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Esta nota tiene más de un año

Lepra en la Argentina: mitos y realidades

Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas:
  • Cada año se detectan entre 300 y 400 nuevos casos en el país.
  • Muchos se pueden curar con tratamientos de entre 6 meses y 1 año.
  • Los niveles de contagio son muy bajos.

Periódicamente circula información sobre nuevos casos de lepra, una enfermedad de la piel, en algunas provincias del nordeste de nuestro país. ¿Qué hay de cierto? Todos los años hay casos de diagnósticos de lepra en el país, no hay por qué alarmarse ni preocuparse: no se trata de una epidemia descontrolada.

No hay motivo de alarma, no se trata de un brote ni estamos teniendo reportes de casos especialmente graves: por el contrario, el diagnóstico temprano funciona muy bien”, señaló a Chequeado Ernestina Valdez, técnica del Programa de Lepra que funciona en el Hospital de Enfermedades Transmisibles Dr. Pedro Baliña y responsable de las estadísticas en relación con esta enfermedad en Misiones.

“En 2018 tuvimos 36 casos en la provincia, en línea con lo que venía sucediendo en años anteriores: generalmente se detectan entre 35 y 40 casos nuevos anualmente. Lo mismo sucede en otras provincias de la zona endémica, en la que nos encontramos los misioneros. En lo que llevamos de 2019 tenemos 16 casos nuevos: también están dentro de lo esperable”, aseguró Valdez.

Los datos de la Sociedad Argentina de Dermatología de la última década muestran que cada año se detectan entre 300 y 400 nuevos casos de lepra en el país. Y la mayoría de estos diagnósticos ocurre en el área endémica de la enfermedad -una zona donde una enfermedad se mantiene estable- integrada por las provincias del noroeste, nordeste y centro del territorio nacional: Chaco, Formosa, Corrientes, Misiones, Santa Fe, Entre Ríos, Córdoba, Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy, Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

¿Qué es la lepra?

La lepra es una enfermedad infecciosa curable causada por una bacteria llamada Mycobacterium leprae o bacilo de Hansen, que afecta principalmente la piel, los nervios periféricos, la mucosa de las vías respiratorias altas y los ojos. Las formas clínicas graves pueden comprometer también las mucosas de las vías aéreas superiores y otros órganos internos. Y, si no se realiza un diagnóstico precoz y un tratamiento completo, puede generar discapacidades físicas, permanentes y progresivas.

Hace años, el tratamiento incluía la reclusión de los enfermos en lugares apartados para evitar el contagio, aunque hoy se sabe que la transmisión es difícil y hay medicamentos eficaces que permiten que el tratamiento sea ambulatorio. En la Argentina, en 1983 se promulgó una ley para que el tratamiento obligatorio y gratuito a cargo del Estado. Esta ley, conocida como “ley de lepra”, comenzó a aplicarse efectivamente en 1985, terminando en forma gradual con los leprosarios.

Formas de contagio y prevención

La lepra no es hereditaria: se transmite de persona a persona por contacto directo y prolongado a lo largo de varios años (se calcula que entre 3 y 5) entre un enfermo no tratado con posibilidad de transmitir y una persona con una predisposición especial. Pero es importante saber que, según lo que informa el Ministerio de Salud, aproximadamente el 80% de la población posee defensas naturales contra la lepra. Además, solo la mitad de los enfermos no tratados son contagiantes.

Por eso, la mejor manera de prevenir el contagio es el diagnóstico y tratamiento temprano de las personas infectadas. En el caso de las personas que estuvieron en contacto directo con enfermos sin tratamiento, es importante realizar controles periódicos para detectar tempranamente su aparición y actuar frente a los primeros síntomas. Es clave tener en cuenta también que los primeros síntomas pueden demorar hasta 20 años en aparecer después del contagio.

La lepra se puede curar con un tratamiento regular y completo de entre 6 meses y 1 año, como informa la Sociedad Argentina de Dermatología.

La lepra en América

Si bien los nuevos casos de lepra detectados en América disminuyeron un 31% en una década (pasaron de 42 mil en 2007 a 29 mil en 2017, según la información de la Organización Panamericana de la Salud). En los últimos años se han detectado nuevos casos de lepra en 24 países del continente, la gran mayoría de ellos en Brasil.

En los países de la región, con la excepción de Brasil, hay menos de 1 diagnóstico confirmado de lepra cada 10.000 habitantes a nivel nacional, el límite a partir del cual la OPS ya no lo considera un problema de salud pública.

La lepra en la Argentina

En nuestro país, existen actualmente unos 436 pacientes en tratamiento, pero es posible que haya personas que la tengan y no fueron diagnosticadas.

“En algunos casos, que afortunadamente son muy pocos y excepcionales, los pacientes llegan más deteriorados por el avance de la dolencia: esto generalmente sucede con habitantes de zonas rurales, gente que vive en los montes y que no tiene los recursos para llegar al hospital, o que no se entera de que tiene esta posibilidad. También puede pasar que los enfermos se recluyan en sus casas y no quieran recibir el diagnóstico por temor al estigma social y a la discriminación: lamentablemente, es una enfermedad sobre la que todavía pesan muchos prejuicios que tenemos que erradicar”, señala Valdez.

Noticias reales, pero alarmistas

En definitiva: si bien se detectan nuevos casos de lepra en el país (la tasa es de casi un diagnóstico por día), las noticias sobre el tema que circulan cada tanto, no ameritan encender una señal de alarma ni salir corriendo a buscar un traje anticontagio como, por ejemplo, los que se utilizan para prevenir la propagación del virus del ébola.

No hay ningún brote, no se están reportando casos especialmente graves ni nos encontramos en las puertas de una epidemia. Por el contrario, la lepra es una enfermedad endémica que todavía no fue erradicada en nuestro país, que es totalmente curable y no deja secuelas si se la diagnostica de manera temprana.

Las noticias exageradas o tendenciosas, por más que estén basadas en datos reales, no ayudan a tomar conciencia acerca de los temas de salud: solo generan una sensación de pánico injustificada.

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Comentarios

  • JAVIER PONCE24 de julio de 2020 a las 10:55 pmDONDE VIVO ACTUALMENTE HUMBERTO PRIMO 1671/73 ERA UNA ESCUELA DE MONJAS Y POR FALTA DE LUGAR EN LOS OTROS CENTROS MEDICOS FUE TRANSFORMADO EN UN LEPROSARIO A CARGO DE LAS MISMAS MONJAS.

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