Por qué hay menos mujeres en puestos jerárquicos
En la actualidad, la presencia de la mujer en el mercado laboral no es excepcional como lo fue décadas atrás. Sin embargo, su participación no es pareja en todos los estamentos jerárquicos.
“Uno de los rasgos más notorios que distinguen a mujeres y varones en la Argentina es su inserción en puestos de decisión”, señala un estudio realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Basándose en datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), el informe señala que “de los varones ocupados el 6,1% se desempeña en puestos directivos y un 2,3% en puestos de jefatura” mientras que, entre las mujeres, “esas cifras se reducen al 3,8% y 1,4%, respectivamente”.
Entre los factores que influyen en esta situación, el Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (CEDLAS) encontró un desaceleramiento en la participación laboral femenina latinoamericana, “sobre todo en las mujeres casadas o de contextos socioeconómicos más vulnerables (bajo nivel educativo, residentes en áreas rurales o con cónyuges de bajos ingresos)”.
La tasa de participación de las mujeres profesionales y urbanas es mucho más alta. “A lo largo de las décadas el grupo de las mujeres más vulnerables se fue acercando, pero la brecha dejó de acortarse ya hace algunos años”, precisó Leonardo Gasparini, editor y coautor de la investigación.
De la misma manera, en la Argentina la tasa de actividad de las mujeres con baja educación es menos de la mitad que la correspondiente a aquellas con educación terciaria o universitaria completa.
Y en el caso de las mujeres casadas, la tasa de actividad es de 59,4%, cuando la de las solteras es 79,3%. En cuanto a los hombres casados, la tasa de actividad es de 97.8% y 89.7% para los solteros.
No todos los grupos son igualmente permeables a la presencia femenina. Según una investigación realizada por el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), el sector público cuenta con más mujeres “en puestos de máxima autoridad” que el sector privado. El Estado y los partidos políticos tienen un porcentaje de mujeres del 18,7% mientras que las grandes empresas un 4,4%. En tanto, los sindicatos nacionales tienen uno de los porcentajes más bajos en su liderazgo, con un 5%.
En cuanto a la remuneración, según datos de la AFIP en 2015, la brecha bruta promedio entre hombres y mujeres fue de 24,20%. Sin embargo, esta diferencia no se mantiene constante a lo largo de la escala salarial. En términos generales, son menos las mujeres que reciben los salarios más altos y por ende tampoco son las principales receptoras de beneficios fiscales como la reciente reforma del Impuesto a las Ganancias.
Lucía Martelotte, coordinadora del Área Política en ELA, señaló algunas áreas sensibles: “Entre otras cosas, es necesario trabajar desde la educación inicial para erradicar estereotipos de género, para generar y valorar nuevos estilos de liderazgo; y capacitar y empoderar a las mujeres para el desempeño de puestos de máxima decisión”.
En el campo de las políticas públicas, Martelotte indicó que se debería “aumentar la oferta de servicios de cuidado (tanto públicos como privados) y revisar los sistemas de licencias, con especial énfasis en la extensión de las licencias parentales”.
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