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ViralFalso
La afirmación ha demostrado ser falsa, al ser contrastada con las fuentes y datos más serios y confiables.

Es falso que la OMS usa de excusa al cambio climático “para promover la vacunación masiva”

Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas:
  • Circulan posteos que aseguran que la OMS busca promover una “vacunación masiva contra los mosquitos” y utiliza como excusa el cambio climático. Pero esto es falso.
  • La organización internacional sólo recomienda la vacunación para zonas con alta transmisión de enfermedades transmitidas por mosquitos, como el dengue y la fiebre amarilla.
  • Especialistas aseguran que el aumento de temperaturas, derivado de la crisis climática, influye tanto en la expansión del dengue por la región como en la aparición de casos durante todo el año.

Durante las últimas semanas, en redes sociales circularon publicaciones que aseguran que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que “el cambio climático podría requerir vacunar a las poblaciones contra los mosquitos migratorios”.

El argumento central de los posteos apunta a que la crisis climática es “fraudulenta” y que el verdadero objetivo es “una vacunación masiva” para poner en marcha un supuesto plan de esterilización humana o de control. Sin embargo, esto es falso.

Si bien la OMS alertó que el cambio climático favorece la expansión territorial del mosquito Aedes aegypti que transmite, entre otros, el virus del dengue y la fiebre amarilla, nada dijo sobre la necesidad de vacunar en forma masiva a la población. De hecho, la OMS sólo recomienda la vacuna contra el dengue y la fiebre amarilla en zonas endémicas (áreas geográficas con alta carga de la enfermedad)

En Instagram, la desinformación tuvo más de 10 mil “Me Gusta”; en X, cerca de 2 mil retuits, y también circuló en Facebook.

La OMS no ha declarado que la vacunación masiva contra mosquitos será necesaria por el cambio climático

La OMS reconoce que el cambio climático es la mayor amenaza para la salud mundial del siglo XXI. “La salud es y será afectada por los cambios de clima a través de impactos directos (olas de calor, sequías, tormentas fuertes y aumento del nivel del mar) e impactos indirectos (enfermedades de las vías respiratorias y las transmitidas por vectores, inseguridad alimentaria y del agua, desnutrición y desplazamientos forzados)”, sostuvo.

Sin embargo, el organismo no ha dado directrices sobre la necesidad de vacunar en forma masiva a la población en relación al cambio climático. De hecho, recomienda la vacuna del dengue “para entornos con alta carga de enfermedad por dengue y alta intensidad de transmisión, para aumentar el impacto en la salud pública y reducir cualquier riesgo potencial en poblaciones seronegativas (N.de la R.: sin infección previa)”, como contamos en esta nota.

En el caso de la vacuna contra la fiebre amarilla, la recomendación de la OMS es inmunizar a las poblaciones que viven en zonas de riesgo, así como a las personas que viajan a esos lugares. Además, se incluye a la vacuna como una estrategia más en la lucha contra las enfermedades transmitidas por mosquitos. Pero lo más importante pasa por un plan de manejo integral de vectores que buscan promover la implementación de métodos de monitoreo, prevención y control poblacional de mosquitos transmisores de enfermedades.

¿Qué relación existe entre el cambio climático y el dengue?

La Organización Panamericana de Salud (OPS) emitió el 16 de febrero una alerta epidemiológica por el aumento de casos de dengue en Latinoamérica. También, la Argentina atraviesa una epidemia con más de 74 mil casos confirmados y 47 muertos, como contamos en esta nota.  

El aumento de temperaturas, derivado de la crisis climática y de fenómenos como El Niño, influye tanto en la expansión del dengue por la región como en la aparición de casos durante todo el año. Así lo explican distintos especialistas a Chequeado.

“El Aedes aegypti originalmente se establecía en zonas tropicales y subtropicales”, explicó Victoria Micieli, directora del Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores que depende del Conicet y de la Universidad Nacional de La Plata. 

