Argentina contra el Hambre: cuáles son los principales puntos del plan presentado por el gobierno

En los primeros días de su gestión, el gobierno de Alberto Fernández anunció el lanzamiento del Plan Argentina contra el Hambre. La iniciativa, que ya comenzó a aplicarse en la ciudad de Concordia (Entre Ríos) y se implementará en los próximos días en Chaco, busca asegurar el acceso a una alimentación de calidad para los niños más desfavorecidos.

En el marco del programa se distribuye la tarjeta Alimentar, para la compra de comida y bebidas no alcohólicas. La recibirán las madres y padres con hijos de hasta 6 años que reciben la Asignación Universal por Hijo, embarazadas a partir de los 3 meses que cobran la Asignación por Embarazo y personas con discapacidad que reciben la AUH, según se explica en el sitio oficial del Ministerio de Desarrollo Social.

Según explicó el ministro Daniel Arroyo en una conferencia de prensa, las madres con un chico menor de 6 años recibirán $ 4 mil y a partir de los 2 hijos en adelante el beneficio será de $ 6 mil en total. Las transferencias se harán los terceros viernes de cada mes y el dinero disponible en la tarjeta no podrá extraerse en efectivo.

El objetivo es llegar a 2 millones de chicos y, según adelantó el funcionario, esperan llegar al 80% de esta meta en marzo próximo. En principio, para ser beneficiario no se necesitará hacer ningún trámite porque se cruzarán los datos disponibles en la ANSES. Este organismo notificará a los titulares, vía telefónica o sms, cuando puedan retirar las tarjetas en los bancos que determine cada provincia, según explica la cartera liderada por Arroyo, a cargo del proyecto.

El programa también cuenta con “promotores comunitarios de seguridad alimentaria y nutricional”, quienes controlarán la talla y el peso de los niños y darán educación nutricional a los padres. Dentro del mismo plan también se otorgarán préstamos a tasas bajas para la compra de herramientas y maquinarias para sectores de la “economía social”. En esa misma línea, se anunció el incentivo a los mercados populares relacionados con el cooperativismo y la agricultura familiar.

Este medio consultó al área de Comunicación del ministerio de Desarrollo Social por la puesta en marcha de estas iniciativas pero hasta la publicación de esta nota no recibió respuesta.

Seguimiento y coordinación

El plan incluye la creación del “Observatorio Nacional Argentina contra el Hambre”, integrado por universidades y centros de estudio, que estarán a cargo del monitoreo, seguimiento y evaluación del plan.

Además, plantea el trabajo coordinado con la ciudadanía: el plan prevé la creación del “Consejo Federal Argentina contra el Hambre”, encargado de lograr acuerdos sectoriales y articular esfuerzos con “organizaciones, la Iglesia, los sindicatos y sectores económicos-productivo”; y la puesta en marcha de “redes de la sociedad civil” con referentes sociales nacionales, provinciales, municipales y de medios de comunicación, para promover “campañas y acciones solidarias para contribuir a mejorar la alimentación y la nutrición de población”.

Para el correcto desarrollo del programa “el elemento central va a ser su focalización, que llegue a las personas que realmente lo necesitan”, señaló a Chequeado Jorge Paz, investigador del Conicet y director del Instituto de Estudios Laborales y del Desarrollo Económico (IELDE).

Con respecto a la evaluación del impacto de la iniciativa, el especialista indicó que “no está bien claro el planteamiento del objetivo que se busca alcanzar”, un aspecto importante porque, según indicó, “las mediciones que tenemos sobre el hambre son aproximadas”.

Al igual que para la implementación de promotores comunitarios y préstamos, este medio consultó al ministerio por el seguimiento del programa y sobre qué indicadores se evaluarán pero hasta la publicación de esta nota no recibió respuesta.

Por su parte, Ianina Tuñon, coordinadora del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia de la Universidad Católica Argentina (UCA) -que integra el Consejo Federal-, consideró que el “plan es necesario en un contexto de aumento de la inseguridad alimentaria que amerita una respuesta” y que es importante que se impulsen medidas para privilegiar la calidad de los alimentos.

Según un informe de la UCA, la inseguridad alimentaria, entendida como “la reducción involuntaria de la porción de comida y/o la percepción de experiencias de hambre por problemas económicos”, aumentó del 15,6% en 2016 y 2017 a 22% en 2019.

“También es fundamental llevar adelante una campaña de difusión y comunicación sobre las características del plan para toda la ciudadanía, para que la tarjeta no sea susceptible a la corrupción”, agregó Tuñon en diálogo con este medio, por ejemplo en casos en que se registre la compra de un producto y se entregue otro.

Las zonas más comprometidas

De acuerdo con los últimos datos disponibles del INDEC, para el primer semestre de 2019, el 7,7% de las personas (3,5 millones de argentinos si se proyecta este porcentaje al total de la población) se encuentran en la indigencia, es decir que no cuentan con “ingresos suficientes para cubrir una canasta de alimentos capaz de satisfacer un umbral mínimo de necesidades energéticas y proteicas”.

Los centros urbanos con mayor porcentaje de personas en la indigencia en el último periodo son Gran Resistencia (15,9%), Concordia (15,4%) y Corrientes (11,2%).