Lanzamos el Museo de la Desinformación para celebrar nuestra primera década de periodismo transparente

Julio Aranovich, José Bekinschtein y Roberto Lugo fueron visionarios. Cuando fundaron Chequeado hace 10 años con la misión de mejorar la calidad del debate público para fortalecer la democracia, el mundo no problematizaba como ahora el peso que tienen la mentira y la polarización azuzada por la desinformación en nuestras vidas. 

Casi nadie hablaba entonces de reducir la impunidad intelectual y de la relevancia de la educación en pensamiento crítico, pocos se animaban a proponer que parte de la solución necesitaba el desarrollo de nuevas tecnologías y sólo un puñado (a los que trataban de idealistas e ingenuos) pensábamos que había que hacerlo en red, colaborativamente y juntándose con todos los que tuvieran algo para aportar.

Julio, Pepe y Roberto fueron visionarios porque no sólo identificaron un problema sin resolver -que con el tiempo se profundizó-, sino que intentaron enfrentarlo sin repetir modelos e innovando. Sin ser periodistas, “ni venir del palo”, fundaron un medio sin fines de lucro que hoy es modelo global por su transparencia e impacto.

Chequeado cumple su primera década y yo no puedo más de orgullo y emoción. En estos años, con un equipo de jóvenes profesionales hiper comprometido, logramos mucho más de lo que suponíamos seríamos capaces. 

Inventamos un modelo de chequeo colectivo en vivo que hoy usan los principales medios de todo el mundo, el público empezó a preguntarse “¿esto está chequeado?” como una sana práctica cuando habla cualquier líder, los políticos y los medios son más cuidadosos en el uso de datos y evidencia porque no quieren “un falso de Chequeado”, miles de adolescentes aprendieron habilidades para informarse y lidiar mejor con el contenido que se cruzan, y centenares de colegas de la región y el mundo crearon unidades de chequeo para controlar al poder inspirados por nosotros.

En este tiempo, demostramos (y nos demostramos) que se puede hacer periodismo de calidad, transparente y autónomo desde un espacio totalmente nuevo y sin entregarse a ningún lado de la grieta. Demostramos que así como muchos nos insultan a los gritos y nos acusan de todo menos de ser bonitos, miles de chequeadistas conversan, aportan y nos apoyan de diferentes maneras y millones de personas nos leen y están mejor informadas gracias a nuestros contenidos.

¿Qué aprendimos en este tiempo? Un montón de cosas. Pero si tengo que quedarme con 2, diría que la colaboración es el presente del periodismo y nuestra principal aliada y que apegarse a los valores y decir que “no” todas las veces que haga falta (a las presiones, a iniciativas que nos quiten foco, a resignar rigor por alcance), paga.

Para celebrar que llegamos hasta acá y porque siempre nos entusiasman los desafíos, hoy lanzamos el primer Museo de la Desinformación, donde repasamos algunas de las principales mentiras de la década que logramos desenmascarar. Lo hacemos, fiel a nuestro estilo, para subir el costo de la mentira y para recordar que aunque el engaño muchas veces parece efímero, sus efectos perduran.