la salud pública. Pero también un final sociológico cuando las personas dejan de dar importancia al virus, algo que no necesariamente se deriva de los datos epidemiológicos. Históricamente, la mayoría de las enfermedades infecciosas llegaron para quedarse y gracias a intervenciones como vacunas o tratamientos pudieron ser controladas.

El impacto de la COVID-19 en la Argentina y en el mundo  

A nivel mundial, a 30 de abril de 2023 se han registrado más de 765 millones de casos confirmados y más de 6,9 millones de muertes. La cifra de contagios de COVID-19 y muertes reportadas se ha seguido reduciendo a nivel global: en la última semana de abril, la OMS confirmó 630.000 casos en el mundo y 3.500 muertes, cuando en enero se superaron los 1,3 millones de positivos y los 14.000 fallecidos.

En la Argentina, se notificaron desde el comienzo de la pandemia y hasta el 22 de abril último 10.052.021 casos de COVID-19 y 130.501 fallecidos, según el último Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación. 

 

Actualización 09/05/2023: se actualizó la nota con la última información disponible

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