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FrasesEngañoso
La afirmación puede coincidir parcialmente con ciertos datos, pero -intencionalmente o no- ha sido manipulada para generar un mensaje en particular.

Bullrich, sobre el aborto y la mortalidad materna: “Las estadísticas muestran que hay otros factores que la reducen. Chile tiene una mortalidad menor a la argentina con una ley mucho más restrictiva”

El senador Esteban Bullrich (PRO) -quien se manifestó en contra del proyecto de interrupción voluntaria del embarazo que ya tiene media sanción de la Cámara de Diputados- fue consultado durante una entrevista en Radio Con Vos sobre el argumento que señala que la legalización del aborto reduce la mortalidad materna. “No (…), las estadísticas muestran que hay otros factores que la reducen. De hecho, ha habido países como Chile que tienen mortalidad materna menor a la argentina con una ley mucho más restrictiva”, indicó.

Es verdad que son múltiples los factores que reducen la mortalidad materna, y esto se ve al observar los datos del país limítrofe donde este indicador es más bajo que en nuestro país y hay una legislación más restrictiva que la que se está discutiendo en la Argentina. Sin embargo, a contramano de lo dicho por Bullrich, también es cierto que el acceso a un aborto seguro es una de las políticas que permite limitar la muerte de mujeres embarazadas.

Chequeado consultó a Bullrich por la fuente de sus datos y no obtuvo respuesta. De acuerdo con las estadísticas del Ministerio de Salud chileno, en 2015 (último dato disponible) se registraron 38 muertes de mujeres embarazadas. Esto representa una tasa de 15,5 muertes maternas por cada 100 mil nacidos vivos. Los principales motivos de muerte fueron las causas obstétricas ocurridas después de los 42 días del final del embarazo pero antes de un año del parto, mientras que se registraron nueve muertes de mujeres embarazadas debido a un aborto.

En la Argentina, por su parte, ese mismo año se registraron 298 muertes de mujeres embarazadas. Esto representa una tasa de 39 muertes maternas por cada 100 mil nacidos vivos. En cuanto a las causas de los fallecimientos, se registraron 55 muertes por embarazos terminados en aborto, siendo esta la principal causa individual de muerte materna.

En el contexto regional, de acuerdo con los datos recopilados por el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe de la CEPAL, Chile tiene la mortalidad materna más baja de la región, seguido por Uruguay (con 18,6 muertes maternas por cada 100 mil nacidos en 2017), al observar los últimos años con información disponible.

En Chile, en un primer momento con la creación del Código Sanitario en 1931 se estableció que se podría interrumpir un embarazo sólo “por razones terapéuticas” y para ello se necesitaba la “opinión documentada de tres facultativos [N. de R.: profesionales de la salud]”. Una modificación posterior en 1968 fijó que era necesaria la opinión de dos médicos cirujanos. Sin embargo, en 1989 la dictadura encabezada por Augusto Pinochet determinó que no podía “ejecutarse ninguna acción cuyo fin sea provocar un aborto”.

Esta normativa estuvo vigente hasta que en 2017 el Congreso chileno sancionó la Ley 21.030, que despenaliza la interrupción voluntaria del embarazo en tres causales específicas: peligro para la vida de la mujer; en casos en los que el embrión o el feto padezca una patología incompatible con la vida fuera del útero; y cuando el embarazo sea resultado de una violación. Es decir que, en línea con lo señalado por Bullrich, Chile tiene una tasa de mortalidad materna menor a la argentina y una legislación más restrictiva que la que se está discutiendo actualmente en la Argentina. El proyecto que tiene media sanción de Diputados busca incorporar en la legislación local la causal de inviabilidad fetal que ya está vigente en la legislación chilena

Chile ha tenido tradicionalmente un sistema de salud basado en la atención primaria. La atención de las mujeres en edad reproductiva está a cargo de matronas, como nuestras obstétricas, pero que cuentan con gran autonomía: hacen control del embarazo, pueden entregar anticonceptivos, etcétera”, explicó a Chequeado Mariana Romero, médica, investigadora del Conicet y del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (CEDES).

La especialista agregó también que, “desde mediados de la década del 60, Chile tiene en marcha programas de planificación familiar que nunca se suspendieron, incluso durante la dictadura de Pinochet. Esto contrasta con la Argentina, en donde el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable se sancionó como ley recién en 2002”.

Sin embargo, a contramano de lo que dijo el senador por el PRO, el acceso a un aborto seguro es una de las políticas que permite limitar la muerte de mujeres embarazadas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala en un informe publicado en febrero último que “las principales complicaciones, causantes del 75% de las muertes maternas a nivel mundial, son las hemorragias graves, las infecciones, la hipertensión gestacional, complicaciones en el parto y los abortos peligrosos”.

Entre las recomendaciones para la reducción de este indicador, la OMS destaca: “Es fundamental que se eviten los embarazos no deseados o a edades demasiado tempranas. Todas las mujeres, y en particular las adolescentes, deben tener acceso a la contracepción, a servicios que realicen abortos seguros en la medida en que la legislación lo permita, y a una atención de calidad tras el aborto”.

En este sentido, la experiencia de Uruguay indica que la legalización del aborto fue una de las prácticas que permitió convertir a dicho país en uno de los lugares con menor tasa de mortalidad materna en América Latina. “La disminución acelerada de la mortalidad materna que se observa desde el año 2005 es coincidente con la implementación de una batería de acciones sociales y sanitarias de protección de la mujer, que aumenta aún más desde el 2010 con la aplicación de políticas específicas: creación y ampliación de los servicios de salud sexual y reproductiva universales, implementación en todo el país del modelo de reducción de riesgos y daños, implementación de políticas públicas en educación, hasta la despenalización del aborto”, explica un trabajo de la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia.

Así, en el país oriental los abortos eran responsables del 37% de las muertes maternas durante el quinquenio 2001-2005, y cayeron hasta representar alrededor de 8% entre 2011 y 2015.

Las muertes maternas por aborto son muertes evitables cuando los abortos se realizan en condiciones de seguridad. Y la legalidad brinda esas condiciones de seguridad porque habilitaría que se realicen con mejor información y con disponibilidad y accesibilidad a métodos seguros para la interrupción del embarazo”, concluyó en este chequeo Natalia Gherardi, directora de ELA.

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