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FrasesFalso
La afirmación ha demostrado ser falsa, al ser contrastada con las fuentes y datos más serios y confiables.

Larreta: “Nosotros tenemos superávit hace muchos años, por eso invertimos lo que invertimos”

Horacio Rodríguez Larreta, jefe de Gabinete del Gobierno de la Ciudad, participó en el programa de Mirtha Legrand y ante una pregunta de la conductora respecto de si la gestión de Mauricio Macri registraba déficit fiscal, el funcionario respondió: “No, nosotros tenemos superávit hace muchos años, por eso invertimos lo que invertimos”. Sin embargo, la Ciudad gastó más que sus ingresos -a excepción de 2010- en todos los años de gobierno de Macri.

La administración porteña registró en 2013 un resultado financiero negativo de $3.106 millones, según los datos de las cuentas de inversión del Ministerio de Hacienda porteño. Este indicador (incluye los pagos de deuda) muestra que la gestión PRO gastó más de lo que recaudó ese año, y su saldo está en línea con la tendencia que se inició en 2006: desde ese momento, todos los presupuestos -con la excepción de 2010- terminaron con déficit, que se profundizó en los últimos años.

Si se mide el déficit sin contar los pagos de la deuda, lo que en la jerga económica se llama “resultado primario”, este indicador registra el mismo comportamiento.

El Ministerio de Hacienda porteño, que lidera Néstor Grindetti, respondió a Chequeado que cerraron 2013 “con un superávit primario de más de $7.000 millones que se destinó enteramente a una inversión récord en obras públicas”, y que mantuvieron “superávit en un promedio del 12% de los recursos corrientes durante todo su periodo de gobierno (2008/2014)”.

En una nota publicada por La Nación, la misma cartera afirmó que la Ciudad no tiene déficit fiscal sino superávit, ya que, según entienden, no se debe considerar lo que la administración Macri destina a los gastos de capital, como obra pública o de infraestructura: “El resultado primario es negativo porque incluye la inversión de capital. Esto es el total de ingresos, menos gastos de personal, menos gastos corrientes, menos inversión de capital. Pero el resultado operativo, de ingresos menos gastos, es positivo en $7.000 millones”.

Consultado por Chequeado, el presidente de la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP), Rafael Flores, aclaró que “a lo que se refiere Larreta es al ahorro/desahorro, que surge de restar los gastos corrientes a los ingresos corrientes, pero el que marca si el Estado tiene déficit o superávit es el resultado financiero”.

Carlos Martínez, economista de la Universidad de Buenos Aires e investigador del Instituto del Conurbano de la Universidad Nacional de General Sarmiento, coincidió con Flores: “El déficit se emparenta con el resultado financiero, que incluye los ingresos y gastos tanto corrientes como de capital”. Además, consideró que aunque el resultado al que se refirió Larreta puede ser positivo, el hecho de tener déficit significa que hay más gastos que ingresos.

El manual del Sistema Presupuestario del Ministerio de Economía de la Nación también considera que el superávit o déficit fiscal surge del resultado financiero, e incluye los recursos y gastos corrientes y de capital.

En esta línea, la Ley 24.156, que organiza todo el sistema de administración financiera del país y cuyo decreto reglamentario es de 2007, establece que el resultado de restar los ingresos corrientes de los gastos corrientes, “adicionado a los ingresos de capital y deducidos de los gastos de capital, permitirá obtener el resultado financiero, el cual se denominará superávit, si es de signo positivo, o déficit, en el caso contrario”.

Es decir que la definición utilizada por el Ministerio de Hacienda porteño en su respuesta no se condice con el concepto de déficit o superávit fiscal utilizado oficialmente.

Es lógico que las jurisdicciones tengan un balance positivo en términos corrientes, ya que de otra manera se tendrían que estar endeudando incluso para pagar sueldos y el funcionamiento del Estado. Al mismo tiempo, también es normal que los gastos de capital como la obra pública se financien con endeudamiento y no con los ingresos corrientes”, analizó Nadín Argañaraz, director del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) y ex Presidente del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de la Fundación Mediterránea.

En el caso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), Flores incluso destacó que el gasto de capital perdió participación desde el primer año de la gestión Macri. “La excepción es 2013, que tuvo un incremento y llegó al 19,5% del gasto, aunque por debajo del máximo de 2008”, agregó el economista.

El informe de la ASAP sobre el Presupuesto 2014 de la CABA destaca que el “crecimiento de la intervención estatal tuvo su correlato en un deterioro de las finanzas locales”, y señala que a partir de 2006 los componentes que más aumentaron “fueron el Gasto en Personal, que pasó del 2,7% al 3,4% de participación, y los Gastos de Consumo, que subieron del 1,0% al 1,5 por ciento”, en relación al Producto Bruto Geográfico de la Ciudad.

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