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Esta nota tiene más de un año

Coronavirus: ¿qué sabemos de las consecuencias en la salud a largo plazo?

Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas:
  • La mayoría de los especialistas coinciden en que el nuevo coronavirus afecta a múltiples órganos, no sólo a los pulmones.
  • Aunque aún son muy recientes, varias investigaciones se encuentran analizando si la COVID-19 puede dejar secuelas a largo plazo en el sistema respiratorio, cardiovascular y nervioso, entre otros.

Con más de 250 mil pacientes recuperados en Argentina y más de 15 millones en todo el mundo, empezaron a aparecer cada vez más investigaciones que muestran las posibles consecuencias a mediano y largo plazo que puede tener la COVID-19, aún en pacientes que tuvieron síntomas leves. ¿Qué estudios hay sobre el tema y qué dicen?

Complicaciones respiratorias

Los pulmones son el órgano más frecuentemente afectado por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2, lo que deriva muchas veces en una neumonía. Varios estudios (ver acá, acá y acá) muestran que pueden existir consecuencias en el sistema respiratorio de pacientes después de que cursaron la enfermedad, que van desde fatiga y falta de aire (disnea) en casos más leves hasta una reducción de la capacidad respiratoria y fibrosis pulmonar – una enfermedad caracterizada por el daño al tejido pulmonar y la formación de cicatrices- en los más graves.

“Ahora, el 30% de mi consulta son de personas que tuvieron COVID-19”, contó Carlos Luna, coordinador de la Sección de Infecciones Respiratorias y expresidente de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria. El especialista explicó que una de las consecuencias que notó fue que a algunos pacientes que ya tenían enfermedades respiratorias previas, se les agravaron. Otros pacientes que cursaron una cuadro más grave de COVID-19, y que estuvieron con respirador, sufren de falta de aire, niveles bajos de oxígeno , o complicaciones derivadas de haber estado entubados, como el neumotórax.

“Sin embargo, todavía no sabemos si estas secuelas son de largo plazo”, explicó Luna, y contó que en el Hospital de Clínicas se va a realizar un seguimiento de un año a pacientes que fueron internados por COVID-19 para poder ver las consecuencias respiratorias de la enfermedad.

Por ahora no hay mucha información, pero lo que se ha visto es una persistencia de síntomas más que secuelas”, explicó a Chequeado Pablo Bonvehí , jefe de la Sección de Infectología del CEMIC y ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI). “Por ejemplo, un estudio en Italia muestra que un porcentaje entre el 50% y el 60% de pacientes de COVID-19 seguía con fatiga y cansancio y un 40% con disnea (falta de aire) a más de dos meses del episodio, aunque esto es algo que ocurre con otras enfermedades virales respiratorias”.

Complicaciones cardiovasculares y hepáticas

Los pulmones no son el único órgano afectado por el nuevo coronavirus. “La COVID-19 causa una enfermedad inflamatoria en los pulmones, pero está demostrado que este proceso se extiende al sistema cardiovascular, a la sangre, al corazón, potencialmente a otros órganos. Entonces en muchos casos, aunque esta enfermedad sea leve, puede afectar varios órganos, y aún no sabemos cuáles son los impactos de esto a largo plazo”, explicó el director de Emergencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Michael Ryan.

En este sentido, Robert Stevens, profesor asociado de Anestesiología y Medicina de cuidados intensivos en Johns Hopkins Medicine en Maryland, en los Estados Unidos, explicó en esta nota que “la enfermedad afecta a muchos sistemas de órganos diferentes: los pacientes pueden morir no sólo por insuficiencia pulmonar, sino también por insuficiencia renal, coágulos de sangre, anomalías hepáticas y manifestaciones neurológicas”.

