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FrasesFalso
La afirmación ha demostrado ser falsa, al ser contrastada con las fuentes y datos más serios y confiables.

“La coparticipación era del 50-50, después fue del 60-40 y ahora es 75 para Nación y 25 para las provincias”

El jueves 10 de mayo, el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, afirmó en una entrevista en Radio Mitre que “la coparticipación se repartía en alguna época 50-50, hasta hace muy poco 60-40, y cuando llegó el kirchnerismo fue cambiando la coparticipación y hoy es 75-25”. Macri aludió así a la distribución primaria, es decir el porcentaje de los recursos coparticipables que se queda la Nación, y cuánto se destina al consolidado provincial.

Macri no aclara a qué períodos se refiere, pero los porcentajes que menciona no coinciden con los de la serie estadística desde 1993. Desde ese año, la coparticipación efectiva, según las cifras oficiales, disminuyó del 39 al 31% en 2011. El piso mínimo establecido por la ley vigente es del 34 por ciento. Si a la coparticipación se le suman los regímenes especiales, el porcentaje pasó del 47,5 al 36% en el mismo período.

La ley de coparticipación federal fue sancionada en 1988 y establece, en su artículo 7, que “el monto a distribuir a las provincias, no podrá ser inferior al 34% de la recaudación de los recursos tributarios nacionales de la Administración Central”. Según las estadísticas de la Dirección Nacional de Coordinación Fiscal con las Provincias (DNCFP) -dependiente del Ministerio de Economía de la Nación-, los porcentajes fueron variando desde 1993 hasta la actualidad.

En 1993, el porcentaje de tributos establecidos por ley que se repartía entre el conjunto de provincias era del 39,3%, mientras que en el 2003 disminuyó a 30,1 por ciento. Hoy, el valor del reparto continúa siendo menor al piso del 34% estipulado, ya que en 2011 la coparticipación fue del 31,3 por ciento.

Evolución de la participación de las provincias sobre la masa coparticipable*

* No se considera los Ingresos de la Seguridad Social por considerárselos transferencias que no califican como tributos.
Fuente: CIPPEC sobre la base de datos del Ministerio de Economía.

Existen también “leyes especiales” -como la ley de financiamiento educativo, el Fondo Federal Solidario (FFS), el Fondo Nacional de la Vivienda (FONAVI) y el Fondo del Conurbano bonaerense, entre otras- que fueron aprobadas con posterioridad a la ley de coparticipación. Si se suman estos regímenes especiales al original (que hoy explica una distribución del 30,7%), el porcentaje de recursos coparticipados aumenta al 38% que, como se puede observar en el gráfico, desde 1993 se ha mantenido ininterrumpidamente por encima del límite establecido.

Por ello existe un debate en torno a qué porcentaje de coparticipación tomar. Los legisladores provinciales afirman que se debe calcular la coparticipación sin las leyes especiales, pero la Nación argumenta que se deben tener en cuenta las normas sancionadas luego de 1988.

La gran cantidad de leyes, decretos y resoluciones sancionada en materia tributaria en los últimos años dio lugar a que la coparticipación se volviera un sistema complejo de coordinación financiera. Según el economista Ariel Barraud, del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), “sobre el régimen introducido por ley, en la actualidad conviven detracciones previas a la coparticipación (“pre-coparticipaciones”); asignación de porcentajes o sumas fijas a fines específicos; distribución de determinados fondos según criterios distintos a los enunciados en la ley; y los fondos especiales, en general administrados por los organismos descentralizados”.

Por otro lado, existe un grave retraso en la definición del criterio para determinar los coeficientes a utilizar para calcular la coparticipación a las provincias. Los coeficientes que se utilizan datan de 1988. Reflejan la distribución relativa del poder político y económico de aquella época, y terminan por privilegiar a las provincias más pequeñas en términos de población.

