Consejos para enseñar de forma remota, frente a la suspensión de las clases

Hasta el 31 de marzo se suspendieron las clases a nivel nacional y en todos los niveles: inicial, primario y secundario, anunció el último domingo el presidente, Alberto Fernández. Esta medida fue tomada para prevenir la circulación del nuevo Coronavirus que genera la enfermedad llamada COVID-19.

En este contexto, desde el Gobierno nacional lanzaron la plataforma Seguimos Educando: una web con materiales y recursos educativos digitales organizados por nivel educativo y área temática. Según se detalla en el sitio, la “colección es dinámica y se irá enriqueciendo día a día con nuevos y variados materiales”.

El objetivo de esta plataforma es que, aunque los alumnos no vayan a la escuela, se pueda continuar con el dictado de clases de forma virtual y a distancia. Se podrá acceder a los contenidos de la plataforma desde cualquier dispositivo ya sean computadoras o del tipo móvil (un celular o una tablet).

El Gobierno presentó una guía oficial

Además de la plataforma con materiales para alumnos y docentes, el Ministerio de Educación de la Nación, a cargo de Nicolás Trotta, publicó una guía con “recomendaciones para el acompañamiento a distancia”. Este tutorial trabaja sobre tres ejes: cómo comunicar contenido educativo a distancia, de qué manera generar espacios colaborativos de forma virtual y, finalmente, qué tipo de recursos son útiles para optimizar las clases virtuales.

Con respecto al primer eje, destinado a la comunicación con los alumnos, el Ministerio recomienda que los docentes utilicen distintos canales de comunicación con los estudiantes: medios de comunicación en vivo y otras opciones que no necesiten que el docente esté online. Según señala la guía, se debe utilizar la opción que sea más conveniente según la situación, ya que puede suceder que tanto un docente como un alumno deban estar en cuarentena. Para organizar las clases se pusieron a disposición una serie de aplicaciones de gestión educativa (la lista está disponible en este enlace).

En el segundo eje de la guía oficial, que busca garantizar que se “promueva el trabajo colaborativo de manera colaborativa (sic.)”, se ponen a disposición una serie de recursos para poder garantizar las siguientes instancias: organización de tareas entre los integrantes de un grupo; técnicas para buscar información en línea; herramientas para promover el intercambio y la producción colaborativa; finalmente, aplicaciones para compartir y presentar esos trabajos desarrollados de forma colaborativa y a distancia.

El último eje apunta a ayudar a los docentes a cómo generar y seleccionar contenidos que sean adecuados para poder trabajar de forma remota con los alumnos. Desde la cartera que dirige Trotta pusieron a disposición recursos para definir cómo curar contenidos para clases digitales y cómo armar presentaciones atractivas, entre otras guías.

Sugerencias de especialistas y guías de otras universidades del mundo

Chequeado consultó sobre este tema a Carina Lion, doctora en Educación e integrante de la cátedra de Tecnología educativa de la Universidad de Buenos Aires (UBA). La especialista señaló que los docentes “deben pensar propuestas virtuales que no busquen trasladar lo que se hace en un aula a un formato digital” sino “combinar los recursos disponibles con los contenidos que hay que dictar con una propuesta didáctica que tenga un sentido pedagógico”. 

Lion señaló que es de importancia “aprovechar esta coyuntura para codiseñar las propuestas con los alumnos y escuchar qué son las cosas que les interesan”. La especialista recomendó que se utilicen en las clases herramientas que usan los alumnos, como la red social Instagram, “para poder apropiarse de ellas con un sentido pedagógico, pero sin destruir sus propias reglas”.

En esa misma línea Melina Furman, doctora en Educación e investigadora de CONICET, señaló que “a partir de esta situación no deseada se debe incorporar la dimensión digital en la enseñanza, ya que hoy en día el aprendizaje incluye al mundo digital: para buscar fuentes, generar contenidos o resolver consignas”.

La especialista también indicó que “se deben generar cronogramas de trabajo con los chicos en las casas, es decir, definir cuándo se hacen cosas de la escuela y de qué materia y cuándo hacen cosas solos con pantallas o sin ellas”.

Con respecto a la tarea de los docentes sugirió que “es recomendable generar espacios de comunicación en simultáneo y después momentos de trabajo colaborativo entre los alumnos a través de alguna plataforma para que haya una instancia de compromiso intelectual por parte de los chicos”; caso contrario, “sólo sería clase tradicional donde un profesor habla y el alumno escucha”.

Chequeado también consultó sobre este tema a Corina Rogovsky, magister en Tecnología Educativa (UBA) y especialista del Proyecto Educación y Nuevas Tecnologías (FLACSO). “En este contexto se deben generar propuestas interesantes y lúdicas, cuidando la periodicidad de las propuestas y ayudando a nuestros estudiantes a organizarse”, explicó. También consideró que “el hecho de que se difundan contenidos educativos en los medios contribuyen a que muchos contenidos que no fueron pensados para la escuela puedan ser retomados para ser enriquecidos ya que dan pie a debates y nuevas actividades”.

Finalmente, distintas universidades del mundo también publicaron guías sobre educación a distancia. En España, la Universidad Rey Juan Carlos puso a disposición materiales para trabajar en casa. Al mismo tiempo, en los Estados Unidos, la Universidad de Harvard publicó otra guía para poder mudar rápidamente clases presenciales a un formato virtual.

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