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Chequeador: Hacer fact-checking es un “quilombo”, pero lo hicimos un poco más fácil

Durante 2017 lanzamos el Chequeador, una plataforma en línea especialmente creada y diseñada por los equipos de Educación e Innovación de Chequeado para enseñar fact-checking y periodismo de datos a todos los que quieran aprender. Y después de casi 4 años de desarrollo e idas y vueltas y un poco más de un año de “beta” queremos compartirles algunas de las cosas que aprendimos.

Hay muchas plataformas para enseñar en línea pero ninguna nos terminaba de servir

A lo largo de los últimos 4 años hemos experimentado con varias de las plataformas didácticas de código abierto  que existen, como Moodle y Edmodo, e incluso hicimos combinaciones con otras no necesariamente educativas, como WordPress. Pero siempre nos chocabamos con los mismos problemas. Para gestionar un proceso de aprendizaje de chequeo de datos (fact-checking, en inglés) se necesitan herramientas muy particulares que no encontrábamos en esas plataformas.

Por otro lado, necesitábamos una plataforma que sirviera para participantes con distintos perfiles:periodistas, estudiantes de periodismo, adolescentes, alumnos de escuelas, docentes. Y, por qué no, otros que surjan en el futuro.

Hacer fact-checking es un “quilombo”

Los fact-checkers y los periodistas de datos son de los más “nerds” entre los periodistas. Un fact-checker (o verificador de hechos) es un periodista que utiliza un método para corroborar fehacientemente hechos y datos que fueron mencionados por alguien en el debate público. Un periodista de datos es quien basa su trabajo en grandes cantidades de datos para crear una narrativa que ayude a entender mejor un tema o para encontrar historias entre esas series de datos que de otro modo serían muy difícil de ver. Hacer esto es muy difícil y requiere tiempo, energía, mucha pericia, conocimiento y una gran rigurosidad.

En Chequeado hacemos las dos cosas, es decir, somos nerds al cuadrado. Lo hacemos porque queremos mejorar la calidad del debate público, pero sabemos que es muy complicado y también sabemos que “complicado” es una palabra que espanta a muchos.

La primera versión del Chequeador (que ganó un concurso y tuvo apoyo de ICFJ) fue pensada como una plataforma educativa de crowd-checking. La idea era que cualquiera pudiera ingresar e hiciera un chequeo usando el método de Chequeado. Para eso creamos una especie de formulario que iba estructurando el chequeo y no te permitía avanzar a menos que cumplieras con el paso anterior. Pero, aunque pasaba el tiempo y por más contenido que le pusiéramos explicando los pasos del método, no lográbamos que nadie hiciera un chequeo bien sin asistirlo y muy pocos transitaban todo el proceso.

Por eso, tras el fracaso de nuestra idea y desarrollo original, decidimos cambiar el foco y en la segunda versión, ya con el lab de Innovación funcionando, el componente de crowd quedó relegado. Hoy el Chequeador combina un módulo para enseñar el método de verificación del discurso creado por Chequeado estructurado en etapas con un organizador de contenidos que permite enmarcar un curso en línea con diversos recorridos didácticos. Nos permite desarrollar los cursos de Chequeado y también generar entornos de producción colaborativa que sirven para realizar chequeos colectivos, como los que realizamos en otros proyectos como Chequeado+.

La mayoría quiere calificar antes de chequear

Cada vez que realizamos un curso al principio pasa lo mismo. El Chequeador está estructurado de un modo en el que se propone al usuario ir completando una serie de pasos correspondientes al método de Chequeado. La mayoría de los usuarios o participantes de los cursos, luego de seleccionar la frase que quiere chequear quiere decir si es falsa o verdadera. Cada vez que terminan un paso se disponen a calificar, como si todavía no les faltara completar 5,3 o 2 pasos más. Por este motivo el Chequeador tiene previsto que el docente a cargo del curso pueda bloquear pasos para permitir que los estudiantes se olviden de la necesidad de calificar y se concentren en, por ejemplo, consultar antes a todas las fuentes posibles.

Chequeador: Hacer fact-checking es un “quilombo”, pero lo hicimos un poco más fácil

A chequear se enseña chequeando

De la misma manera que no se puede aprender a jugar bien al fútbol solo con teoría, tampoco se puede aprender a hacer fact-checking y periodismo de datos solo leyendo o mirando tutoriales.  Por eso, en el Chequeador combinamos dos mundos, la teoría y la práctica de una manera única, permitiendo que los usuarios tengan un organizador de contenidos con muros de debate, materiales didácticos, mensajería directa, videos y muchos otros servicios que se articulan de una manera única con una potente herramienta para gestionar chequeos hasta su publicación.

Trabajar interdisciplinariamente no es una opción, es la única opción que sirve

No es algo nuevo en el mundo del desarrollo de plataformas pero la usabilidad del sitio es tan relevante que puede hacer que todo lo demás colapse. Algo que aprendimos es que la usabilidad no es solo el resultado del trabajo de un diseñador sino el producto del trabajo coordinado de diseñadores, programadores, educadores, periodistas y… usuarios.

Esto se vuelve aún más obvio en una plataforma donde los usuarios tienen que entender conceptos, interactuar, subir material y recibir feedback. Por eso le dedicamos un tiempo específico, hablando con todos los actores involucrados, a definir las prioridades y qué nos gustaba (y no) de las herramientas de e-learning existentes. Creemos que eso dio como resultado un producto final que nos facilitó la tarea no solo a nosotros, sino sobre todo a los usuarios. Además, teniendo en cuenta los cambios entre idiomas ahora Chequeador también funciona en inglés, pero sobre eso profundizaremos en otro post.

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