Micieli recuerda que a finales de los ‘90 este mosquito se encontraba en el norte del país, y podía llegar a zonas templadas por algún viajero que trajera huevos consigo, pero que por las temperaturas bajas no llegaban a establecerse ni a reproducirse. “Ahora tenemos un brote de dengue en Bahía Blanca, hay poblaciones de mosquito establecidas en La Pampa y, recientemente, se registraron huevos en el norte patagónico”, describe la entomóloga.

Es un consenso científico que el dengue se ha expandido territorialmente. “Hace 20 años estaba presente en solo 9 países, hoy está en más de 125”, retrata Ramiro Heredia, médico clínico del Hospital de Clínicas.

Y este es solo uno de los cambios. En varias partes de la región, el invierno es incapaz de menguar el nacimiento de nuevos mosquitos. Según ambos expertos, esta continuidad se debe a 2 razones: al desarrollo de resistencia del mosquito, tanto a temperaturas más frías y al aumento de la temperatura global del planeta.

Según el estudio realizado en 2014 “Respuesta de eclosión de huevos de Aedes aegypti a bajas temperaturas: Efectos de los medios de eclosión y condiciones de almacenamiento”, los huevecillos del Aedes aegypti pueden nacer a 12° C, algo que en décadas pasadas no se había visto con tanta frecuencia. Los científicos suponen que este mosquito se está adaptando a nuevas condiciones a las que no hubiera accedido de no ser por el ser humano.

Y este es un punto crucial, “ya que el Aedes aegypti es una especie urbana y domiciliaria”, explica Micieli. En otras palabras, la mayor parte de estos mosquitos se establecen especialmente en las casas. Si a esto sumamos el alza en las temperaturas, el cocktail de reproducción se acelera aún más.

Una estudio publicado en The Lancet Countdown para América del Sur, muestra que la idoneidad climática para la transmisión del dengue “alcanzó su nivel más alto en los últimos años, con un aumento del 35% en el período 2012-2021 en comparación con la línea de base de 1951-1960”. Esto lo atribuyen a un alza de las temperaturas globales en el planeta derivado, entre varios factores, de la crisis climática.

“Solo por el aumento de temperaturas derivado de los efectos del cambio climático hay mayor riesgo de transmisión. Y esto cambia las reglas del juego”, plantea con preocupación, Andrés Lescano, epidemiólogo de la Universidad Peruana Cayetano Heredia y uno de los autores del reporte. 

Dado que hay mayor potencial de transmisión por los ciclos de reproducción del mosquito, tomaría más esfuerzo el control de la enfermedad. “Las estrategias que antes se implementaban para atender los contagios son cada vez menos efectivas por el cambio en las dinámicas del propio mosquito a raíz de la crisis climática”, añade el epidemiólogo peruano.

¿Qué se está haciendo y qué se debe hacer?

El crecimiento de los casos de dengue representa un desafío monumental para los sistemas de salud globales. Iniciativas de la OMS como One Health y la Alianza para la Acción Transformadora del Clima y la Salud buscan abordar la salud integral de humanos, animales y el ambiente. Varios países están implementando estrategias para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero del sector salud y adaptarse a las nuevas condiciones que plantea el cambio climático.

Para Andrea Hurtado, gerenta del programa de cambio climático de Salud sin Daño para América Latina, dentro de las negociaciones climáticas las discusiones sobre salud cobran cada vez más relevancia, especialmente desde 2021: “El año pasado, en Dubai, 148 países aprobaron nuevos objetivos en este tema”. 

La Argentina está suscrita a ambos programas y desde hace unos años ha integrado los temas de salud en la política climática y viceversa. Esto se expresa en la Estrategia Nacional de Salud y Cambio Climático y en el Plan Nacional de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático. Dentro de estos, las amenazas epidemiológicas son prioritarias.

Por otro lado, la estrategia recomendada por el Ministerio de Salud de la Nación y la OPS/OMS para prevenir y controlar las enfermedades transmitidas por mosquitos continúa estando centrada en el control del mosquito transmisor, la prevención de picaduras, una atención oportuna y adecuada de los casos, y el compromiso continuo de las comunidades. 

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