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Censo 2022: para qué se podrían usar los resultados

Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas:
  • Esta información es valiosa para el diseño de políticas públicas, como aquellas relacionadas con el acceso al agua potable y las cloacas, el hacinamiento de las viviendas e, incluso, la distribución de vacunas contra el coronavirus.
  • En el ámbito académico es un insumo de gran valor para las investigaciones en distintos campos. También es utilizado en el sector privado para hacer estudios de mercado.
  • La Constitución determina que, después de cada censo, se deberá ajustar la representación de cada provincia en la Cámara de Diputados pero esto nunca sucedió desde el regreso de la democracia.

El 18 de mayo último, se realizó en la Argentina el censo de población que se postergó desde 2020 debido a la pandemia por el COVID-19. Hasta el momento se publicaron datos provisorios sobre el total de la población y el porcentaje de esta de acuerdo con el sexo. Según informó el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), los datos preliminares de población por sexo, provincia y departamento serán presentados a mediados de agosto próximo. Pero, ¿qué se podría hacer con los resultados finales?

En primer lugar, la información de los censos es principalmente valiosa para el diseño de políticas públicas. Según explicó a Chequeado Victoria Mazzeo, docente de la cátedra de Demografía Social de la carrera de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), la información aportada días atrás sobre las viviendas y los hogares va a permitir conocer en qué provincias y departamentos se encuentran las mayores necesidades edilicias, como los faltantes de agua potable, cloacas y/o otros servicios; y en dónde se ubican las personas que viven hacinadas. 

La especialista también destacó que, con la información del nivel educativo, se va a poder conocer en detalle en qué zonas residen las personas que tienen problemas de deserción y retraso escolar, y diseñar políticas más específicas para poder volver a incluirlas.

Mazzeo ponderó también el valor de la consulta sobre la migración tanto internacional como interna (entre provincias) porque no existe suficiente información disponible sobre las condiciones de vida de los migrantes en la Argentina.

“Con la georreferenciación del censo es posible focalizar las políticas. De aquí pueden surgir políticas públicas más dirigidas y focalizadas”, indicó a este medio Pablo Paolasso, doctor en Geografía y director del Instituto de Investigaciones Territoriales y Tecnológicas para la Producción del Hábitat (Inteph) del Conicet y la Universidad Nacional de Tucumán.

En relación al uso de estos datos en el ámbito de la salud, Paolasso recordó que “con el censo se puede calcular la tasa de fecundidad, que es más precisa que la tasa global de fecundidad publicada por las estadísticas vitales del Ministerio de Salud, y también la esperanza de vida al nacer”. En la última Campaña de Vacunación contra el coronavirus, también se consideró el factor poblacional que arroja el censo para el reparto de dosis entre municipios y provincias. 

“En primer lugar, los resultados del censo nos van a servir para corregir proyecciones”, señaló a este medio Jorge Paz, director del Instituto de Estudios Laborales y del Desarrollo Económico (IELDE) de la Universidad Nacional de Salta (UNS). En particular, la proyección de población que, a partir de datos de 2010, estimaba que en la Argentina vivíamos 46.234.830 personas y no las 47.327.407 que se informaron días atrás, de manera provisoria.

El especialista indicó que, con los nuevos datos, se podrán hacer nuevas proyecciones poblacionales que permitirán evaluar el envejecimiento demográfico, una variable clave desde la perspectiva de la seguridad social. Y también señaló que se deberá modificar el marco muestral de las encuestas, tanto las públicas como las privadas, para que sigan siendo representativas del total de la población. 

A su vez, Paz agregó que con esta información se va a conocer con detalles en qué zona viven las personas en situación de pobreza estructural, con necesidades básicas insatisfechas (NBI), es decir carencias educativas y en sus viviendas, entre otros factores. “El Censo nos permite conocernos más y los resultados del censo nos van a servir también para las preguntas que nos hagamos en el futuro”, añadió.

Como se explicó en esta nota, los porcentajes de coparticipación federal no se fijaron de manera lineal en relación a la población de cada provincia y sus necesidades; sin embargo, la información del censo puede ser usada para decidir el destino de otras transferencias desde la nación hacia las distintas jurisdicciones.

En el caso particular de la Provincia de Buenos Aires, la coparticipación hacia los municipios sí se fija a partir de la cantidad de habitantes (ver más acá) y podría modificarse una vez de que se publiquen los nuevos datos.

El uso en la academia y en el sector privado

Tanto Mazzeo como Paz coincidieron en que en el ámbito académico los resultados del censo tienen un gran valor.

“Para determinadas cuestiones no hay otra fuente”, indicó Paz, y precisó que este estudio tiene información desagregada sobre municipios o departamentos pequeños que para el estudio de la pobreza, por ejemplo, son de gran importancia.

En relación al sector privado, los especialistas vincularon el uso de esta información desde la perspectiva de los estudios de mercado y el marketing como un insumo para determinar si puede haber un público para determinado bien o servicio y, en el caso de existir, en dónde se encuentra. 

Los representantes en el Congreso

Cuando se refiere a la composición de la Cámara de Diputados de la Nación, la Constitución nacional determina que “después de la realización de cada censo, el Congreso fijará la representación con arreglo al mismo, pudiendo aumentar pero no disminuir la base expresada para cada diputado”. Sin embargo, esto no se cumple.

En 1983, antes del regreso de la democracia, durante la dictadura militar del general Reynaldo Bignone, se promulgó la Ley Nº 22.847, que fijó la cifra de un diputado cada 161 mil habitantes, y dispuso un mínimo de 5 diputados por provincia. Además, sumó 3 representantes a la cantidad de legisladores correspondientes a cada distrito electoral. Así, con la suma de la provincia Tierra del Fuego, se llegó a un total de 257 bancas, como se explica en esta nota.

Es decir que, de acuerdo con lo fijado por la Carta magna, el resultado del censo debería modificar la composición de la Cámara baja. Sin embargo, esto no ha sucedido después de los 3 censos previos al actual realizados desde el regreso de la democracia: en 1991, 2001 y 2010.  

 

Esta nota contó con la colaboración de Lucía Gardel.

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