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ViralFalso
La afirmación ha demostrado ser falsa, al ser contrastada con las fuentes y datos más serios y confiables.

Es falso que las estelas que dejan los aviones en el cielo contienen tóxicos que precipitan con la lluvia

Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas:
  • Circulan en redes sociales videos con teorías conspirativas de lo que llaman “chemtrails” o supuestas estelas químicas que se observan en el cielo.
  • Sin embargo, esto es falso ya que son estelas de condensación que forman los aviones en su trayecto, cuando se dan ciertas condiciones de temperatura y humedad determinadas.
  • La comunidad científica ya descartó esta teoría conspirativa y no existe ninguna evidencia científica que pruebe que los “chemtrails” son reales.

Circulan en redes sociales distintos videos con teorías conspirativas que aseguran que las estelas blancas que dejan los aviones en el cielo contienen tóxicos que precipitan con la lluvia o que son explosiones químicas para eliminar las nubes, llamados “chemtrails”. Sin embargo, esto es falso.

Las publicaciones en Instagram cuentan con más de 10 mil “Me gusta”, según los datos aportados por la propia red social.

No son estelas químicas

La palabra “chemtrail” es una contracción de los términos chemical trails, o estelas químicas en inglés, y se utiliza como oposición a contrails o condensation trails (estelas de condensación).

Tal como afirmó Chequeado en esta nota que explica la falsedad de las teorías conspirativas alrededor de este fenómeno, son estelas de condensación que forman los aviones en su trayecto, cuando se dan ciertas condiciones de temperatura y humedad determinadas.

Estas estelas se producen a partir de la quema de combustible en los motores de los aviones que produce grandes cantidades de vapor de agua que al entrar en un ambiente frío (los aviones vuelan a alturas donde el aire se encuentra a -35°C o menos grados) forma gotas y cristales de hielo, es decir, se condensa formando una estela. 

Cuando los gases que emite el avión se mezclan con el aire circundante, se enfrían rápidamente y, si la humedad en la atmósfera es suficiente para que la mezcla alcance la saturación, se producirá la condensación del vapor de agua.

Por otro lado, el viento también incide en la persistencia de las estelas: si hay viento, el aire dispersa las gotas y la estela desaparece rápidamente, mientras que si el viento es más débil y el ambiente es húmedo, las gotas permanecen por más tiempo.

Una teoría sin evidencia científica

La comunidad científica ya descartó esta teoría conspirativa y no existe ninguna evidencia científica que pruebe que los “chemtrails” son reales. Los defensores de la teoría suelen mostrar videos y fotos de estelas en el cielo como su principal prueba pero, de nuevo, esto no es válido como evidencia de nada.

En un estudio publicado en 2016 por la Carnegie Institution for Science, la Universidad de California Irvine y la organización sin fines de lucro Near Zero, los principales expertos en ciencia atmosférica concluyeron que los “chemtrails” no son reales.

Otras autoridades, como la Fuerza Aérea de Estados Unidos o la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos también descartaron la teoría conspirativa de los “chemtrails”.

Rodolfo Sánchez y Astrid Bengtsson, investigadores del Centro Atómico Bariloche y del Instituto Balseiro, explicaban ya en 2018 en la revista de divulgación científica del Centro Regional Universitario Bariloche la teoría de los “chemtrails” no cuenta con estudios que la sustentan o utiliza “conceptos científicos e históricos básicos descontextualizados o formulados de manera errónea o incompleta, e hipótesis no comprobadas”.

Por último, los que defienden la teoría conspirativa, señalan que ahora se observan más estelas en el cielo que hace varios años atrás, pero esto ocurre por el aumento del tráfico aéreo de los últimos años. 

Según explicó Benito Fuentes, meteorólogo en la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) de España, en un hilo de Twitter, “la eficiencia de los motores de los aviones ha aumentado desde hace más de 30 años y, en consecuencia, el vapor de agua sale de la turbina a una temperatura menor, de modo que existen entornos que hoy sí favorecen la formación de estelas pero que hace 30 ó 40 años no”.

 

Este chequeo es parte de la iniciativa Third Party Fact-checking de Meta en la Argentina. En los casos de fotos y videos trabajamos con imágenes trucadas o sacadas de contexto, y siempre analizamos en conjunto las imágenes y los videos junto con el texto con el que fueron presentadas.

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