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• Eduardo Cabrera13 de marzo de 2017 a las 11:34 pmFalta de previsión, negligencia y codicia. Intendente, policía y organizadores privados del show. Dos muertos. No previeron que el recital, del que se decía que podía ser el último del Indio, convocaría aún más gente que la que normalmente concurre de a miles. Eligieron, vaya a saberse por qué, hacer el recital en un lugar en el que, descontados los espacios utilizados por el escenario, los baños químicos, las carpas, las torres y los kioscos, queda en 125.000 metros cuadrados, o sea, en donde como mucho se deberían haber admitido 125.000 personas, cuando muy cerca de allí contaban con el autódromo en el que cabe 10 veces más gente, es de más fácil acceso y desconcentración y está al costado de la ruta, sin necesidad de invadir la ciudad. La escasa policía no organizaba la entrada ni la salida sino que más bien obstaculizaba al público. Nadie controló la entrada. Nadie previó vías de escape. No se segmentó a la multitud. Se dejó formal un cóctel de vino+fernet+cerveza+delincuentes+desenfreno+pogo y que se pudra todo... Ni se les habrá pasado por la cabeza hacer dos, tres, o cuatro recitales en diferentes días para que no se produjera lo peor. Y pasó. Fueron dos los muertos, podrían haber sido más. El negocio ya está hecho, ahora hay que tirar la pelota afuera: fueron los indeseables, vino más gente de la esperada, son cosas que pasan, a mi no me miren, fue el de al lado.
• Carlos13 de abril de 2017 a las 12:17 pmNada que agregar a la completa exposiciòn de Eduardo Cabrera. Galli fue un irresponsable que intentò deslindar su increible desmanejo. Un poco de vergüenza lo obligarìa a renunciar.