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¿Qué es un transgénico?

Mucho se habla sobre la soja transgénica, tanto desde el punto de vista económico como a propósito de los efectos de un herbicida llamado glifosato, y sus presuntos efectos sobre el ambiente. Sin embargo, no todo el mundo tiene claro qué es un transgénico o, puntualmente, qué es la soja transgénica.

Todos los seres vivos -plantas, animales, bacterias, hongos- guardan en el interior de cada una de las células su capital genético; esto es, las instrucciones para “fabricar” el propio ser vivo o uno  exactamente igual. Estas  instrucciones están “escritas” en una molécula llamada ácido desoxirribonucleico (ADN). En ellas se especifica desde la arquitectura del ser vivo, hasta su funcionamiento y la producción de sustancias vitales, como hormonas y enzimas. Todo está allí.

El ADN es, desde luego, responsable por la transmisión hereditaria. Y puede reunirse en genes, que codifican diversas características. Por ejemplo, el color de los ojos o la producción de determinada hormona.

Hace miles de años, en los comienzos de la civilización, los seres humanos comprendieron que cruzando ejemplares con características deseables de determinados animales o cultivos, con el tiempo se lograba acentuar dichas características. Por ejemplo, un maíz con mazorca más larga o una cabra capaz de dar mayor cantidad de leche. Los perros domésticos son un ejemplo perfecto: cada raza se ha obtenido por sucesivas cruzas de ejemplares hasta acentuar características deseables.

Sin saberlo, aquellos pioneros de la civilización no sabían que ya estaban dando un manejo genético a sus cultivos y su ganado.

Pero hacia fines del siglo XX, los seres humanos no sólo conocían la existencia del ADN, sino que habían aprendido a modificarlo a su gusto. Incluso, a insertar genes de una especie en otra. Transgénico es, precisamente, un ser vivo que contiene en su capital genético, genes de otras especies.

La soja transgénica es una variedad de soja a la que se le ha insertado un gen de otra especie. En este caso, de una bacteria (agrobacterium) que es capaz de resistir a un veneno para plantas llamado glifosato. Los científicos descubrieron que el glifosato es capaz de eliminar cualquier vegetal, pero no mata a la agrobacterium. Luego, determinaron que el motivo de la resistencia de la bacteria al veneno estaba en una enzima (una sustancia especial), que era fabricada por la bacteria con las instrucciones de un determinado gen. Aislaron el gen con las instrucciones y lograron insertarlo entre los genes de la soja. El resultado fue una variedad de soja capaz de resistir el glifosato, al igual que la bacteria: la soja transgénica.

Esto permite, entonces, paliar uno de los problemas más importantes de todo cultivo, que es el control de las malezas. Basta con rociar el terreno con glifosato para eliminar cualquier yuyo, dejando en pie sólo a la soja. En los últimos años, además, el manejo de la agricultura ha ido volcándose a la llamada “siembra directa”, que permite mayor conservación del suelo, pero favorece a las malezas. Allí la soja transgénica cumple un papel aún más importante.

Sin embargo, y siempre hay un sin embargo, la soja transgénica no goza de buena prensa en todo el mundo. Para la mayoría de los países europeos, por ejemplo, no es seguro consumir alimentos genéticamente modificados. También suelen poner reparos en cuanto al impacto que estos mutantes genéticos podrían tener respecto del medioambiente. Finalmente, también existen dudas sobre el efecto del glifosato en el ambiente.

La Argentina es uno de los mayores productores mundiales de soja transgénica, al igual que Estados Unidos, Brasil y Canadá. Pero en nuestro país, los reparos no se centran en el ser vivo genéticamente modificado (la soja transgénica), sino en el impacto social de la “sojización” del país; en el impacto ambiental debido a los desmontes para sembrar soja; y en el  conflicto por los impuestos a la exportación de ciertos granos y productos de su industrialización.
Algunas de estas discusiones han alcanzado proporciones dramáticas en los últimos dos años debido a que, más allá de la posición de cada uno en cada debate, la realidad indica que el cultivo de soja transgénica es ocupa hoy un lugar importante en la economía argentina.

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