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Mercado laboral argentino: el empleo privado no creció en los últimos 12 años y da lugar a otras formas de contratación

Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas:
  • Según datos del INDEC, menos de la mitad de los trabajadores son asalariados formales, mientras que el 46,5% tiene empleos con diferentes grados e informalidad.
  • Dentro del universo formal, en los últimos 12 años el porcentaje de trabajadores privados sobre el total de la población en edad de trabajar cayó 2 puntos. En paralelo, los empleos estatales aumentaron 1,9 puntos, el monotributo 2,1 puntos y el monotributo social, 1,3 puntos.
  • Por sectores, las actividades privadas que más empleo crearon en los últimos 12 años fueron los servicios públicos y la actividad minera, mientras que hubo un retroceso en la construcción, la industria y el sector agrario. 

En los últimos años, la evolución del trabajo en la Argentina fue motivo de debates en torno a la cantidad y calidad de los empleos generados por la economía. 

En esta nota, te contamos cómo evolucionaron los datos de empleo en el país y qué ocurrió puntualmente con el empleo formal, que muestra señales de estancamiento o retracción en la última década.

El empleo formal, en retroceso

Menos de la mitad del total de trabajadores son asalariados formales (es decir, que cobran un salario y cuentan con descuento jubilatorio, vacaciones pagas y otros beneficios sociales), según el informe de mercado laboral que publica trimestralmente el INDEC, con datos actualizados al primer trimestre de 2024. 

Los datos, procesados por Jorge Paz -investigador del Conicet en el Instituto de Estudios Laborales y del Desarrollo Económico (IELDE)- en base a la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), muestran que el 48,3% de los trabajadores tiene un empleo asalariado registrado, mientras que el 26,8% se encuentra como asalariado no registrado (cobra un sueldo por su trabajo, pero no está “en blanco”).

En tanto, el 22% son cuentapropistas (sus ingresos no provienen de un salario pagado por un empleador, sino de actividades que realizan de forma autónoma) y el 2,9%, patrones. 

Pero, como se explica en esta nota, si bien suele asociarse a los cuentapropistas con trabajadores independientes, emprendedores o profesionales (como médicos o abogados, entre otros), sólo un pequeño porcentaje (el 2,2% del total) cumple con estas características.

En tanto, el restante 19,8% realiza tareas de baja calificación y remuneración (como las “changas”), características que los ubican dentro del segmento de empleo informal como cuentapropistas no profesionales. Así, el empleo informal en todas sus formas asciende al 46,5%. 

Nuria Susmel, economista de la consultora FIEL -que preside Daniel Herrero-, aseguró en esta nota que “hay varios factores que explican la informalidad”. En este sentido, sostuvo que, por parte de los trabajadores, “dentro de los asalariados hay gente que no quiere estar registrada porque pierden otros planes o las asignaciones familiares”. 

En tanto, indicó que desde el punto de vista de las empresas “está el tema de los costos laborales y toda la carga impositiva que es alta y juega en contra”. 

Radiografía del empleo formal 

Para analizar con más detalle el universo del empleo formal se deben consultar los datos de la Secretaría de Trabajo de la Nación. A diferencia de la información del INDEC (que es una proyección elaborada en base a la EPH, una encuesta realizada de forma trimestral en todo el país), esta estadística se construye a partir de los aportes al sistema previsional, por lo que brinda mayor precisión sobre el empleo registrado. 

Esta estadística divide a los trabajadores en asalariados privados, asalariados públicos, empleados de casas particulares, autónomos, monotributistas y monotributistas sociales. Son diferentes niveles de registración: mientras un asalariado recibe una suma mensual fija y cuenta con derecho a vacaciones y días de licencia, un monotributista no mantiene una relación formal con un empleador y no cuenta con esos beneficios.

Los datos oficiales muestran que en los últimos 12 años el empleo asalariado privado se encuentra estancado: sólo se crearon 180 mil puestos de trabajo entre 2012 y 2024.  

Sin embargo, el universo total de trabajadores registrados aumentó en más de 2,3 millones en los últimos 12 años. ¿Qué sectores motorizaron esta suba? Principalmente, el empleo público (se crearon casi 900 mil puestos de trabajo en ese período); el monotributo (casi 800 mil personas) y el monotributo social (430 mil personas).  

De este modo, en el período analizado el empleo registrado privado aumentó 3%, mientras que el público creció un 38,9% y el trabajo independiente (que agrupa a autónomos y monotributistas), un 45,3%.

Si se considera el crecimiento poblacional, la evolución del empleo formal es negativa: de acuerdo con un informe elaborado por la consultora Invecq (dirigida por los economistas Esteban Domecq y Santiago Bulat), en los últimos 12 años el porcentaje de puestos de trabajo asalariados del sector privado en relación con la población en edad laboral cayó 2 puntos: mientras que a comienzos de 2012 representaban el 22,7% del universo, en mayo de 2024 (último dato disponible) fue del 20,7%. 

En tanto, los empleos estatales aumentaron 1,9 puntos porcentuales con respecto a la población en edad laboral (pasó de del 9,5% en 2012 a 11,4% en la actualidad); los monotributistas, 2,1 puntos porcentuales (del 4,9% al 7%); y los monotributistas sociales, 1,3 puntos (del 0,7 al 2% del total). 

Bulat, economista en jefe del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA) y director de Invecq, dijo a Chequeado que los factores que explican el estancamiento del empleo privado registrado “son multicausales. El más relevante, sin dudas, tiene que ver con la falta de crecimiento económico. Por otro lado, la Argentina tiene costos laborales no salariales elevados con relación a la región”. 

El economista explicó, además, que “muchas veces las trabas para despedir personal en casos recesivos hacen que tampoco se quiera expandir el personal en momentos de crecimiento, por lo que significa pagos inciertos que pueden ejecutarse hacia adelante, por ejemplo, cuando se ejecutan las multas o doble indemnizaciones”. 

Por sectores, las actividades privadas que más empleo crearon en los últimos 12 años fueron la de servicios públicos (29%); seguida por la actividad minera (27,6%); los servicios sociales y de salud (23,7%); la enseñanza (18,9%); y sector de hoteles y restaurantes (15,7%). 

Por el contrario, hubo un retroceso en actividades como la construcción (-15,3%); la industria (-6,6%); el sector agrario (-4,2%); y la intermediación financiera (-2,4%). 

La relación entre el PBI y el empleo formal

Los datos muestran que existe una relación entre la evolución del Producto Bruto Interno (PBI) de la Argentina y el empleo formal. 

Sin embargo, el impacto del incremento del PBI en la creación de empleo formal disminuyó en los últimos años. Esto quiere decir que el crecimiento de la economía argentina redunda en la creación de menos puestos de trabajo que antes. 

Para Bulat, “un fenómeno que juega a favor de esto son las formas de contratación paralelas, como el caso del monotributo, que viene teniendo un crecimiento considerable y paradójicamente no solo del sector privado, sino también del sector público. La diferencia de costos de uno a otro solamente teniendo en cuenta aspectos tributarios como el IVA, el impuesto a las Ganancias o la seguridad social, ascienden a más de 40% entre una modalidad y otra”, explicó Bulat.

 

Este contenido forma parte de un proyecto conjunto entre Chequeado y el Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA) para contribuir a elevar la calidad del debate público a través de la verificación de datos.

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