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Libros: cuántos se importaron durante el kirchnerismo y el macrismo, y qué dice la nueva resolución

El Gobierno nacional, mediante una resolución de la Secretaría de Comercio Interior del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación, volvió a imponer que ciertos libros, álbumes, impresiones y folletos deben presentar un certificado de que poseen menos que un determinado nivel de plomo en tinta. Esto se había resuelto inicialmente en 2010 y estuvo vigente desde 2012, pero luego se suspendió en 2016.

Según la última resolución de 2020, estas medidas se reimpusieron “con el objeto de asegurar la protección de los derechos de los consumidores” y que “permitirán el establecimiento de estándares de producción y mejora de la competitividad para los productos que se fabrican y comercializan en el país”. El certificado no lo deben presentar aquellos lotes de menos de 500 libros, que sólo deben entregar una declaración jurada.

Rodolfo Reyna, presidente de la Cámara Argentina de Publicaciones, precisó que en los años que estuvo vigente la resolución de control de tinta “nunca se detectó ningún problema con ninguna partida” porque “el plomo en tinta es una cosa antigua”. Por esto mismo destacó que parece “una medida paraarencelaria, es decir, con estos certificados limitan o aumentan el costo de la importación sin un arancel determinado.

Chequeado consultó a la Secretaría de Comercio Interior cuántas partidas inclumpieron dicha resolución, pero hasta el momento de la publicación de la nota no contestó. Por esto mismo, este medio realizó un pedido de acceso a la información pública para conocer esta información.

Pero, ¿cómo varió la importación de libros, álbumes y folletos en los últimos años? Según las cifras del INDEC, la importación de estos productos aumentó en casi todos los años luego de la crisis de 2002 y en 2011 llegó a los US$ 115 millones. A partir de 2012, año en el que comenzaron a regir las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAIs), las importaciones bajaron hasta llegar a los US$ 44 millones en 2015. 

El mayor valor se obtuvo en 2018, con más de US$ 183 millones, pero luego de los saltos del dólar en 2019 la cifra bajó y hasta fines de agosto en 2020 se habían importado menos de US$ 26 millones.

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Comentarios

  • Esteban12 de septiembre de 2020 a las 6:08 pmSería bueno que incluyan la evolución de la venta de libros en ese período. Sospecho que la mayor importación fue en detrimento de las imprentas locales, sin que redundara en una mayor cantidad de lectores.
  • AGL14 de septiembre de 2020 a las 8:28 pmOtra cosa importante es la venta de ebooks, ya que existe la cómoda forma de tener tu libro en tablet, smartphone o ebook reader. Sacando el hecho de que le cobren impuesto a todo lo que se cruce por el camino.

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