La reforma constitucional de 1994 incluyó, en este sentido, la cláusula temporaria número 6. Allí se estableció que debía crearse un nuevo régimen de coparticipación “antes de la finalización del año 1996”, pero hasta el momento el Congreso no ha promulgado una ley. Con la actualización de los coeficientes, “se debería responder a los cambios en los indicadores demográficos, como población, hogares con necesidades básicas insatisfechas, u otros indicadores medibles que se puedan utilizar en la distribución de recursos que hace la Nación. Así, los recursos destinados a las provincias se ajustarían a la realidad”, subrayó a Chequeado.com Luciana Díaz Frers, directora del Programa de Política Fiscal del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC).

 

Fecha de publicación original: 17/05/2012

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Comentarios

  • Carlos_4017 de mayo de 2012 a las 6:17 pmTengo entendido que, dado que la ciudad de Buenos Aires no es sujeto del acuerdo de coparticipación (la ley del 88 y la autonomía recién del 94), la Nación se comprometió a girarle, dentro de su propio marco, parte de los recursos coparticipables. Ese porcentaje, como se "contabiliza"? Dentro del porcentaje que retiene la Nación? o dentro del porcentaje que se remite a las Provincias? desde ya, gracias por cualquier aclaración al respecto.
    • Gonzalo4 de abril de 2016 a las 9:51 amEl porcentaje de CABA se deduce del que corresponde a la Nación, de hecho esta fijado por decreto pues es la Nación disponiendo sobre su propio porcentaje.
  • Lucy17 de mayo de 2012 a las 11:58 pmSanta Fe está esperando la resolución de la Suprema Corte en esa cuestión. También en el tema de los fondos que la Nación debería girar a la Caja de Jubilaciones. Mientras tanto ¿cuánto le corresponde?
    Gracias.
  • hernan18 de mayo de 2012 a las 2:36 pmlas "cifras oficiales" actuales de coparticipacion uds las sacan del indec tambien?
  • mgonzalez18 de mayo de 2012 a las 6:04 pmLa chingaron con el gráfico, porque en el texto dicen que el límite está en 34%, pero en el gráfico lo indicaron en 32%.
    • Gerard19 de mayo de 2012 a las 3:32 pmGracias por su observación. El error se debió a un problema técnico al pasar del original en Excel. Está corregido.
      • cacho20 de mayo de 2012 a las 3:46 pmel link al gráfico no es accesible...
  • jorge aviles24 de enero de 2016 a las 3:20 pm15 01 016 FEDERALISMO-FINANCIACIÓN-COPARTICIPACIÓN-OBRAS PUBLICAS FEDERALES-SISTEMA-HISTORIA-RATIFICACIÓN PLEBISCITARIA I) 1) Lo ocurrido en relación a la detracción de fondos de participación para continuarlos como fuente de financiamiento del A.N.S.E.S replantea, una vez más, el gran tema de terminante contundencia para el cual no se han encontrado soluciones desde que el mismo federalismo fuera instaurado. No cabe ni debe resignarse con lo que pasó. Fue resultado de una acción militar o batalla entre las fuerzas centralistas de Buenos Aires y las provincias del interior entre ellas Buenos Aires misma aun no federalizada. Al llegar esto mucho de lo entonces existente se trastocó. Resultados de Cepeda y Pavón que mostraban las presencias de acciones beligerantes – secesionistas inclusiva - entre unidades políticas supuestamente nacionales. Nunca fue envuelto en un telar de pacifismo el acaecer. Sarmiento particularmente y un tanto Alberdi – para señalar las personalidades marcantes de la época - no acordaron importancia a tan tremendo tema. Notas de pie de página en sus escritos y a lo sumo. La propia constitución deambula en el reglar de lo rentístico – fiscal e impositivo- con difusos y confusos articulados. Consecuentemente el entuerto mayúsculo quedó reservado al contra natura plano solo legal. Tanto federal como provincial. No se hizo fácil la tarea. La discordancia entre las propias provincias para el atrapar o resignar de las sumas por ellas calculada o deseadas prosiguió sin tregua. El 1958 fue epicentro de un esfuerzo significativo en la ardua tarea de obtener consensos. No los hubo en realidad. El ensoñado “sistema” no muestra ni vida ni esperanzas. Razón por la cual el todo al hoy mismo – a ello iremos - sigue boyando no obstante declaraciones y declamaciones fatuas y aunque golpeándose en el pecho los protagonistas-delegados. La creación y puesta en funcionamiento – del C.F.I, merced a un acuerdo por ley de las provincias parte, ratificado avanzó en armar una instrumentación que, coadyuvantemente, permitiera superar el estado de cosas. No se obtuvo resultado de valía. El sistema “continuaba boyando”. 