Cuáles fueron las posturas de los especialistas ante el informe sobre el impacto de la no presencialidad escolar
El Instituto del Cálculo y el Instituto de Ciencias de la Computación, centros de investigación que dependen de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y el Conicet, publicaron esta semana un “informe sobre el impacto de la presencialidad escolar en los casos confirmados de COVID-19”, entre cuyos autores figuran los especialistas Rodrigo Castro, Guillermo Durán, Rodrigo Quiroga, Jorge Aliaga, Soledad Retamar, Roberto Etchenique, Sol Minoldo y Rodrigo Maidana.
En unas 20 páginas y tras un análisis de distintas variables, como la cantidad de casos informados de coronavirus, las fechas de las restricciones de circulación y las tendencias en las curvas, el informe intenta analizar el impacto de la no presencialidad escolar sobre los contagios en el ámbito del AMBA.
Así, el trabajo afirma que “en un contexto de alta cantidad de casos, la suspensión temporal de la educación presencial en el Conurbano [bonaerense] a partir del DNU presidencial [publicado el 15 de abril último] disminuyó la circulación viral comunitaria y produjo una disminución más veloz y pronunciada de la cantidad de casos confirmados en el Conurbano en comparación con CABA (Ciudad Autónoma de Buenos Aires) y el resto de la Provincia de Buenos Aires, donde se mantuvieron las clases presenciales”.
Además, el informe expone las métricas utilizadas en otros países para suspender la presencialidad de las clases y cierta bibliografía internacional sobre el impacto epidemiológico de la suspensión de clases presenciales.
Tras la difusión por parte de la periodista científica Nora Bär, el documento causó polémica en Twitter e incluso “Conicet” se convirtió en Tendencia -es decir, una de las palabras más usadas en un período-.
¿Cuáles fueron las principales críticas y defensas?
“Gráficos como estos [N. de la R.: en referencia a los primeros gráficos del informe del Instituto del Cálculo] no son evidencia de ningún ‘efecto’ del cierre de escuelas. Comparar antes con después no identifica el efecto del cierre de las escuelas, porque no lo aísla de los posibles efectos de otros factores concurrentes. No se estima el contrafáctico. Tampoco se muestra evidencia de que el cambio relevante se haya producido con el cierre de escuelas y no fuera una tendencia desde antes”, señaló en su cuenta de Twitter Federico Tiberti, investigador y candidato al doctorado de la Universidad de Princeton, Estados Unidos.
Por otro lado, Tiberti detalló que, a su criterio, uno de los gráficos desafía puntualmente las conclusiones del informe: “Para [confirmar] que la diferencia entre las pendientes sea efecto del cierre de escuelas se necesita que las tendencias de las 2 curvas previas al cierre sean similares. El informe no lo discute, pero su gráfico [muestra] que la curva del Conurbano venía bajando y la de CABA, subiendo”.
De todos modos, explicó que “estos análisis son complejos” y que “los datos son limitados”. “Es bueno explorarlos, pero, sin ejercicios más rigurosos, no se puede llegar a conclusiones como las del informe”, apuntó.
Por último, el investigador reparó en que el estudio no tiene en cuenta la positividad, “cuando el testeo cambia con la presencialidad”, algo en lo que también coincidieron Mauro Infantino, ingeniero en Sistemas y creador del sitio de estadísticas de coronavirurs Covidstats, y el economista de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Martín Tetaz.
“Tanto comparando la positividad pública, como la del sistema privado, NO hay ningún efecto diferencial, ni de la apertura de clases en CABA 15 días antes, ni del cierre reciente de escuelas en Conurbano” (sic), señaló Tetaz, y adjuntó un gráfico.
“El trabajo no indica cuál debe ser la decisión del Estado con respecto a las políticas sanitarias y educativas. Simplemente trata de discutir uno de los puntos de ese debate, si cortar la presencialidad es una política que causa algún efecto o no desde lo epidemiológico”, explicó Sol Minoldo, socióloga (UNLP) e investigadora del Conicet, al diario Página 12.
“Este análisis no desconoce que la educación presencial es mucho mejor, desde cualquier punto de vista, pero de ahí a plantear que la apertura indiscriminada de las escuelas no tiene incidencia en la curva de contagios, es algo imposible de sostener”, dijo Guillermo Durán, director del Instituto de Cálculo y coordinador del informe.
Para leer más sobre la evidencia del contagio en escuelas podés hacer click acá.
Disclosure: Rodrigo Maidana es colaborador en Chequeado.com
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Fecha de publicación original: 14/05/2021
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