Coronavirus: la mitad de los hogares de la Ciudad y el conurbano redujeron sus ingresos entre agosto y octubre
- Según un informe del INDEC sobre el impacto de la pandemia en el Gran Buenos Aires, el 40% de los hogares consultados tenía al menos un integrante con problemas laborales.
- Además, por razones económicas, el 33,8% de los hogares redujo el consumo de al menos un alimento (carnes, verduras frescas o leche).
- Un 48% de los hogares recibieron al menos una prestación de las implementadas por el Estado nacional durante la pandemia (IFE, ATP o bonos).
El 49,3% de los hogares del Gran Buenos Aires sufrió entre agosto y octubre una caída en sus ingresos totales, respecto de la situación previa a la pandemia, mientras que un 33,8% declaró que, por razones económicas, se vio en la necesidad de reducir al menos un alimento (carne vacuna, otras carnes, verduras frescas o leche).
Son algunos de los resultados del primer informe “Estudio sobre el impacto de la COVID-19 en los hogares del Gran Buenos Aires”, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) tras un relevamiento realizado entre agosto y octubre de 2020.
La encuesta se realizó de manera telefónica en un contexto de restricciones para hacer frente a la pandemia, que en aquellos meses estaba prácticamente concentrada en esta zona del país.
Cifras preocupantes
Así como la mitad de los hogares del GBA sufrió entre agosto y octubre una reducción en sus ingresos totales (el porcentaje sube al 57,1% en hogares con menores niveles de instrucción de sus jefes), el relevamiento también arrojó para ese período otros resultados alarmantes respecto no solamente de las remuneraciones sino también del empleo; las ayudas del Estado; la alimentación y el consumo; el acceso a la salud; y las tareas domésticas y de cuidado del hogar.
Respecto de la situación laboral, el 40,3% de los hogares registró problemas de empleo de al menos alguno de sus integrantes. Y en aquellos en que vive al menos un niño, niña o adolescente, los problemas laborales alcanzaron el 48,3%.
Según el documento, en total se lograron 2.139 respuestas efectivas correspondientes a hogares que seguían funcionando en la misma vivienda en que habían sido entrevistados previamente por el Indec para la Encuesta Nacional de Victimización 2017 (ENV); la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo 2018 (ENFR); la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares 2017-2018 (ENGHo), y la Encuesta Permanente de Hogares 2018-2019 (EPH).
En ese contexto, el estudio indicó que al menos 1 de cada 4 hogares entrevistados (26,8%) tenía algún miembro que, además de recibir alguna prestación del sistema de protección social vigente, accedió a alguna de las prestaciones específicas (ver acá y acá) correspondientes a las políticas implementadas a raíz de la pandemia.
El informe indica que, en total, “el 48% de los hogares consultados recibían al menos una prestación de las implementadas por el Estado a raíz de la pandemia (como IFE, ATP o bonos)”.
Además, un 21,2% de los hogares que no estaban alcanzados por prestaciones sociales previas a la pandemia tuvo acceso a alguno de los beneficios derivados de las nuevas medidas.
Menos consumo
El informe sostiene que más de un tercio de los hogares relevados (33,8%) declaró que se vio en la necesidad de reducir al menos un alimento (carne vacuna, otras carnes, verduras frescas o leche) por razones económicas.
Sin embargo, se trata de un promedio para el GBA porque la diferencia entre la CABA y el conurbano bonaerense es notoria: en los hogares de la Ciudad, el porcentaje de quienes debieron reducir el consumo de al menos uno de estos alimentos alcanza al 21,2%, mientras que para los que viven en el conurbano es del 38%.
El resultado del estudio muestra que el 45,8% de los hogares redujo el consumo de productos no alimentarios y que el 28,6% dejó de pagar o tuvo problemas para cubrir los costos de los servicios de la vivienda, aunque en este último caso se repite una diferencia importante entre CABA y conurbano: mientras esta situación afectó al 14,7% de los hogares relevados en la Capital Federal, el impacto es de más del doble en el conurbano bonaerense: 33,3%.
Además, los hogares del GBA en donde algún integrante manifestó dificultades para acceder a medicamentos fueron el 4,6%, y aquellos que tuvieron inconvenientes para realizar una consulta médica, el 8,6%.
Como consecuencia directa de la “nueva vida” cotidiana que impuso la pandemia, el 65,5% de los hogares encuestados debió incrementar el tiempo dedicado a tareas domésticas y aquellos con presencia de menores los hicieron en una mayor proporción, el 72,5%, que el resto de los hogares (60,5%).
El informe también destaca que el 66,1% de los hogares consultados con niños, niñas y adolescentes en edad escolar incrementaron el tiempo dedicado a tareas de apoyo escolar.
Analizando el universo de hogares con presencia de menores de 2 a 17 años que aumentaron las tareas de apoyo escolar, el 74,2% de los hogares consultados declaran que la dedicación principal está a cargo de las mujeres.
Este rol recae en los varones en el 16% de los hogares y solo en un 8% la dedicación se distribuye de manera equitativa (el valor restante, 1,8%, corresponde al servicio doméstico).
Además, el 30,4% de los jefes y jefas de hogar con empleo (que trabajaron la semana anterior a ser encuestados) desarrolló sus tareas laborales desde su vivienda.
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