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Esta nota tiene más de un año

Aislamiento social obligatorio: qué criterios se tienen en cuenta para la flexibilización

Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas:
  • Cuáles son las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la transición.
  • Qué se está haciendo en la Argentina con respecto a cada criterio y cómo influyen en las fases de transición de la cuarentena.

Varios países del mundo, y también varias regiones de la Argentina, están comenzando un proceso de flexibilización de la cuarentena, con cada vez menos restricciones y la posibilidad de salir y reunirse en grupos pequeños. ¿Cuáles son los criterios que deberían utilizar los distintos gobiernos para decidir cuándo se puede salir de la cuarentena y cuál es la situación en la Argentina?

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) hay 6 criterios claves que los gobiernos deben tener en cuenta para comenzar la transición: la transmisión controlada; las pruebas, rastreos y aislamiento de los casos; la configuración de alta vulnerabilidad; las medidas preventivas establecidas en los lugares de trabajo; gestionar el riesgo de exportar e importar casos y que las comunidades estén totalmente comprometidas con los esfuerzos.

Además, señaló que “las medidas deben ser levantadas de forma escalonada y gradual” y que debe haber 2 semanas entre cada fase de transición para poder analizar y responder a nuevos brotes de contagio. ¿Qué está haciendo la Argentina y cuán cerca o lejos estamos de la reapertura?

1) Transmisión controlada

En nuestro país hay un plan de 5 fases de administración de la cuarentena. Gran parte del país se encuentra en la fase 4 mientras que Corrientes fue la primera provincia en pasar a la fase 5, la llamada “nueva normalidad”. El Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), que incluye a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y a 40 municipios de la Provincia de Buenos Aires, se encuentra todavía en la fase 3. ¿Por qué se da esta diferencia? Por las diferencias regionales en las tasas de duplicación de casos, que es el principal criterio que se tiene en cuenta para pasar de una fase a la otra. Es decir, un indicador del primer criterio de la OMS, tener la transmisión controlada.

El tiempo de duplicación de casos totales “es un parámetro duro que te da la información sobre la velocidad de los contagios”, explicó a Chequeado Florencia Cahn, presidenta de la Sociedad Argentina de Vacunación y Epidemiología (SAVE) y una de las integrantes del comité de expertos sanitaristas que asesoran al presidente Alberto Fernández sobre la pandemia de coronavirus.

Sin embargo, este no es el único elemento, sino que también se analizan la cantidad de “casos totales, la letalidad y las camas ocupadas en terapia intensiva, porque esa es la respuesta que puede dar el sistema de salud”. En la Argentina la tasa de letalidad es de 3% mientras que hay 293 personas en camas de terapia intensiva, de las cuales alrededor del 90% se encuentran en la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, según los datos del 4 de junio brindados en la última conferencia de prensa.

Estas medidas que se hicieron ralentizaron la diseminación del virus, por eso el sistema de salud puede responder, y esperemos que pueda seguir respondiendo”, explicó Martín Hojman, médico infectólogo del Hospital Rivadavia y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) y agregó que la mortalidad está estable, lo que es un signo de que la situación está estable.

2) Pruebas, rastreos y aislamiento

Otro criterio que toma la OMS es la capacidad de respuesta que tiene el sistema de salud pública para detectar y tratar a personas con síntomas graves. A su vez, el sistema debe tener la capacidad de aislar a las personas infectadas con síntomas leves y moderados, y poder rastrear, aislar y monitorear a todos los contactos estrechos de los casos confirmados.

La Argentina es uno de los países de América Latina que tiene menor cantidad de testeos por millón de habitantes, con 3.932 testeos por millón de habitantes y un total de 178 mil según los datos del 4 de junio. La realización de testeos depende de los síntomas definidos por el Ministerio de Salud de la Nación, lo que ha generado algunas diferencias entre las personas que integran el comité de expertos que asesoran al Ministerio. Sin embargo, hubo un aumento en la cantidad de testeos durante el último mes con los operativos Detectar que se realizaron en barrios populares del Área Metropolitana de Buenos Aires.

