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Polarización y desinformación: cómo los grupos más partidarios difundieron desinformación sobre la pandemia

Que no hay que usar barbijos porque generan enfermedades. Que el creador de los PCR dijo que no sirven. Que un médico del Hospital Muñiz falleció por coronavirus y ningún medio te lo cuenta. Que las vacunas nos hacen infértiles. Todo esto es falso, pero hubo millones de personas que vieron pasar estos contenidos por redes sociales en los últimos años en la Argentina.

Chequeado y el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP) en la colaboración periodística transfronteriza Mentiras Contagiosas, que reúne a diez medios latinoamericanos, revisaron casi 500 verificaciones desmintiendo este tipo de falsedades que circularon en el país sobre el coronavirus.

Muchas desinformaciones fueron generadas por organizaciones que se encargaron de difundir contenidos falsos constantemente, como “Médicos por la Verdad” o los “Epidemiólogos Argentinos Metadisciplinarios”. Si no conocen ese nombre, tal vez conozcan a su integrante más conocida: Chinda Brandolino, quien no sólo difundió falsedades en redes sociales sino también en canales de televisión.

Pero, si bien hubo caras visibles de esta desinformación pandémica, también hubo muchísimas personas desconocidas que participaron activamente en la difusión de desinformaciones en redes sociales.

En esta investigación nos propusimos entender en qué grupos abiertos de Facebook circuló principalmente la desinformación sobre coronavirus en la Argentina durante la pandemia. Así que, si estás listo, prepará tu barbijo, lavate bien las manos y prepará tu carnet de vacunación, que nos vamos a adentrar en un mundo bastante peligroso.

En qué grupos de Facebook circularon las desinformaciones

La primera desinformación sobre el coronavirus en la Argentina Chequeado la identificó el 27 de febrero de 2020, incluso antes de que se confirmara el primer caso en el país, informado el 3 de marzo. Ese mismo día desmentimos un supuesto caso en Chaco y en Santiago del Estero -ambas noticias falsas creadas en un sitio destinado a hacer bromas-, así como un video que circulaba en redes sociales donde supuestamente se mostraba a un policía en China deteniendo a una persona infectada con el virus, pero que en realidad se trataba de un simulacro.

Desde ese 27 de febrero de 2020 hasta finales de 2021, en Chequeado identificamos más de 3.300 posteos públicos con desinformaciones en Facebook o Instagram, de los cuales 1.900, más de la mitad, fueron sobre coronavirus. Analizando estos casi 2 mil posteos desinformantes sobre coronavirus, identificamos que en el 8% de esos posteos están citados o participaron de su difusión personajes que desinformaron sistemáticamente en la pandemia, como los participantes del grupo Médicos por la Verdad.

Sería necesario un estudio mucho más profundo para ver si los desinformantes difundieron ese contenido en grupos cerrados a los que no podemos acceder o si incluso publicaron ese contenido inicialmente y luego lo borraron, sin dejar rastro de ser los creadores de dicha desinformación. Pero este análisis preliminar muestra que las desinformaciones no estarían especialmente centralizadas en el país. Hay muchos posteos con muchísimo impacto de personas que no necesariamente son desinformantes seriales.

Lo que sí identificamos es que muchas desinformaciones circulaban muchas veces por los mismos grupos públicos de Facebook. Desde febrero de 2020 hasta fines de 2021, identificamos que circularon desinformaciones sobre la pandemia en casi 170 grupos abiertos. Y, de ellos, el 70% podría separarse entre 3 grandes tipos: los relacionados a teorías conspirativas; los unidos por ser antivacunas y los que giran en torno a partidos, dirigentes políticos e incluso a periodistas o medios polarizados o hiperpolarizados.

Para conocer un poco mejor las diferencias entre los 3 grupos, acá van algunos ejemplos:

  • Conspiraciones: muchos de los links o posteos desinformantes -casi el 23% del total- se compartieron en grupos relacionados con teorías conspirativas que existían incluso antes de la pandemia. Por ejemplo, hay distintos grupos que se muestran en contra de los iluminatis o reptilianos (como el grupo “Reptilianos entre nosotros al descubierto” creado en 2018 con 134 mil miembros o “Anti-iluminatis” de 2017 con casi 52 mil miembros).Hay otros grupos que en su título hablan de un “nuevo orden mundial”, de “resistencia” o de “despertar”. Por supuesto también están aquellos que giran en torno a teorías conspirativas más conocidas, como la que sostiene que la Tierra es plana.No es casualidad que, ante una pandemia, los grupos conspiranoicos se hagan notar. Muchas veces las teorías conspirativas pueden darnos una sensación de protección ante lo desconocido, por lo que los pensamientos conspiranoicos se agudizan en momentos de incertidumbre, así como también pueden brindar una sensación de seguridad y hacernos sentir dentro de un grupo de pertenencia, como explica el documento “Las creencias en teorías conspirativas” de Africa Check, Chequeado y Full Fact.Incluso hay estudios que muestran que, a veces, a pesar de saber que es una desinformación, la gente comparte teorías conspirativas para poder generar un mayor impacto en sus redes y es una rueda que no para de girar: al recibir feedback positivo hay más chances de que sigan compartiendo posteos sobre conspiraciones.

