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La deuda de las políticas de cuidado: las mujeres tienen menor tasa de actividad laboral y mayor desocupación

Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas:
  • La falta de acceso a servicios de cuidado repercute en las trayectorias educativas y laborales de las mujeres, en quienes recaen mayoritariamente estas tareas.
  • Un 49% de las mujeres participan de la fuerza de trabajo -estén ocupadas o no- mientras que este indicador llega a un 70% de los varones, de acuerdo con los últimos datos del INDEC.
  • El Poder Ejecutivo envió al Congreso un proyecto de ley que busca crear el Sistema Integral de Políticas de Cuidado de Argentina y también modificar los regímenes de licencias maternales, paternales y parentales. Qué impacto tendría esta medida.

El 92% de las mujeres realizan trabajo no remunerado, frente al 75% de los hombres, según datos del Indec. Además, no solamente son más las mujeres que realizan estas tareas sino que también es mayor el tiempo que les dedican: 6 horas y media frente a 3:40 hs. de los varones. Dentro del concepto de trabajo no remunerado se encuentra el cuidado de niños, personas con discapacidad y adultos mayores.

En mayo último, el Poder Ejecutivo envió al Congreso un proyecto de ley que busca crear el Sistema Integral de Políticas de Cuidado de Argentina (SINCA) y también modificar los regímenes de licencias maternales, paternales y parentales.

La iniciativa fue girada a las comisiones de Mujeres y Diversidad, Legislación del Trabajo y Presupuesto y Hacienda pero durante el año legislativo no superó esta instancia.

Según indicó a Chequeado Mónica Macha, presidenta de la comisión de Mujeres y Diversidad, el 14 de marzo próximo se realizará un “foro parlamentario sobre políticas de cuidado” donde se debatirá el proyecto enviado por el Ejecutivo, junto a otras propuestas.

Las barreras de ingreso de las mujeres al mercado laboral

La falta de acceso a servicios de cuidado repercute en las trayectorias educativas y laborales de las mujeres, en quienes recaen mayoritariamente estas tareas. Ya sea cuidar a sus hermanos menores, a sus abuelos o a sus hijos.

Esto se refleja en los datos públicos. El índice de actividad muestra  que un 49% de las mujeres participan de la fuerza de trabajo -estén ocupadas o no- mientras que este indicador llega a un 70% de los varones, de acuerdo con los últimos datos del INDEC.

Lo mismo ocurre en la tasa de empleo, el 45% de las mujeres están ocupadas frente a un 66% de los varones

 

Visualización: Ignacio Ferreiro.

La desocupación es mayor entre las mujeres que entre los hombres (8% frente a un 6%) y la subocupación es más profunda entre las trabajadoras. Es decir que, el 15% de las mujeres (y el 9% de los varones) trabajan menos de 35 horas semanales y buscan ampliar esa disposición horaria. 

La brecha salarial entre varones y mujeres

Desde la perspectiva del cuidado de los niños, niñas y adolescentes, Carolina Aulino, Oficial de Políticas Públicas de Unicef indicó a Chequeado que “la tasa de pobreza infantil es mayor en los hogares liderados por mujeres”.

Es que las mujeres no solamente tienen dificultades para incorporarse al mercado laboral. Una vez que ingresan en gran medida lo hacen en puestos de trabajo peor remunerados y/o con una contratación informal o precaria.

Esto genera brechas entre los ingresos promedios entre los hombres y las mujeres. Por ejemplo, en la Ciudad de Buenos Aires, entre las personas que tienen empleo registrado, en octubre último las mujeres tuvieron un salario promedio en bruto de $201 mil; mientras que los varones $242 mil. 

Visualización: Ignacio Ferreiro.

Entre las provincias argentinas, estas brechas se profundizan más en las provincias de Neuquén, Santa Cruz y Chubut.

La ampliación del acceso a los servicios de cuidado no solamente facilitaría el ingreso de las mujeres en el mercado de trabajo porque la atención de niños y adultos estaría más compartida sino porque también se podría crear una nueva oferta laboral.

