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FrasesFalso
La afirmación ha demostrado ser falsa, al ser contrastada con las fuentes y datos más serios y confiables.

Javier Milei, en el segundo debate presidencial 2023: “Los indicadores sociales son peores que los que teníamos en 2001”

Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas:
  • Si bien los números de la pobreza y la indigencia se ubican entre los más altos de los últimos años, la situación en 2001 era aún peor: la pobreza era del 45,6% y la indigencia del 14,6%, mientras que un año después, en octubre de 2002, la pobreza llegó al 65,5% y la indigencia al 26,1%.
  • La tasa de desocupación también evolucionó del mismo modo que la pobreza y la indigencia: tras una cifra récord registrada en 2002 (19,7%), en la actualidad se encuentra en los niveles más bajos de toda la serie (6,2%). 
  • En cuanto a la desigualdad de ingresos, en el primer semestre de 2023 (último dato disponible) el coeficiente de Gini era de 0,432, mientras que tanto en 2001 como en 2002 este indicador superaba los datos actuales (0,552 y 0,533, respectivamente). Por lo tanto, lo que dijo Milei es falso.

En el segundo debate presidencial 2023, el candidato a presidente de la Nación por La Libertad Avanza, Javier Milei, dijo que “los indicadores sociales son peores que los que teníamos en 2001”.

Esto es falso. Si se analizan los datos de la pobreza, la indigencia, la desigualdad y el desempleo de 2001 bajo los mismos parámetros que se lo hace hoy, durante la crisis de aquel año estos indicadores se encontraban peor que en la actualidad

Pobreza

Como se explica en esta nota, en los últimos 40 años se aplicaron metodologías distintas para medir la pobreza por ingresos, lo que dificulta su comparación en períodos largos de tiempo.

Sin embargo, el Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (Cedlas) de la Universidad Nacional de La Plata realizó un estudio en el que recalculó las estadísticas anteriores en base a la actual metodología usada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), de modo de poder realizar una comparación de los datos históricos con los actuales.

De este modo, en el primer semestrede 2023 (último dato disponible) la pobreza alcanzó el 40,1%. Se trata de uno de los valores más altos desde la difusión de la nueva serie en 2016, sólo superado por el dato del segundo semestre de 2020 (42%) y del primer semestre de 2021 (40,6%), durante la pandemia del coronavirus. 

En tanto, en el 2001 la situación era aún peor: de acuerdo con la serie reconstruida por el Cedlas, en octubre de 2001 la pobreza era del 45,6%, mientras que un año después, en octubre de 2002 (ya consumado el estallido de fines del año anterior), la pobreza llegó al 65,5%, el pico más alto de la serie histórica iniciada hace 3 décadas.

Indigencia

Siguiendo la serie del Cedlas (que armoniza las diferencias metodológicas de las últimas 2 décadas), en octubre de 2001 la indigencia era del 14,6% y en mayo de 2002 esa cifra se había elevado al 26,1%. 

En tanto, al analizar la serie actual publicada por el INDEC (que no tuvo cambios metodológicos desde 2016 en adelante), la indigencia fue del 9,3% en el primer semestre de 2023, uno de los mayores valores de los últimos años, pero que resulta inferior al registrado durante la crisis de 2001. 

Agustín Salvia, investigador del Conicet-Universidad de Buenos Aires (UBA) y director del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina (UCA), aseguró en esta nota que “los datos de pobreza e indigencia no sólo son menores, sino que en el caso de la pobreza extrema tiene un piso de protección social a través de los programas de transferencias de ingresos y de sistemas de protección -vinculados a la red de comedores comunitarios y escolares, al sistema de protección a través de iglesias y ONGs y también de organizaciones sociales- que hacen que no estemos al borde de un estallido social, a no ser que sea un estallido provocado”.

Desigualdad

La desigualdad de ingresos se mide a través del coeficiente o índice de Gini. Este indicador va del 0 al 1, siendo 0 el caso de igualdad absoluta de todos los ingresos y el valor 1 el caso extremo de desigualdad (donde todas las personas tienen ingresos nulos y una sola persona se lleva el total). Es decir, cuando aumenta el Gini, aumenta la desigualdad.

En el primer semestre de 2023 (último dato disponible) el coeficiente de Gini era de 0,432, mientras que tanto en 2001 como en 2002 este indicador superaba los datos actuales (0,552 y 0,533, respectivamente).

“El fortalecimiento de las políticas de protección social durante las últimas 2 décadas ha sido central para garantizar un mínimo de ingresos a los hogares. En particular, las transferencias monetarias a las familias vulnerables con niños/as y adolescentes (Asignación Universal por Hijo y Prestación Alimentar) tienen un impacto significativo en las tasas de pobreza y, sobre todo, de indigencia. Según Unicef, en el tercer trimestre de 2022, sin la AUH, la pobreza infantil hubiese sido 3 puntos porcentuales más alta y la indigencia 10 puntos porcentuales”, señalaron Juan Camisassa y Bruno Muñoz, coordinadores de Protección Social del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec).

Además, agregaron: “Estas políticas de protección social contribuyen a la disminución de la desigualdad, dado que se focalizan en los hogares de menores recursos: quienes reciben AUH se concentran en los tres primeros deciles de ingresos (es decir, en el 30% más pobre de la población)”, 

Desempleo

La tasa de desocupación también evolucionó del mismo modo que la pobreza y la indigencia: tras una cifra récord registrada en 2001 y 2002, en la actualidad se encuentra en los niveles más bajos de toda la serie. 

De acuerdo con los datos alternativos elaborados por la consultora Orlando Ferreres & Asociados, en 2001 la desocupación llegó al 17,4% y en 2002, luego del estallido social, subió al 19,7%, la cifra más alta de la serie iniciada en 1983.

En tanto, en el segundo trimestre de 2023 el registro de la desocupación fue del 6,2%, alcanzando un promedio del 6,5% para el primer semestre de 2023 (último disponible), el más bajo de toda la serie. 

Gasto social

El gasto social (considerando el presupuesto devengado para la función Seguridad Social y Promoción y Asistencia Social) aumentó considerablemente en los últimos años en términos reales (es decir, considerando la inflación) con respecto a 2001. 

Según datos oficiales, en 2022 se destinaron $ 8,9 billones a esos gastos, un 142% más en términos reales que con respecto a 2001. 

Por lo tanto, la frase de Javier Milei, quien dijo “los indicadores sociales son peores que los que teníamos en 2001”, es falsa

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