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Los plásticos son el principal residuo en playas bonaerenses y ya afectan a 32 especies marinas

Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas:
  • El dato surge del último censo provincial de basura costera marina realizado en 2022 en 16 localidades de la costa argentina por organizaciones del tercer sector y la sociedad civil.
  • Las colillas de cigarrillo son los tipos de contaminantes plásticos que más se encontraron (26,4%) y su material puede tardar hasta 10 años en descomponerse.
  • Uno de los problemas más urgentes es el daño directo que le produce al ecosistema marino. Buscan avanzar en un acuerdo internacional para 2024 con el objetivo de hacer frente a la grave contaminación por plásticos.

Los residuos plásticos son uno de los mayores problemas en la costa atlántica argentina. Según datos del último censo provincial de basura costera marina realizado en el 2022, y cuyos datos fueron publicados esta semana, de un total de 35.741 residuos, el 73,7% estuvo constituido por plásticos. Se trata de un porcentaje que se mantiene alto en los últimos años.

La sexta edición del censo fue realizada por la Fundación Vida Silvestre junto con otras 20 organizaciones del tercer sector y la sociedad civil, y abarcó 16 localidades bonaerenses y un área total de 410.864 m2.

La presencia de plástico en la costa atlántica argentina

Las colillas de cigarrillo son los tipos de contaminantes plásticos que más se encontraron (26,4%). Según explica la Fundación Vida Silvestre, diversos estudios indican que cada colilla puede contaminar entre 8 y 10 litros de agua del mar y hasta 50 litros si se trata de agua dulce. Este residuo está compuesto principalmente por acetato de celulosa, un material no biodegradable encargado de absorber las sustancias tóxicas del humo de tabaco, que puede tardar hasta 10 años en descomponerse y libera unas 15 mil fibras sintéticas al ambiente.

Otros de los residuos más encontrados en el relevamiento fueron fragmentos plásticos (17,3%), envoltorios plásticos (13,5%), bolsas plásticas (11,7%) y tapitas (5,1%). Del resto de los materiales no plásticos, 10,1% fueron vidrios; 3,7% papel y cartón y 2,6% metales.

“Una realidad incontrastable es que el plástico que llega al mar es difícil de retirar. En los últimos 80 años, la vida promedio de un ser humano, contaminamos nuestros ecosistemas marinos con un material que, por económico y práctico, fabricamos y consumimos por demás. Lejos de demonizarlo, la realidad es que ni los riesgos de su producción ni el destino final de su gestión fueron considerados”, señaló Verónica García, especialista de Ecosistemas Marinos y Pesca Sustentable de Fundación Vida Silvestre.

Las toneladas diarias de basura que llegan a los mares lo hacen a través de los sistemas de drenaje urbanos (como las bocas de tormenta y los pluviales), la desembocadura de los ríos y por la acción del viento que los traslada, sumado a lo que directamente arrojan las personas en las costas. Al mismo tiempo, el mar recoge los residuos durante la marea alta y los transporta hacia otros sitios.

El peligro de los plásticos para los ecosistemas marinos

La presencia de plásticos en la costa y en el mar no ocurre sólo en la Argentina sino en todo el mundo, y uno de los problemas más graves y urgentes de esta contaminación es el daño directo que el plástico le produce al ecosistema marino.

Según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), 11 millones de toneladas de residuos llegan anualmente a los océanos, afectando más de 800 especies marinas y costeras. Según esa misma fuente, los plásticos constituyen la fracción más grande, dañina y persistente de la basura marina y representan al menos un 85% del total de los desechos que hay en el mar.

El problema principal de este material es que son altamente resistentes y no son biodegradables; es decir, no se descomponen de forma natural sin dañar el medio ambiente, sino que se deshacen con el tiempo en fragmentos cada vez más pequeños, conocidos como microplásticos y nanoplásticos, que pueden tener menos de 5 milímetros de longitud.

Así, estos fragmentos son confundidos por alimento por muchos grupos de especies, como las tortugas marinas, y muchos animales mueren por su ingestión. Esto ocurre hasta con especies en las zonas más remotas del planeta, como los pingüinos antárticos.

“En la Argentina, los residuos plásticos afectan al menos a 32 especies, entre las que se encuentran plancton, mamíferos marinos (ballena franca austral, delfín franciscana, lobos y elefantes marinos), aves marinas (albatros, petreles, gaviotas y pingüinos), tortugas marinas (tortuga verde), peces (pejerrey, anchoa de banco, pescadilla real y de red, corvina rubia, entre otros), invertebrados (cholga y mejillón), y una variedad de organismos marinos y larvas en suspensión”, sostuvo García.

La presencia de plástico en la fauna marina constituye un gran problema mundial que precisa acciones urgentes. Sin medidas concretas, la cantidad de plástico que llegará a los mares se triplicará en 20 años, según estimaciones del PNUMA, lo que supondría que en 2040 se verterían cada año a los océanos entre 23 y 37 millones de toneladas métricas de este material.

Hacia un acuerdo internacional

Con una resolución firmada en Nairobi, en marzo de 2022 el PNUMA aprobó la creación de un comité intergubernamental con el objetivo de negociar un tratado de carácter vinculante para 2024, cuyo objetivo es hacer frente a la grave contaminación por plásticos a lo largo de todo su ciclo de vida, desde la producción hasta el descarte.

En noviembre de 2022, se llevó a cabo la primera reunión del Comité Internacional de Negociación (CIN) en Uruguay y se empezaron a fijar las bases para este proceso, cuyo resultado será un texto que incluirá aspectos vinculantes y otros voluntarios, según detalla en este artículo la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN). La Argentina fue parte de esa discusión.

“Mientras se avanza en la agenda internacional, la Argentina tiene a su vez múltiples desafíos para afrontar en relación con los plásticos, tanto desde la esfera de la regulación -por ejemplo, en la búsqueda de sancionar una ley de envases- como desde los aspectos de diseño e innovación en la producción, así como en la gestión de  los residuos”, explicó Leandro Gómez, magíster en Administración Pública y coordinador del programa inversiones y derechos del Área de Política Ambiental de FARN.

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