Ilustración: Santiago Quintero

Todos tendemos a compartir lo que confirma algo que ya creemos y dudamos de pruebas que desafían nuestras creencias, independientemente de a qué partido apoyemos o cuáles sean nuestros ideales. Este proceso, que los científicos llaman “razonamiento motivado”, es fundamental para entender por qué gran parte de estas desinformaciones se comparten en estos grupos conspiranoicos o partidarios, sobre todo al tratarse de temas polarizados.

“Quienes participan de grupos y comparten un tipo de desinformaciones claras, de las que van en contra de lo que se sabe cuando se consideran las mejores evidencias disponibles, son muchas veces individuos muy movilizados en defender la postura que sostienen. Eso hace que se tomen el trabajo de escribir, y por eso se vuelven más ‘visibles’ esas posturas. Son quizá pocas personas, pero participan mucho. Este comportamiento es algo que vemos mucho en quienes creen ideas conspirativas o en las posturas antivacunas más extremas”, explicó a Chequeado Guadalupe Nogués, doctora en Ciencias Biológicas por la Universidad de Buenos Aires (UBA) y autora del libro Pensar con otros: una guía de supervivencia en tiempos de posverdad.

Además, en cuanto a la partidización de temas pandémicos, Nogués comparó la situación de la Argentina, donde ya el 80% de personas recibieron su esquema completo, con otros países como Estados Unidos, donde la campaña de vacunación tiene, por lo menos hasta ahora, peores resultados.

“En Estados Unidos, por ejemplo, hubo mucha alineación entre la postura política, las actitudes hacia la pandemia o las vacunas, y el comportamiento: en líneas generales hubo mucha brecha entre republicanos y demócratas, en donde los republicanos se oponían más al confinamiento, uso de tapabocas y vacunación. Ahora esa brecha está disminuyendo, pero hasta hace poco era mucho más probable que un adulto no vacunado contra COVID-19 fuera republicano”, explicó Nogués sobre la situación estadounidense.

Pero en la Argentina pasó algo diferente: “Aunque se vio una partidización a nivel del discurso público, en el comportamiento no hubo diferencias apreciables: la mayoría de la ciudadanía usó tapabocas y se vacunó, independientemente de su postura partidaria”.

Al ser consultados por esta nota, desde Meta, la empresa que controla a Facebook, afirmaron que tomaron “varias medidas para combatir la desinformación en los grupos, como reducir su distribución para que sea menos probable que las personas vean el contenido”. Además, agregaron que “aquellos grupos que reiteradamente comparten contenido calificado por verificadores de información como falso o alterado enfrentarán sanciones que pueden durar 90 días, como perder su capacidad de publicitar”. Y también aclararon que tienen políticas especiales durante emergencias de salud pública, como la pandemia de COVID-19, ya que definieron eliminar “la desinformación que puede exponer a las personas a un daño físico inminente, incluyendo las teorías conspirativas relacionadas con las vacunas”.

Sabemos que muchas personas han creído alguna de estas cientos de desinformaciones que circularon en el país durante la pandemia. Y también sabemos que muchas de las desmentidas no tuvieron el mismo alcance que las desinformaciones que desmentían. Conocer cómo actuaron estos distintos actores desinformantes durante la pandemia no va a ser suficiente para reparar el enorme daño que hicieron en la salud pública mundial, pero saber quiénes son, cómo funcionan y qué buscan estos grupos desinformantes seguro va a ayudar a que en la próxima pandemia el daño sea menor.

Este reportaje hace parte del trabajo colaborativo transfronterizo Mentiras Contagiosas coordinado por el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística – CLIP en el que participan Chequeado de Argentina, Bolivia Verifica de Bolivia, Aos Fatos de Brasil, Colombiacheck y Cuestión Pública de Colombia, Agencia Ocote de Guatemala, Animal Político de México y El Detector de Univisión de Estados Unidos.

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Fecha de publicación original: 28/03/2022

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