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La afirmación ha demostrado ser falsa, al ser contrastada con las fuentes y datos más serios y confiables.

No, el uso de barbijo no hace respirar dióxido de carbono ni provoca cáncer

Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas:
  • Circulan en Facebook posteos que aseguran que el uso de barbijos provoca que las personas inhalen su propio dióxido de carbono (CO2) y que ello provoca acidez en la sangre, lo que puede generar cáncer.
  • Organismos de salud y especialistas afirman que los barbijos no hacen que respiremos desechos significativos de CO2 ni generan cambios en el metabolismo del cuerpo humano.
  • Los posteos citan al premio Nobel de Medicina, Otto Heinrich Warburg, pero tergiversan los hallazgos que le valieron el galardón.

Circulan en Facebook e Instagram posteos que aseguran que el uso de barbijos hace que las personas respiren su propio dióxido de carbono (CO2) y que ello genera acidez en la sangre, lo que puede provocar cáncer.

La afirmación es falsa: especialistas aseguran que el uso del barbijo no hace que inhalemos  dióxido de carbono, por lo que “no existe razón para pensar que pueda ocasionar algún problema metabólico” ni provocar cáncer.

Los posteos enuncian: “Máscaras. Respirar el propio Aníhidrido Carbónico [N. de la R.: el término suele utilizarse como sinónimo de dióxido de carbono] por más de 2 horas produce acidez en la sangre”. Además, citan una supuesta frase de Otto Heinrich Warburg, Premio Nobel de Medicina en 1931: “La principal causa del cáncer es la acidez en el organismo”.

La imagen fue compartida más de 500 veces en Facebook (ver acá y acá), obtuvo 500 Me Gusta en Instagram (ver acá y acá) y circula desde mediados de diciembre último, compartido principalmente por usuarios de otros países diferentes a la Argentina. Es por ello que se utiliza el término “máscara” como sinónimo de “mascarilla”, como se muestra en esta nota del sitio de fact-checking español Maldita. En nuestro país, la palabra “mascarilla” suele utilizarse al igual que “barbijo” para referirse a “elementos de protección que cubran nariz,boca y mentón”.

Los barbijos no hacen que respiremos CO2

El uso del barbijo no hace que respiremos desechos significativos de dióxido de carbono, y por lo tanto no produce hipoxia -déficit de oxígeno en un organismo- ni hipercapnia -exceso de CO2 en la sangre-, como explicó Chequeado en numerosas ocasiones (ver acá, acá y acá).

El coordinador de la sección Infecciones Pulmonares de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria, Alejandro Chirino, señaló a este medio que “existen estudios que muestran que usar máscaras faciales aún por tiempo prolongado no reduce los niveles de oxígeno ni aumenta los de dióxido de carbono”. Por lo tanto, dijo que “como el uso del barbijo no genera hipoxemia, no existe razón para pensar que pueda ocasionar algún problema metabólico”.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que “el uso prolongado de las mascarillas médicas, cuando se llevan puestas correctamente, no provoca intoxicación por CO2 ni hipoxia”. El organismo internacional recomienda en estos casos comprobar que el barbijo “está bien colocado y que le permite respirar con normalidad”.

Por su parte, los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), indicaron que usar barbijo no aumenta el nivel de dióxido de carbono (CO2) del aire que respiramos. “El CO2 se libera por completo en el aire a través de la mascarilla de tela cuando una persona exhala o habla. Las moléculas de CO2 son lo suficientemente pequeñas como para pasar fácilmente a través de mascarillas de tela de cualquier material. Por otra parte, las gotitas respiratorias portadoras del virus que causa el COVID-19 son mucho más grandes que las de CO2, por lo que no pueden pasar tan fácilmente”, señalaron.

No hay relación entre los barbijos y el cáncer

Los posteos también sostienen que respirar durante más de 2 horas dióxido de carbono genera acidez en la sangre, y que ello podría provocar cáncer.

No obstante, esta afección, conocida como acidosis respiratoria, se produce -según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos- no por una mayor inhalación  de CO2 a raíz del uso de barbijo, sino porque “los pulmones no pueden eliminar todo el dióxido de carbono que produce el cuerpo. Esto hace que los líquidos del cuerpo, especialmente la sangre, se vuelvan demasiado ácidos”.

Entre las causas de la acidosis respiratorias se encuentran las enfermedades de las vías respiratorias, como asma y EPOC; enfermedades del tejido pulmonar, como la fibrosis pulmonar; fármacos que dificultan la respiración; obesidad grave; y la apnea obstructiva del sueño. En tanto, entre las complicaciones se enumeran el mal funcionamiento de los órganos y la insuficiencia respiratoria, pero no algún tipo de cáncer. 

En el caso de las personas sanas, Chirino aseguró que “la regulación del pH de la sangre es un sistema muy efectivo, tanto a nivel de la respiración como de la excreción renal de ácidos. Entonces las variaciones del pH en sangre en situaciones normales son ínfimas. Es uno de los parámetros más constantes que tiene el organismo”.

En este punto, el especialista también desestimó la relación entre la acidez en la sangre y el cáncer. “Al no producir la elevación del CO2, esto no tiene nada que ver con la generación de tumores. Además, cualquier cosa que haga bajar el pH va a producir primero muchos otros desajustes en el metabolismo corporal antes que un cáncer”.

Finalmente, tampoco es cierta la frase que se le atribuye a Warburg: como señala el sitio de fact-cheking norteamericano Snoopes, el científico “no ganó el Premio Nobel de 1931 por sus descubrimientos que relacionan el pH con el cáncer” sino por “sus contribuciones a nuestra comprensión de la química que hace posible la respiración celular”, de acuerdo con los registros del sitio oficial de los Premios Nobel.

Tras ese trabajo que le valió el Nobel, Warburg se volcó al estudio del comportamiento de las células del cáncer, y determinó -según Snoopes- que “el agente causal que transforma las células normales en células cancerosas no son las condiciones ácidas o bajas en oxígeno, sino un daño irreversible a la capacidad de una célula para obtener energía de la respiración”. Es decir que las células cancerosas tienen la ventaja de poder reproducirse en entornos con poco oxígeno, pero no a causa de ello.

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