El Presidente sumó incertidumbre
Hoy inauguramos formalmente el espacio de Análisis editorial, en línea con la madurez del movimiento de fact-checking en el mundo (para más detalles leer acá).
El Presidente volvió a usar datos y placas para anunciar la extensión de la cuarentena en gran parte del país, pero, esta vez, fue impreciso y sumó incertidumbre. No entregó certeza -un bien escaso en esta pandemia y muy preciado, por cierto-, sino bastante confusión.
Alberto Fernández olvidó mencionar la fecha en la que concluirá esta nueva etapa del aislamiento social preventivo y obligatorio, aunque el 10 de mayo estaba incluido en el mensaje de transmisión oficial de Casa Rosada (que no suele aparecer en la televisión), y así se consignó también al día siguiente en el decreto que prorrogó formalmente la cuarentena en la Argentina.
El Jefe de Estado señaló en un gráfico los distritos subnacionales con más de 100 casos confirmados -7 en total: la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Chaco, Río Negro y Tierra del Fuego-. Luego, mencionó que los aglomerados de más de 500 mil habitantes seguirían “las restricciones de aislamiento como hoy”. Pero no dejó claro si las ciudades de menos de 500 mil habitantes de las provincias más afectadas (por caso, todas las de Chaco, Río Negro y Tierra del Fuego) podrían tener algún tipo de flexibilización dispuesta por los gobernadores siempre que cumplieran las 5 condiciones que enumeró.
En cambio, fue una novedad valiosa que explicitara los criterios que se usarán para habilitar o no la salida gradual del aislamiento en cada zona: tiempo de duplicación de casos confirmados no menor a 15 días, sistema de salud con capacidad adecuada para dar respuesta, evaluación positiva de las autoridades sanitarias respecto al riesgo socio-sanitario en relación con la densidad poblacional, porcentaje de la población exceptuada de las medidas de aislamiento no podrá superar el 50% de la población total del departamento o partido, y que la zona geográfica no podrá estar definida como “con transmisión local o por conglomerado” por la autoridad sanitaria nacional.
Fernández tampoco precisó si la autorización de salida de esparcimiento diaria de hasta una hora que anunció como novedad para adultos y niños valía para todos los argentinos. Y, como mostró ese ítem en una diapositiva en la que indicó quiénes eran los grupos en riesgo de la COVID-19, generó inquietud. Minutos después de que concluyera su mensaje, su equipo de Comunicación se encargó de avisar a los periodistas que todos estaban alcanzados por el beneficio, incluso los grupos de riesgo.
Pero, como se sabe, la alegría de muchos (y el temor de otros) duró poco porque al día siguiente los gobernadores de los 4 distritos subnacionales más poblados del país firmaron y difundieron un comunicado conjunto en el que aclararon que en la Ciudad y las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe no habría tal beneficio para nadie. En las últimas horas, otras provincias del país se sumaron a la negativa de habilitar las salidas de esparcimiento. Así, el Presidente quedó como el bueno de la película y los gobernadores, como los malos.
Esta medida es la primera diferencia que se hace pública desde el inicio de la pandemia, en la que, hasta ahora, todos los políticos en la Argentina, sin importar de qué partido eran, estaban alineados. Un estudio del Instituto Reuters de la Universidad de Oxford difundido este abril mostró que un 70% de los encuestados en el país señaló como confiable la información del Gobierno y, si bien el porcentaje caía entre aquellos identificados con la oposición, la Argentina era el país que mostró la menor polarización al respecto de los 6 países analizados (Alemania, Corea del Sur, España, los Estados Unidos y el Reino Unido).
Otro aspecto, menos político pero relevante, es que el Presidente sumó a las embarazadas a los “grupos en riesgo” cuando hasta el momento no se conoce evidencia de que tengan mayor prevalencia ni enfrenten mayor gravedad frente a la COVID-19 y no estaban antes en el listado de “grupos de riesgo” del Ministerio de Salud de la Nación.
Es cierto que la mayoría de los gráficos que mostró fueron más claros y no presentaron errores, como había pasado en la última conferencia de prensa en la que se había anunciado la anterior extensión de la cuarentena. Y también es destacable que el Presidente presentó datos sencillos y contundentes de por qué el aislamiento obligatorio está siendo efectivo para aplanar la curva de contagios (según indicó, pasamos de 3,3 días a 17,1 en duplicación de casos) y evitar que colapse el sistema sanitario como pasó en otros países.
Pero, así como la última vez las medidas anunciadas parecían consensuadas y basadas principalmente en las recomendaciones de los epidemiólogos y expertos a los que consulta, esta vez el anuncio presidencial -cerrado a las preguntas de periodistas- generó confusión y mostró diferencias entre el Gobierno nacional y los gobernadores sobre el futuro y sobre cómo saldremos del encierro.
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Fecha de publicación original: 29/04/2020
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