En esta línea, una publicación de la Revista de Gastroenterología de la Unión Europea (UE) resumió toda la evidencia publicada sobre las complicaciones hepatobiliares (complicaciones que tienen que ver con el hígado, la vesícula biliar y los conductos biliares) que puede generar la COVID-19. Alrededor de la mitad de los pacientes con infección por COVID-19 mostraron alteraciones en la función hepática, y ello es más probable en pacientes con una enfermedad hepática preexistente, con edad avanzada o que hayan tenido un cuadro grave de la enfermedad.

Otros estudios señalan que la COVID-19 también puede generar complicaciones cardiovasculares. En este estudio de la revista JAMA, que incluyó a 100 pacientes recientemente recuperados de COVID-19, se reveló que el 78% tenía afectación cardíaca mientras que el 60% presentaba inflamación del músculo cardíaco (miocardio). Las condiciones preexistentes, la gravedad y el curso general de la enfermedad no generaron diferencias en los resultados.

Acerca de este estudio, el director del Instituto de Ciencias del Deporte de la Fundación Favaloro, Roberto Peidro, explicó en esta nota que “es un estudio con imágenes en solo 100 pacientes y sería temerario decir a partir de esto que el 70% de las personas que han tenido COVID 19 va a padecer insuficiencia cardíaca”, y agregó que “todavía es muy pronto para saber cuáles podrían ser las secuelas a nivel cardíaco del COVID-19”.

“Además de los respiratorios, hay otras complicaciones que genera la COVID-19 como las cardiovasculares, renales, hepáticas, vasculares”, explicó Luna y añadió que es posible que sea una enfermedad que va a generar un porcentaje no muy grande aunque sí importante de personas con complicaciones crónicas.

Complicaciones neurológicas

Otra de las complicaciones que puede generar la COVID-19 son del tipo neurológicas. Es más, dos de sus síntomas más comunes (la falta de olfato y de gusto) tienen que ver con la manera en la que el virus afecta a las células nerviosas involucradas con los sentidos del olfato y del gusto. Existen varios estudios (ver acá y acá) que señalan que la COVID-19 puede ser una enfermedad que afecte tanto a los vasos sanguíneos como a las células nerviosas, pero que aún no hay evidencia suficiente para saber qué efectos podría tener a largo plazo.

“Hay varios proyectos de investigación para seguir a los pacientes que tuvieron COVID-19”, explicó Ricardo Allegri, jefe de Neurología Cognitiva, Neuropsicología y Neuropsiquiatría del Fleni e investigador del Conicet. “Lo que sí sabe es que en el momento de la infección puede haber complicaciones neurológicas y que esas complicaciones pueden dejar como secuelas desde dolores, fatiga, pérdida de fuerza, hasta problemas cerebrovasculares o problemas neuropáticos”.

Por otro lado, existe evidencia que señala que el nuevo coronavirus podría generar pérdida de memoria y otros problemas cognitivos. Al respecto, Allegri explicó que “existe una discusión respecto al deterioro cognitivo que puede generar esta enfermedad, sobre todo en personas mayores, que tiene que ver con que si la COVID-19 puede generar de por sí un trastorno cognitivo, o si puede adelantar o empeorar un cuadro degenerativo como es el alzheimer”.

Consecuencias en la salud mental

Además de las consecuencias físicas que puede tener la COVID-19, muchos especialistas de la salud también están preocupados por el impacto que la enfermedad pueda tener en la salud mental de las personas.

Algunos estudios (ver acá y acá) muestran que muchos pacientes que pasaron por la enfermedad pueden tener bajo estado de ánimo , desesperanza, mayor ansiedad, dificultad para dormir, y hasta pueden desarrollar un trastorno de estrés postraumático. Esto puede empeorar en poblaciones socioeconómicamente más vulnerables, donde los pacientes tienen mayores probabilidades de haber sufrido la muerte de un familiar, haber perdido el trabajo y/o tener inseguridad alimentaria.

Si querés estar mejor informado sobre la pandemia, entrá al Especial Coronavirus.

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