Es engañosa la publicación del número récord de “efectos adversos” registrados con la vacuna contra el coronavirus
- Circulan en Telegram distintas publicaciones que sostienen que las vacunas contra la COVID-19 registraron cierto número de efectos adversos respecto de otras ya existentes.
- Sin embargo, esto es engañoso ya que, si bien el número es correcto, el sitio web dependiente de la OMS, VigiAccess, refiere a posibles efectos secundarios y no confirmados.
- La tasa de reportes de presuntos eventos adversos vinculados a las vacunas contra la COVID-19 no llega siquiera al 1%.
Circulan en Telegram distintos mensajes que exponen los datos de VigiAccess, la base de datos global de la Organización Mundial de la Salud (OMS), sobre los posibles efectos secundarios informados de los medicamentos. Allí se da cuenta de las reacciones a las distintas vacunas y sostiene que las dosis aplicadas contra la COVID-19 provocaron efectos adversos en más de 2,4 millones de personas “causando más daño y muerte que todas las demás vacunas juntas ¡durante 50 años!” (sic).
También circula un video con una captura de pantalla de la página web de VigiAccess que intenta demostrar la superioridad de efectos adversos reportados con la vacuna contra la COVID-19 y la diferencia con el resto de las enfermedades registradas.
Tanto en el caso de los mensajes como del video, que en total recibieron más de 70 mil interacciones en Telegram, el contenido es engañoso ya que el número al que se hace referencia en las publicaciones virales no corresponde a los efectos secundarios confirmados por la vacuna sino a los supuestos efectos reportados, sin correlación de causalidad.
Es decir, que el hecho de que el número de reportes de supuestos efectos adversos de las vacunas contra la COVID-19 sea más alto que el del resto de las vacunas o medicamentos no significa que efectivamente impliquen mayores reacciones adversas ya que no corresponde a los efectos secundarios confirmados sino a los supuestos efectos reportados, que pueden o no tener relación con la vacuna.
Además, por la magnitud de la pandemia de coronavirus con relación a otras enfermedades, hay en este caso muchos más reportes de efectos relacionados con las vacunas contra la COVID-19 que sobre el resto de las vacunas/medicamentos.
La propia página web advierte: “Al utilizar VigiAccess, es importante tener en cuenta lo siguiente: la información de este sitio web se refiere a posibles efectos secundarios; es decir, síntomas y otras circunstancias que se han observado después del uso de un medicamento, pero que pueden o no estar relacionadas o ser causadas por ese producto”.
Y agrega, entre otros puntos, que no refleja ningún vínculo confirmado entre un medicamento y un efecto secundario; que no se puede utilizar para determinar la probabilidad de que ocurra un efecto secundario y que no se puede utilizar para comparar los perfiles de seguridad de diferentes medicamentos.
Estas desinformaciones también fueron verificadas por los sitios de fact-checking del diario USA Today, de Estados Unidos, y Bolivia Verifica.
Vigilancia de efectos adversos de las vacunas
Tal como explica Chequeado en esta nota, la tasa de reportes de presuntos eventos adversos vinculados a las vacunas contra la COVID-19 no llega siquiera al 1%. Además, la mayoría fueron clasificados como reacciones leves o no graves. Es decir, eventos esperables como dolores de cabeza, fiebre, dolor en el brazo, etcétera.
Por su parte, en cada país hay agencias sanitarias responsables. Las más conocidas son la Food and Drug Administration (FDA) en Estados Unidos y la European Medicines Agency (EMA) en Europa. En América Latina, frecuentemente son los ministerios de salud o entidades adscritas a ellos quienes asumen el rol de la farmacovigilancia.
Estas agencias especializadas reciben reportes de los llamados eventos supuestamente atribuidos a la vacunación o inmunización (Esavi). En algunos países se les conoce con otro nombre, pero el significado es el mismo. Si una persona experimenta una reacción adversa luego de haber recibido una vacuna, esa reacción se considera un Esavi. Estos eventos se analizan y se investigan, pues al principio no es posible asegurar que hayan sido causados por la vacunación.
La información que se reúne en cada país sobre posibles eventos adversos ligados a las vacunas es relevante para toda la comunidad internacional. En Upsala, una ciudad de Suecia, una red global de vigilancia recibe reportes de eventos adversos de medicamentos desde hace cincuenta años. El resultado es una base de datos cuyo propósito es identificar de forma temprana problemas de seguridad con los medicamentos; entre ellos, las vacunas.
La base de datos es gestionada por el Centro de Monitoreo Upsala y publicada en la web VigiAccess, que desde 1978 coordina el sistema de monitoreo internacional de medicamentos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Actualmente, alrededor de 150 países participan de esta iniciativa.
Cuando se trata de presuntas reacciones adversas graves, la notificación se debe realizar en las primeras 24 horas de conocerse el caso. Además del registro en el sistema, se asegura la atención de los pacientes y se inicia una investigación.
Para poder vigilar este tipo de casos, el personal de salud debe contar con datos de la persona afectada, como su ficha de vacunación, sus antecedentes de salud, sus síntomas y una descripción de su cuadro clínico. Así podrá identificar si la reacción adversa es realmente consecuencia de la vacuna, o si responde a otras causas.
Aunque cada país elabora sus propios procesos para la vigilancia de eventos adversos, todos siguen las pautas de la OMS. Los fabricantes de vacunas también tienen la obligación de reportar eventos adversos detectados.
Si querés estar mejor informado sobre la pandemia, entrá al Especial Coronavirus.
Este chequeo es parte de la iniciativa Third Party Fact-checker de Facebook en la Argentina. En los casos de fotos y videos trabajamos con imágenes trucadas o sacadas de contexto y siempre analizamos en conjunto las imágenes junto con el texto con el que fueron presentadas.
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