Un estudio realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) calculó que la inversión en la economía del cuidado podría generar más de 1,8 millones de puestos de trabajo en Argentina en 2030, entre los que se incluyen alrededor de 600 mil puestos en el sector de educación, casi 450 mil en el sector de la salud y más de 780 mil en el sector de cuidados de larga duración.

Qué dice el proyecto de ley “cuidar en igualdad”

La iniciativa promueve la ampliación de la oferta de servicios e infraestructura de los cuidados de niños, niñas y adolescentes; adultos mayores y personas con discapacidad.

Además, aspira a que las jornadas laborales en el sector público y privado se adapten a las necesidades de cuidado; y busca fortalecer el trabajo de cuidados en el ámbito comunitario, que en la actualidad se realiza mayoritariamente de manera informal o con una contratación precaria.

En cuanto al sistema de licencias, se extiende para las personas gestantes (pasa de 90 días a 126), y para no gestantes. En este último caso, de 2 días corridos que rigen actualmente se pasa a 15 días al momento de entrada de vigencia en la ley pero sigue aumentando progresivamente: a los 2 años serían 30 días; en 4 años, 45 días; en 6 años, 60 días; y en 8 años, 90 días.

A su vez, se incorpora una licencia para las personas que adopten niños, niñas y/o adolescentes. La ley de contrato de trabajo actualmente no contempla un periodo no laborable para estos casos pero esta iniciativa implementa un periodo de 90 días.

Ante casos especiales, se incorporan licencias más extensas para nacimientos prematuros y nacimientos o adopciones múltiples y de niñas, niños y adolescentes con discapacidad. 

Por otra parte, también se crea una asignación mensual equivalente al Salario Mínimo Vital y Móvil para que reciban como una licencia los y las trabajadores/as monotributistas y autónomos. Esto incluye a las personas gestantes, a las que no y a quienes adopten niños, niñas y adolescentes.

La mirada de las especialistas

El Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA) y Unicef Argentina realizaron un cálculo del esfuerzo fiscal que implicaría la aplicación de esta iniciativa. De acuerdo a su estimación, el costo de las licencias como rigen actualmente es de 0,04% del Producto Bruto Interno y, de convertirse en ley la iniciativa del Ejecutivo, esto pasaría a costar 0,08% en el primer año de vigencia, 0,12% a los 6 años y 0,14% a los 8 años.

Las organizaciones consideran que “el costo fiscal tiene cierta envergadura, pero al mismo tiempo representa un esfuerzo fiscal alcanzable para el sector público nacional” e indican que los fondos que se destinaría “representan alrededor de una cuarta parte de los recursos invertidos en programas centrales para la protección social como la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la Asignación Universal por Embarazo (AUE) y poco menos de un tercio de la Tarjeta Alimentar”.

Aulino añadió: “Estos costos los estamos teniendo hoy pero, frente a una ausencia de servicios. esta demanda se está resolviendo al interior de las familias, en especial de las mujeres; lo que genera costos en incorporación laboral y terminalidad educativa. Que estos servicios no estén disponibles de esta manera no quiere decir que la demanda no exista”

Para Delfina Schenone Sienra, responsable del Área de Políticas de ELA, “el tema de los cuidados es un tema centralmente económico. Es una llave clave para el desarrollo, el empleo y el bienestar”. 

Además, agregó a Chequeado que “mayores servicios y de calidad mejoran la calidad de vida y el desarrollo de las infancias, las personas mayores y con discapacidades”.

Con respecto a la ampliación del sistema de licencias, Lucia Cirmi, subsecretaria nacional de políticas de cuidado del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, señaló a este medio que la experiencia internacional indica que “si no las haces obligatorias, los varones no se las toman; y si no las hacés igualitarias, se perjudica a las mujeres” porque las pone en un lugar de desventaja frente a sus colegas hombres.

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