2) Hay razones histórico-estructurales-económicas que conforman un integrado ser que impide resultados de seguir las como estaban y son rehechos. Se remonta y emerge esto de la teoría y práctica misma del federalismo. Madison - “federalist papers” - ufano proclamaba que ese logro norteamericano del siglo XVIII “is the greatest achievement in human history”. Textual (logro de la humanidad) y falso como veremos en particular para el caso argentino que nos ocupa y más que nos preocupa en el tedioso eslogan. Los datos estadísticos al respecto son, a la vez que híper-contundentes, los que nos dicen (al menos a mí convencen desde que escribiera al respecto mi tesis de grado en el M.I.T centro de educación muy primo interpares a escala mundial) en el insuflar belicosidad. En resumen los hallazgos y consecuentes propuestas de superación. hacen constar lo siguiente: a) en menos de 2,2 % de la superficie total de Argentina se encuentra las del 97,6 % de la población argentina; b) prácticamente en las mismas proporciones se localiza el producto bruto geográfico de los 2º s y 3º s sectores: industria y servicios. Se deriva de las proporciones citadas que el país tiene un desbalance geográfico-poblacional y económico tremendo. El estropeado régimen de coparticipación en uso lo confirma con todo estruendo. Lo referido a las obras publicas de consuno. 3) No hay consecuentemente ninguna posibilidad de compatibilizarlo con un federalismo que se tenga de pie. Imposible para reiterarlo y a muy subrayarlo. (Lo lamento por Madison se dejó llevar por el optimismo del sector – norte W.A.S.P y rico - que venció en la guerra civil para desembarazarse – un tanto logrado - de la esclavitud en el sur). Pero la propia historia lo venció a él y sus prosélitos “federales: prueba contundente de ello – como en Argentina prestemos atención – es que un algo tremendamente importante y fundamentante de cualquier régimen – aun federal – que se respete: debe proveer igualdad real o de “oportunidades”. Vale, pero eso confirma la invalidez del federalismo como fórmula organizativa constitucional. El hacer que consecuentemente se impone deben asumirlos los poderes centrales. Como es el caso de E.E.U.U a pesar de la vacía etiquetación de “home rule” Lo mismo ocurre en prácticamente todos otros regímenes federados en el mundo: Brasil, Venezuela, Méjico, Rusia, China, India… (Soy consciente de las réplicas críticas al tenor del análisis y propuestas a formular. Me atengo a lo que queda escrito, no obstante.) Las lecciones de la historia aportan lo suyo también híper-significativo: los reductos de unidades federales tales como provincias o estados son, en su forma-proyecto-autonómica apoyados por la derecha depredadora. De ese “federalismo” medran con fruición y los mantienen con sus privilegios en mucho intocables. Hay consecuentemente un mandato insoslayable para quienes luchan en sus distintas categorizaciones, por la igualdad irrestricta. 4) Corresponde ahora abordar a lo más crucial y significante de esta nota referida a las desventuras del federalismo. En lo aleccionante que tenga la experiencia internacional comparada y a un posición “revisionista” de la literatura respectiva argentina. Prosigo: un resumen en anticipación va seguidamente: a) Una advertencia es que para el ejercicio y dilucidación de lo subsiguiente debe hacerse abstracción del régimen federal tal como lo conocemos. Aún”reformulado” en formas de regionalizaciones b) las unidades de referenciación básicas son los conglomerados urbanos a partir – hipótesis – de 50.000 habitantes. Una confederación de ciudades-pueblos como lo proclamara Echeverría - sería siempre en hipótesis que apelaran a proposiciones consecuentes – una suerte de federalismo reformulado. El nuevo nicho en que debiera empalmar es el de un federalismo a escala supra-nacional latinoamericana. c) el resto del país estarán regidos por un sistema central con fuerte descentralización operativa Prof. Dr. Jorge M. Avilés
