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Khadafi y las volteretas de la diplomacia

Cristina Fernández alabó y se comparó con el líder libio, Muammar Khadafi, en 2008: “Yo también, al igual que el líder de la Nación Libia, hemos sido militantes políticos, desde muy jóvenes hemos abrazado ideas y convicciones muy fuertes”, una frase que le valió críticas. Pero la mandataria está lejos de ser una excepción. Aquí presentamos una breve comparación de los discursos de los países occidentales antes y después de la crisis en el país del norte de África.

Muammar Khadafi fue un paria de la diplomacia occidental entre 1970 y 2003. Luego de haber tomado el poder en 1969, cuando depuso al rey Idris, entró en conflicto con las potencias occidentales. En 1986 estuvo detrás de un atentado en Berlín que mató a dos soldados estadounidenses. El ataque fue respondido por un bombardeo estadounidense que mató a una de las hijas de Khadafi. En 1988 fue responsable de la explosión de un avión de Pan Am sobre la localidad escocesa de Lockerbie que dejó 270 muertes. Esto provocó la ruptura de relaciones diplomáticas con la mayoría de los países occidentales y sanciones de la ONU.

A partir de 2003, sin embargo, las relaciones mejoraron gracias a la promesa del líder libio de abandonar su programa de desarrollo de armas de destrucción masiva. El fin de las sanciones trajo un rápido acercamiento entre Libia y los países desarrollados, seguramente favorecido por la disponibilidad de gas y las mayores reservas de petróleo de África que han resultado claves para el abastecimiento europeo.

Reino Unido

En 2004, el entonces primer ministro Tony Blair visitó a Khadafi. Luego, British Petroleum y Shell firmaron contratos de exploración y explotación de petróleo y gas en tierras libias.

Después de la reunión,  Blair declaró: “Es una muy buena relación. Es muy fácil lidiar con él. No hay nada que hayamos decidido hacer, que luego no se haya hecho.”

En agosto de 2009 el gobierno escocés liberó al responsable del atentado de Lockerbie por encontrarse con cáncer terminal, cediendo así al pedido del gobierno libio.

Francia

Las relaciones se descongelaron en 2007 cuando el presidente Nicolás Sarkozy lo recibió con su carpa beduina en los Campos Elíseos. En esa ocasión se firmaron acuerdos de cooperación de energía nuclear y la compra de 21 aviones a la compañía europea Airbus, por un valor cercano a los 4.700 millones de dólares.

Al salir de la reunión, Sarkozy desestimó las críticas por haberse reunido con un dictador diciendo que prefería invitarlo a “progresar en el camino de los derechos humanos”. Y agregó que se trataba de “un líder que desistió definitivamente de la opción de obtener armas nucleares y que ha decidido renunciar al terrorismo y compensar a sus victimas.”

Khadafi lo desmintió luego en una entrevista, al decir que nunca trató el tema de los derechos humanos con el presidente francés.

Italia

En 1970 Khadafi expulsó y expropió a los italianos que vivían en Libia. Las relaciones volvieron a establecerse en 2008 cuando Silvio Berlusconi, el premier italiano, prometió el pago de compensaciones por el tiempo que Libia fue colonia italiana (entre 1911 y 1951). Desde entonces las relaciones son muy fluidas. En 2009 el coronel realizó su primer viaje a la península para ratificar un acuerdo por el cual Italia invertiría 5 mil millones de dólares en Libia, a cambio de que este país ayudase a frenar el flujo de inmigrantes ilegales hacia Europa.

A la llegada del Coronel, Berlusconi remarcó que: “Se necesita mucha voluntad para llevarnos a una nueva era de paz, amistad y colaboración.”

La apertura a los capitales libios permitieron, según lo que informa el diario El País, que Khadafi sea “hoy el quinto inversor individual por volumen de negocio de la Bolsa de Milán”. Además Libia es clave para el suministro de gas y petróleo de Italia.

Estado Unidos

Condoleezza Rice fue la primera secretaria de Estado en visitar Libia desde la toma de poder por Khadafi. En su visita en 2008 festejó el encuentro con el coronel: “Logramos un buen comienzo. Es sólo un principio, después de muchos, muchos años, pero es muy positivo que los Estados Unidos y Libia estén encontrando una manera de avanzar.”

El gobierno de Barack Obama también tuvo un gesto de acercamiento al dictador, al saludarlo y fotografiarse con él en el encuentro del G8 en Italia, al que el líder libio estaba invitado como presidente temporal de la Unión Africana.

Ahora los líderes de estos cuatro países emitieron un comunicado conjunto en el que expresaron “su firme apoyo a los derechos universales del pueblo libio, incluido el derecho de reunión pacífica, la libertad de expresión y la capacidad de decidir su propio destino. Ninguna de estas condiciones estaba dada antes de la crisis, cuando aún se mantenían buenas relaciones.

Una parte de los líderes latinoamericanos fue más coherente. Hugo Chávez, el presidente de Venezuela, escribió en su twitter el 24 de febrero: “Viva Libia y su Independencia! Khadafi enfrenta una guerra civil!!”. En la misma línea, Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, habló de “nuestro hermano Khadafi” y negó la represión: “Hablan de bombardeos, pero no hemos visto un sólo avión disparando contra la población”. Según el centroamericano, se trata de una “arremetida mediática feroz, una campaña terrible, y lógicamente ahí está la lucha por apoderarse del petróleo.”

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