En los primeros 9 meses del año se ejecutó solo el 43% de una de las actividades del presupuesto destinadas a la Salud Mental

Hoy es el Día Mundial de la Salud Mental y, en los últimos meses, varios hechos realzaron el tema en la agenda, como lo hizo el caso de Santiago “Chano” Charpentier, ex cantante de la banda “Tan Biónica”, quien, hace unos meses, recibió un disparo en el abdomen después de intentar atacar a un policía en su casa de Exaltación de la Cruz.

El tema cobra mayor relevancia aún porque, a pesar de que en 2021 el presupuesto para el programa “Apoyo y Promoción de la Salud Mental” aumentó un 87% en términos reales -según un cálculo en base a datos recopilados por la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ)-, en los primeros 9 meses del año se ejecutó menos de la mitad de los recursos destinados (sólo un 43%).

Según datos del Presupuesto Abierto del Ministerio de Economía de la Nación, inicialmente se habían comprometido $ 134 millones, actualmente el crédito vigente es de $ 121 millones y, al 7 de octubre de 2021, sólo se habían ejecutado $ 52 millones.

La actividad forma parte del programa “Prevención y Tratamiento de Patologías Específicas”, y es uno de los ítems del presupuesto que se mira para analizar la inversión del Estado nacional en Salud Mental.

Pero no se trata de una novedad. Según un análisis presupuestario de la ACIJ, los gastos de esta actividad se subejecutan al menos desde 2015: el valor más bajo de subejecución se dio en 2017 (32,58%), durante la gestión de Mauricio Macri (Cambiemos). Según datos oficiales recopilados por el Monitor Presupuestario ACIJ, una herramienta que analiza el Presupuesto del Estado, en 2020 se subejecutó el 66% del presupuesto.

En términos presupuestarios, tampoco se cumple lo que establece la Ley Nacional de Salud Mental. Sancionada en 2010, durante el primer gobierno de la actual vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner (Frente de Todos), la norma prevé, entre otras cuestiones, la inclusión social de los pacientes a través de instituciones dentro de la comunidad, el respeto por los derechos humanos y la sustitución de las instituciones psiquiátricas monovalentes -de una sola especialidad (psiquiatría) y que funcionan como institución de encierro-.

La ACIJ señala que, según la ley de 2010, el Estado nacional debe destinar el 10% del gasto total de salud al área de Salud Mental, pero el presupuesto original-que incluye la actividad de “Apoyo y Promoción de la Salud Mental” del Ministerio de Salud de la Nación, los fondos de 2 hospitales nacionales y de la Sedronar– bajó al 1,5% en 2021, luego de haber mostrado un comportamiento dispar entre 2017 y 2020, durante la gestión de Macri y de Alberto Fernández (Frente de Todos).

Durante la pandemia, las consecuencias sobre la salud mental fueron importantes, especialmente para los niños y los adolescentes. Según los primeros resultados de una encuesta internacional realizada por Unicef y la consultora Gallup entre niños y adultos de 21 países, un promedio de 1 de cada 5 jóvenes de entre 15 y 24 años encuestados dijo que a menudo se siente deprimido o tiene poco interés en realizar algún tipo de actividad.

En la Argentina, el 33% de las y los adolescentes manifestó sentirse angustiado y el 25% dijo estar asustado frente a la incertidumbre que genera el contexto de la COVID, según datos de la Cuarta Ronda de la Encuesta rápida COVID-19 realizada por Unicef Argentina en mayo último.