  • jorge aviles24 de enero de 2016 a las 3:22 pmII) EL HOY Y QUEHACER FRENTE AL CONFLICTO a) Una de las propuestas es reformular las reglas de coparticipación derivables del propósito firme e insoslayable de proveer a la igualdad. Igualdad que esencialmente significa niveles de inversión inversamente proporcionales al ingreso per cápita: b) Paralelamente el sistema federal de obras públicas en todo el país se debe acomodar al eje central de reforma referido precedentemente. c) Vale decir que esencialmente se replantea en federalismo tanto en fines como en medios y derivado de ello la reformulación constitucional federal y provincial. d) Aunque en mucho las opciones presentes - retomar el porcentaje que reabsorberá el gobierno central nos lleva a apoyar la acción indicativa de las provincias. incrementar el porcentaje ya usurpador - la media de ingreso per cápita significa un múltiplo - en estimaciones respetables - equivalente hace negar que fueran parte de una misma nación. No es consuelo el hecho -como puntualizáramos precedentemente siga siendo lo que siempre fue. No es consuelo ni equitativo. Categóricamente. En lo referido a las inversiones en obras a localizar en el interior del país -dado su fundamental - reiteramos lo pocas leneas antes expuesto y propuesto. También algo rotunda y prácticamente desconocido es lo que cabe adaptar de la experiencia norteamericana especialmente es la implantación y pautado crecimiento: los “matching funds” el cual es un esquema que sistematiza un quehacer por medio del cual las provincias -cada una particularmente - asigna fondos diferenciales y propios a partir de su implantación y el gobierno central duplica, con su aporte equivalente, el total. Vale subrayar al respecto que lo propuesto proveerá a una mejor gestión en el presupuesto de capital. La asignación externa-central no es de libre afectación por parte de las provincias sino que responderá a un marco que lo hace superador y a la vez insoslayable. En definitiva es una aplicación sustantiva de una suerte de “ley de hierro” para estos aspectos específicos aunque substanciales de la inversión coparticipada. Los fondos propios se administran mejor que aquellos que son dones del cielo está en lo que, evocado aquí tal como fuera el “maná” bíblico. No cabe eludir sino reiterar que la falencia estructural como superador de lo existente no pasa por el federalismo formal. Agréguese que todos los indicadores argentino detectables indican-confirman que la corrupción acrecentada comparativamente con la central -es propia en las administraciones provinciales. En otro nivel este inferior - el municipal resulta lo agravado degradante. Un tráfico de populismo indigno, expandido y omnipresente lo enmarca. Es así aunque despedace sin cortapisas las bases mismas de la autonomía que debiera constituirse en el pivote fundamental del progreso, la equidad y el mejor autogobierno. POST SCRIPTUM: Esta primera parte prosigue mañana con especial concentración en el presente de decires y haceres del presidente Macri y su equipo la oposición y terceros independientes. (De mi interés en el tema tanto reflejada en formación académica, como experiencia inclusive internacional dice lo pertinente los párrafos que se incluyen de mi “curriculum vitae”: nacido en Mar del Plata hace que su vivir estuviera impactado con lo que en la ciudad y su gestión municipal ocurriera. El socialismo, distintivamente a todo lo otro comparable en el espacio nacional hacía de la autonomía y lucha contra los gobiernos centrales un emblema y motor de su acción. Acción que coronaba con un nivel de logros, en calidad y cantidad, de resultados muy únicos en toda Argentina; Tuve mi experiencia tambien como Administrador del Consejo Federal de inversiones y responsable del programa de cooperación técnica a las provincias; subsecretario de Economía de La Pampa; graduado en el Instituto Tecnológico de Massachusetts con tesis de grado “La teoría de la decadencia y el caso argentino”; como Consejero Técnico Especial del Secretariado General de la O.N.U. formulé proyectos en países de 3 continentes y referidos - juntamente con otros - a lo referente al planeamiento, organización, evaluación de municipalidades. Marruecos, Burundi, Afganistán y Tailandia fueron algunos de los casos en los que fuera participante. En América: Venezuela, Costa Rica y Méjico). Prof. Dr. Jorge M. Avilés

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