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Qué es el “hongo negro” y por qué se asocia con el coronavirus

El Ministerio de Salud de la Nación confirmó el sábado último que se recibió la primera notificación al Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud de un caso de mucormicosis, conocido como “hongo negro”, asociado a una paciente que tuvo COVID-19 y reside en la provincia de Formosa.

Además, se encuentra en investigación otro caso probable de mucormicosis, también asociado a la COVID-19, en una persona fallecida residente de la Provincia de Buenos Aires.

Esta semana la Organización Panamericana de la Salud (OPS) emitió un alerta epidemiológica ante el aumento de informes sobre casos de mucormicosis asociada con la COVID-19 principalmente en personas con enfermedades subyacentes, como diabetes o en tratamiento con corticosteroides u otros inmunosupresores. Hasta el 9 de junio de 2021, 7 países de la región habían notificado casos.

Qué es el “hongo negro”

La COVID-19 puede presentarse como una neumonía leve a potencialmente mortal, con co-infecciones oportunistas causadas por diferentes bacterias y hongos, entre las que puede presentarse la mucormicosis, sostuvo el Ministerio de Salud de la Nación.

La mucormicosis es el término utilizado para denominar las infecciones causadas por diversas especies de hongos pertenecientes al orden Mucorales. La infección se adquiere por la implantación de las esporas del hongo en la mucosa oral, nasal y conjuntival, por inhalación, o por la ingestión de alimentos contaminados.

Los hongos Mucorales son “oportunistas”, dado que sólo provocan enfermedad en personas con déficit de defensas, como individuos inmunodeprimidos o con diabetes mal controlada. La infección causa dolor, fiebre, tos y genera la destrucción y necrosis (muerte) de los tejidos. Se la suele describir como “hongo negro”, porque hace que los tejidos infectados se tornen negros.

De progresión veloz, la recuperación del paciente depende de la rapidez con que se diagnostique y se inicie el tratamiento antifúngico específico (Anfotericina B), y en muchos casos es necesaria la resección quirúrgica del tejido muerto. La tasa de letalidad se estima en 40-80%.

“La COVID-19 no sólo produce daño per se, sino que genera una respuesta inflamatoria inmune en el organismo. En otras palabras, nuestro cuerpo reacciona en forma exagerada para combatir una infección y esa respuesta inflamatoria exagerada puede producir daños en otros órganos”, explicó la médica Mariana Lestelle.

“Para tratar de frenar esa respuesta inflamatoria es que se usan los corticoides que son inmunosupresores, y es ahí que pueden aparecer infecciones bacterianas o micóticas (hongos) a las cuales hay que estar atentos. A los hongos se les llama ‘infecciones oportunistas’ porque habitualmente están presentes en nuestro cuerpo, pero si no estamos inmunosuprimidos, no se expresan”, agregó.

En los Estados Unidos y en muchos hospitales de la Argentina, sabiendo eso, a partir del séptimo día de uso de corticoides, se inicia tratamiento con fluconazol, que es un antimicótico. No sólo se hace en pacientes con COVID-19. En pacientes oncológicos, por ejemplo, estamos muy acostumbrados a usar antimicóticos”, concluyó la especialista.

 

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