¿Qué son las economías regionales?
Se suele hablar en términos generales de las “economías regionales” como un conjunto de sectores económicos que funcionan de manera similar y sufren los mismos problemas (ver ejemplos acá, acá y acá). ¿Qué hay detrás del título y cuánto sentido tiene agruparlas?
Si bien el de “economías regionales” es un término que se usa hace bastante, no existe una definición exacta. Suele referirse a las producciones agrícolas y agroindustriales de las zonas extrapampeanas. Entre las principales están: los cítricos, las manzanas, las peras, las uvas, las aceitunas, el azúcar, el tabaco, la yerba, la miel y el algodón. Sin embargo, al no ser una diferenciación científica sino más bien práctica, no hay estudios ni estadísticas oficiales que unan a estos sectores, por lo que ver su evolución en el tiempo es casi imposible.
Raúl Robin, titular de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), explica que el término “economías regionales” nació para diferenciar a los pequeños productores a lo largo de todo el país que producen cultivos no tradicionales de aquellos que tienen grandes extensiones en la zonas pampeanas que generalmente producen soja, trigo o maíz.
Uno de los análisis que existe es de la consultora Ecolatina. Según indica, este tipo de producción representa el 5% de las exportaciones totales, mientras que en términos de retenciones fiscales aportan sólo el 2 por ciento. Generalmente, este tipo de cultivos son intensivos en el uso de mano de obra.
“Se pone en la misma categoría a producciones que son muy diferentes, por ejemplo la vitivinicultura mendocina, la yerba mate en Misiones, las peras en Río Negro y la caña de azúcar en Jujuy. Son realidades muy distintas que muchas veces se agrupan sólo porque no hacen parte de los cultivos de la zona pampeana, pero no porque estén relacionados entre sí. No comparten estructuras de costos, formatos de comercialización, mercados de destino y a veces ni siquiera distancia a centros de consumo o procesamiento”, afirmó Iván Ordóñez, especialista en agronegocios y coautor junto con Sebastián Senesi del libro “Campo, el sueño de una Argentina verde y competitiva”.
Sí existen algunos puntos en común, de acuerdo con los especialistas, en cuanto a los problemas que enfrentan, como el aumento de costos internos, especialmente logística y transporte, y la caída de los precios internacionales. Las diferencias más importantes empiezan cuando se trata de encontrar soluciones.
Según Robin, la crisis del sector se manifiesta por un problema de competitividad que mezcla la inflación interna con el atraso cambiario, aunque desconfía de lo que se podría lograr con una devaluación: “En 2013 ya hubo una gran devaluación y no solucionó nada”.
Ariel García, geógrafo e investigador del Centro de Estudios Urbanos y Rurales del Conicet, explicó que una modificación cambiaria “no va a resolver nada”, ya que el problema está relacionado con la distribución de la riqueza dentro del circuito productivo y no con la rentabilidad. “No podemos incidir en los precios internacionales, pero sí cambiar la relación que tienen los pequeños productores con la agroindustria y los comercializadores”, agregó García.
Para Ordóñez, por otro lado, se trata en gran parte de problemas estructurales de competitividad, regulación estatal, cadenas comerciales globales y logística, más que de una cuestión cambiaria.
Otra de las discusiones se centra en las retenciones. La mayoría de los candidatos hablaron sobre el tema (Daniel Scioli, Mauricio Macri y Sergio Massa). Sin embargo, hoy las retenciones a estas economías son de alrededor del 5% sobre lo que se exporta, por lo que los economistas consultados coinciden en que la quita de este impuesto no sería significativo para el sector.
Fecha de publicación original: 30/10/2015
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