¿Qué es una canonización, la ceremonia por la cual “Mama Antula” se convirtió en la primera santa argentina?

Tras su gira por Israel -donde visitó el Muro de los Lamentos-, el presidente Javier Milei llegó a Italia y participó de la canonización de María Antonia de Paz y Figueroa, más conocida como “Mama Antula”, quien se convirtió en la primera santa argentina.

La ceremonia religiosa estuvo encabezada por el Papa Francisco en la Basílica de San Pedro, a partir de las 9:30 horas (5:30, hora argentina). Además, el lunes mantendrá una audiencia privada con el mandatario argentino.

Pero, ¿qué es una canonización? ¿Quién fue Mama Antula? ¿Y por qué esta celebración es importante para la Iglesia Católica? Te lo contamos en esta nota.

¿Qué es una canonización?

“La canonización es el hecho de institucionalizar la fama de santidad en una persona. Es darle una forma institucional a esa fama de santidad, de decir ‘esta persona es santa’, como en el caso de Mama Antula”, explicó Luis Liberti, doctor en Teología y profesor de la Universidad Católica Argentina (UCA), a Chequeado.

¿Cómo llega una persona a ser declarada santa? Para ello, “se siguen varios procesos ante diversos tribunales, muchas veces en países distintos, e intervienen diversos organismos de la Santa Sede hasta llegar a la declaración de canonización”, según indica, por su parte, el sitio oficial de la Delegación para las Causas de los Santos en la Argentina.

El primer paso, de acuerdo a la legislación actual de la Iglesia Católica, es presentar causas de beatificación de fieles que hayan fallecido con “fama de santidad”. Existen 2 vías para la beatificación de una persona: se puede introducir un proceso de beatificación por virtudes heroicas o por un proceso de martirio. La principal diferencia entre ambas radica en el hecho de que, para justificar que un fiel realizó virtudes heroicas, debe demostrarse la realización de un milagro por su parte.

“En el caso de Mama Antula, es a través de las virtudes heroicas. Es uno de los caminos para alcanzar la institucionalidad de su fama de santidad. A través de diversos estudios, se debe indagar que la persona ha vivido la fe, la esperanza y la caridad, que son las tres virtudes teologales, en grado heroico y en forma magnífica”, destacó Liberti. 

El segundo y último paso, tal como compartió Liberti, es la canonización. Solo quienes hayan sido beatificados pueden llegar a ser canonizados, es decir, convertirse en santos. Para ello, es necesario demostrar que ha ocurrido un segundo milagro. Según el teólogo, “canonizar expresa el hecho final de inscribir, en el Libro de los Santos, a alguien que haya dado un testimonio ejemplar como cristiano a lo largo de su vida. Mama Antula murió con fama de santidad”.

¿Quién fue “Mama Antula”?

María Antonia de Paz y Figueroa, más conocida como “Mama Antula”, nació en 1730, en la actual provincia de Santiago del Estero. En aquel entonces, la Argentina formaba parte del Virreinato del Perú. “De familia acomodada, recibió desde su infancia una educación religiosa y espiritual, así como una formación cultural, según se deduce de su correspondencia”, relata la biografía publicada por el sitio oficial de noticias del Vaticano.

Luisa Sánchez Sorondo, abogada de la Universidad Católica Argentina (UCA) y descendiente indirecta de Mama Antula, le contó a Chequeado desde Roma: “Mama Antula fue una mujer laica que se consagró en forma privada a los 15 años, en 1745, y que colaboró con la misión de los jesuitas en nuestro país”. Durante esta época, bajo la dirección del padre jesuita Gaspar Juárez, Mama Antula se dedicó a la educación de los niños, al cuidado de los enfermos y al socorro de las personas más vulnerables.

Sin embargo, para 1767, los jesuitas fueron expulsados del territorio por orden del rey de España, Carlos III. “Cuando esto ocurrió, Mama Antula salió a recorrer todo el norte del país. Difundiendo los ejercicios de San Ignacio de Loyola [N.de la R: sacerdote español fundador de la Compañía de Jesús], siguió adelante la obra de los jesuitas y llegó a Buenos Aires”, explicó Sanchez Sorondo. 

Así, viajó por diversos lugares del Virreinato del Perú para promover los ejercicios espirituales ignacianos: entre ellos, las actuales provincias de Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy, Catamarca, La Rioja y Córdoba. Llegó a la Ciudad de Buenos Aires en septiembre de 1779 y fundó la Santa Casa de Ejercicios Espirituales. Falleció el 7 de marzo de 1799, a los 69 años, y sus restos descansan en la Basílica Nuestra Señora de la Piedad. 

En el caso de Mama Antula, el proceso de beatificación comenzó en 1905. Los milagros atribuidos, los cuales hoy permiten su santificación, son 2 (ver acá y acá). “Es el primer proceso interpuesto por Argentina frente al Vaticano y que está culminando ahora, y el más antiguo de la Iglesia argentina en Roma. Ella sería la primera mujer santa argentina a la cual un Papa jesuita, de la misma corriente religiosa que ella, santifica”, resaltó Sánchez Sorondo.

La importancia de la canonización en la Iglesia Católica

El proceso de canonización de un fiel cuenta con un peso fundamental para la Iglesia Católica. Para el especialista en Teología de la UCA, Luis Liberti, la importancia de esta celebración religiosa es “suma”, ya que “el único que celebra una canonización es el Santo Padre” ante los ojos de la comunidad religiosa universal.

“El acto de canonizar significa que Mama Antula, o en nuestro caso también el Santo Cura Brochero (el primer santo argentino), no son solo santos argentinos. Son santos de toda la Iglesia Católica. Esto significa reconocer que en nuestra iglesia, en nuestro país, en nuestro territorio, en nuestros lugares, en nuestras comunidades, vivió una mujer que dio un testimonio heroico de Jesús”, destacó el especialista.

Por su parte, para una de las impulsoras de su santificación, Luisa Sánchez Sorondo, la relevancia de Mama Antula radica en su misión: “En 1730, las mujeres en general se casaban o eran monjas de clausura. Pero eligió otro paso totalmente inédito. Eligió ser beata, laica consagrada y caminar por nuestro país”.