En cuanto al rastreo de los contactos de una personas que tiene COVID-19, muchos expertos la señalan como uno de los puntos claves para poder controlar la expansión del virus. En la Argentina, sólo se testea a los contactos estrechos de quienes tienen COVID-19, si además presenta algún síntoma, como fiebre o tos. De todas maneras, el Ministerio de Salud de la Nación señala que los contactos estrechos -definidos como personas que pasaron más de 15 minutos a menos de 2 metros de un caso confirmado- deben autoaislarse durante 14 días y tener seguimiento médico.

El seguimiento está a cargo de las autoridades de cada provincia, como explicó a Chequeado Rodrigo Quiroga, bioinformático de la Universidad Nacional de Córdoba e investigador asistente del Conicet, y se ha hecho con distintos niveles de intensidad según la provincia.

3) Configuración de alta vulnerabilidad

Otro de los puntos importantes que destaca la OMS es reducir al mínimo los riesgos de brotes en entornos de alta vulnerabilidad, como pueden ser los geriátricos, las cárceles o los barrios populares, además de las posibles infecciones dentro de centros hospitalarios.

Al respecto, Cahn explicó que para los lugares de alta vulnerabilidad la estrategia es diferente: “En los barrios populares, los geriátricos, las cárceles o los asentamientos, donde es más dificultoso cumplir con el distanciamiento físico, el sistema tiene que hacer una búsqueda activa de los casos; es decir, el sistema de salud tiene que ir a buscar los casos para diagnosticarlos tempranamente, aislarlos tempranamente y hacer un seguimiento de los contactos estrechos”, expresó.

En los barrios populares desde principios de mayo último se viene realizando el Programa Detectar en barrios populares de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en algunos municipios de la Provincia de Buenos Aires (aunque con estrategias distintas) en el que se realizan diagnósticos puerta a puerta. “Se está intentando hacer un diagnóstico bien precoz, incluso en pacientes que llamamos oligosintomáticos, que tienen pocos síntomas”, explicó Cahn.

4) Medidas preventivas establecidas en los lugares de trabajo

Otro de los problemas respecto a la transición es la vuelta progresiva a los trabajos, que deben contar con un protocolo que contemple todas las medidas de higiene, de distanciamiento social y de adaptación del espacio del trabajo, e incluso se tiene que contemplar el traslado de los trabajadores. Como se explicó en esta nota, el gobierno nacional es el que autoriza las nuevas actividades, con un protocolo, y luego los gobernadores definen qué actividades pueden reactivarse en cada jurisdicción, salvo en  el caso del AMBA, donde sigue en manos de Jefatura de Gobierno.

5) Gestionar el riesgo de exportar e importar casos

Con el cierre de fronteras, hay pocas posibilidades de exportar o importar casos. En el caso de los argentinos residentes que sean repatriados deberán cumplir con una cuarentena de 14 días en su lugar de origen. Según disposición del Gobierno, las personas repatriadas deben descargarse la aplicación Cuidar para poder monitorear el cumplimiento del aislamiento. Además, las provincias, en conjunto con los municipios, se encargan también de controlar el cumplimiento de la cuarentena y la aparición de posibles síntomas.

6) Comunidades totalmente comprometidas

Es difícil evaluar el compromiso de la población, ya que no hay indicadores definitivos. Pero una forma de analizar este criterio es ver si la población efectivamente bajó la circulación en los espacios públicos. El informe de movilidad de Google, que compara los datos sobre la circulación de las personas con lo que ocurría en enero y febrero último. Según el último informe del 25 de mayo, en la Argentina las tendencias de movilidad para los lugares de trabajo bajaron un 65% mientras que para el transporte público se redujeron un 73%.

Si se comparan los datos de movilidad con los de otras países de América Latina, se puede ver que la Argentina es uno de los países con mayor baja en la circulación en la región.

Si querés estar mejor informado sobre la pandemia, entrá al Especial Coronavirus.

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