¿Qué cambios realizó el Gobierno en la medición del déficit fiscal?
En los últimos años, uno de los ejes de la discusión política y económica fue el déficit fiscal del Estado nacional. Cambiemos asumió con críticas al alto déficit heredado por la gestión de Cristina Fernández de Kirchner, mientras que ahora desde la oposición (Cumplir, Frente Renovador y Unidad Ciudadana, por ejemplo) le reprochan al oficialismo que este indicador sigue subiendo. Pero, antes de analizar los datos, ¿qué es el déficit fiscal?
La situación fiscal de un Estado, ya sea nacional, provincial o municipal, se mide comparando sus ingresos (impuestos y multas que pagan ciudadanos y empresas, por ejemplo) con sus gastos (asistencia social y salarios, entre otros). Cuando en un año ese gobierno gasta más de lo que le ingresa se dice que tiene déficit fiscal, mientras que cuando el gasto es menor a los ingresos que obtiene se considera que tiene superávit.
Este resultado fiscal se mide de dos formas: mediante el resultado financiero o con el resultado primario. El financiero contiene el pago de intereses de deuda, mientras que el primario no los incluye.
¿Qué significa esto? “Si una familia ganó $100 en el mes y gastó $90, tendría un superávit fiscal primario de 10 pesos. Sin embargo, si tiempo atrás tomó un crédito y este mes tiene que pagar 15 pesos por intereses al banco, el gasto total del mes sube a 105 pesos. Por esto mismo, como el gasto total ($105) es mayor al ingreso ($100), tendría un déficit fiscal financiero de $5”, ejemplificó a Chequeado Lorenzo Sigaut Gravina, economista jefe de la consultora Ecolatina.
Con la llegada de Alfonso Prat Gay al Ministerio de Hacienda a fines de 2015, el Gobierno realizó cambios en la medición del déficit con la finalidad declarada por Cambiemos de “devolver credibilidad a la presentación de información fiscal” y “permitir una gestión del presupuesto público más eficiente, equitativo y responsable”. Las modificaciones implicaron: quitar de los ingresos las ganancias que obtienen el Banco Central de la República Argentina (BCRA) y el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES (por las acciones que el Estado nacional tiene en varias empresas). Además, incluyó la deuda tomada por el Gobierno nacional y no los pagos efectivamente ejecutados, como se realizaba previamente.
Estos cambios fueron fuertemente criticados. Desde el punto de vista de las prácticas presupuestarias, el primer cambio no respeta los estándares internacionales. Según el Manual de Estadísticas de Finanzas Públicas publicado en 2001 por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que el Ministerio de Economía utilizó hasta esta gestión como referencia para su propio manual, las ganancias que obtiene el FGS y el Banco Central deben ser consideradas como parte de los ingresos del Estado.
Además de lo señalado arriba, los especialistas destacan que el Gobierno no republicó los datos de años previos según esta nueva metodología, lo que hizo incomparable el déficit fiscal calculado por Prat Gay con anteriores. Gustavo Sibilla, director de Investigaciones de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP), señaló que “la metodología convencional para calcular el resultado fiscal surge de estándares internacionales” y concluyó que “cualquier retoque heterodoxo a esa metodología afecta la comparabilidad intertemporal, interna y externa”.
“Si bien varios especialistas objetaban el tratamiento de las utilidades del Banco Central y del Fondo de Garantía de la Sustentabilidad de ANSES, la metodología se ajustaba a los criterios contables del FMI. De hecho, luego Nicolás Dujovne dio marcha atrás con algunos de esos cambios”, explicó a Chequeado Juan Ignacio Balasini, ex director de Modelos y Proyecciones del Ministerio de Economía de la Nación hasta enero de 2016.
Efectivamente, con la asunción de Nicolás Dujovne en el Ministerio de Hacienda en 2017, la metodología volvió a cambiar. En la nueva metodología que comunicó el secretario de Hacienda, Rodrigo Pena, se vuelve atrás con uno de los cambios realizados por Prat Gay y se incluyen como ingresos las rentas generadas por el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES siempre que estén generadas por activos privados y no por instrumentos emitidos por el sector público, como bonos del Tesoro Nacional. Además, se mantiene el cambio introducido por Prat Gay al excluir las rentas del Banco Central del resultado financiero.
Ante la consulta de Chequeado, desde el Ministerio enviaron a este medio una presentación oficial con los cambios metodológicos. Además de lo señalado en el párrafo anterior, la metodología Dujovne también excluye los cobros y pagos de intereses entre entidades del sector público -que, a la vez, pagaba y cobraba esos intereses-. Esta información no existe para años anteriores, según explica la presentación de Hacienda, por lo que la nueva metodología también imposibilita su comparación con gobierno anteriores.
Esta nota contó con la colaboración de Miguel Szejnblum (@miguesblum)
Fecha de publicación original: 15/11/2017
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